VALÈNCIA. Semana de vaivenes en la factoría de Ford Almussafes. De la alegría por la creación de unas nuevas instalaciones para el montaje de baterías para vehículos electrificados, al anuncio de recortes en la producción y, en consecuencia, en la plantilla. Una situación que no sorprende dentro de la planta. Es más, era algo que esperaban desde hacía tiempo, después de que a principios de año el fabricante de automóviles estadounidense anunciara un plan de ajuste en sus plantas europeas que, por el momento, no había afectado a la factoría valenciana que emplea a unas 8.100 personas.
Desde entonces, los trabajadores se encontraban en vilo ante la incertidumbre futura y las malas noticias que llegaban de otras fábricas europeas con cierres y reducciones de plantilla. La primera en sufrir las consecuencias fue la planta de cajas de cambio de Blanquefort (Francia), pero no la única. Colonia, Saarlouis y Aquisgrán sufrieron una reducción de 5.000 empleos y en Rusia se anunció el cierre dos plantas de motores y una de vehículos. Asimismo, este mismo jueves se conocía el fin de la planta de motores en Bridgend en 2020. Ahora, parece que la incógnita sobre Almussafes se empieza a despejar.
A principios de semana se anunciaba la creación de unas instalaciones de montaje de baterías para vehículos electrificados en la factoría de Almussafes en septiembre de 2020, una decisión que desde Ford España vieron como una "importante oportunidad" y también valoraron positivamente desde UGT, sindicato mayoritario. No obstante, su portavoz en Ford Almussafes, Carlos Faubel, advirtió de que la decisión no era ajena al plan de reestructuración de la firma del óvalo en Europa.
Horas más tarde, la dirección de Ford España trasladó al comité de empresa una bajada de producción de entre 100 y 150 coches al día a partir del mes de septiembre, lo que supone 13.000 y 14.000 vehículos menos en lo que queda de año, debido a la caída de la demanda y la necesidad de ajustar la producción. Ello supone dejar d reproducir el sistema A (Mondeo, Galaxy, S-Max y Kuga) de montaje y trabajar únicamente el sistema B (Transit Connect y Kuga).
En un comunicado desde Colonia, la firma confirmó el peor de los presagios: la reducción de turnos de trabajo en su planta de Almussafes (Valencia) y Saarlouis (Alemania) y el cierre de su planta en Bridgend para 2020 por el fin de la producción de motores para Jaguar Land Rover, la finalización de la generación anterior de la mecánica GTDi de 1.5 litros y la reducida demanda de los propulsores de nueva generación GTDi y Pfi de 1.5 litros. Con esta última medida, prevé gastos extraordinarios antes de impuestos de aproximadamente 650 millones de dólares (577 millones de euros).
"La acción propuesta es un paso necesario para respaldar el rediseño de negocios globales de Ford y es parte de la estrategia de la compañía para crear un negocio más eficiente y enfocado en Europa. Crear un negocio de Ford sólido y sostenible en Europa requiere que tomemos algunas decisiones difíciles para servir mejor a nuestra futura cartera de vehículos", aseguró en la nota de prensa Stuart Rowley, presidente de Ford Europa.
Desde el comité de empresa en la factoría valenciana estiman que la reducción de los turnos puede afectar a 300 trabajadores del de noche a los que intentarán recolocar o bien en el turno de mañana o en los puestos especializados en lanzamientos. Según explican, dada la situación no será posible aplicar medidas temporales como un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) porque se trata de una decisión que será permantente en el tiempo. No obstante, prefieren ser prudentes y esperar a la próxima semana cuando se iniciarán las negociaciones en las que buscarán "minimizar el impacto".
Asimismo, en el comunicado emitido, Ford trazó los que serán las próximas acciones de su nueva estrategia de transformación en Europa. Entre ellas, planea acciones a corto plazo para "mejorar la rentabilidad y reducir costes estructurales" y en el largo, una línea de vehículos más específica dentro de tres grupos de negocios enfocados en el cliente: vehículos comerciales, de pasajeros e importados.
Además, recortará más de 5.000 puestos de trabajo en Alemania, mientras que, desde junio, dejará de ensamblar el C-Max y el Grand C-Max en Saarlouis (Alemania) y de fabricar turismos en Rusia, por el cierre de las tres plantas. También pondrá fin a la producción de su planta de Blanquefort (Francia) a finales de agosto.