VALÈNCIA. El calendario electoral propio es una de las prerrogativas contempladas en el Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana. El presidente de la Generalitat tiene la capacidad de convocar las elecciones cuando lo desee, sin verse obligado a seguir el ritmo marcado por España para otras regiones que no disponen de esa condición.
En 2019, el jefe del Consell y líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, optó por adelantar un mes las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las generales. El motivo fue puramente estratégico: tratar de beneficiarse de la movilización contra la ultraderecha y del buen momento de la marca PSOE, dar un empujón a Podemos para asegurar su presencia en Les Corts y, de paso, limitar las posibilidades de crecimiento de Compromís.
Nunca se sabrá qué habría pasado si se hubieran celebrado esas autonómicas junto a las locales que tenían lugar un mes después: los artífices de la idea del adelanto y los que la respaldaron, todavía sacan pecho; pero son muchos también los que opinan que la izquierda habría ganado más holgadamente.
Este viernes por la noche concluyó la campaña de las elecciones autonómicas y locales que tendrán lugar este domingo 28 de mayo. Precisamente, dos semanas en las que uno de los principales componentes ha sido la mayor o menor influencia de los ingredientes nacionales en el cóctel de la agenda política. Lo que indica que quizá la única manera de que unas elecciones autonómicas se celebren sin esta distorsión, es convocarlas absolutamente en solitario. Quién sabe si ocurrirá alguna vez.
Estos días, las fuerzas del bloque conservador, especialmente PP y Vox, han tratado tanto en las temáticas elegidas como en la tipología de los actos, de abrir la puerta de par en par a la opinión pública nacional, especialmente a través de los grandes medios de comunicación. De hecho, desde el inicio, se ha señalado la Comunitat Valenciana como epicentro de las elecciones, con el mensaje de que el vuelco a favor de la derecha significará el primer paso para que el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, desaloje al socialista Pedro Sánchez.