VALÈNCIA. Ford deja tocada a Almussafes. En una planta acostumbrada a ser la joya de la corona del grupo en Europa, la noticia de trasladar a México en 2021 parte de la producción de la Transit Connect –la que actualmente se produce en la factoría valenciana con destino al mercado estadounidense–, ha caído como un mazazo en una fábrica que ya se prepara para la etapa más convulsa de su historia.
De entrada, el movimiento priva a Almussafes de alrededor de 38.000 unidades de la furgoneta que actualmente fabrica para su venta en el mercado estadounidense, pero lo peor es que la producción de las otras 70.000 unidades que tienen como destino el mercado europeo y asiático no está garantizada más allá de 2022.
Los sindicatos ya hacen sus propios cálculos sobre el impacto que la medida tendrá sobre el empleo. Algunas centrales estiman que podrían ser alrededor de 400 trabajadores los que pagarían con el despido la decisión que este miércoles se comunicó desde Detroit. Carlos Faubel, presidente del comité de empresa, elude dar una cifra concreta, pero las 200 unidades diarias que desde 2021 dejarán de salir de la línea valenciana apunta a un impacto similar.
La decisión, según detalla el responsable de UGT en la fábrica, forma parte del conjunto de medidas que la multinacional del óvalo está llevando a cabo para reestructurar su negocio en Europa y adaptar su capacidad productiva hacia un futuro con mucho más protagonismo de los vehículos eléctricos.
La Connect no es un modelo cualquiera para Almussafes. Al margen del todocamino Kuga, un superventas del que depende nada menos que la mitad de la producción de Ford en España, la furgoneta ligera es el modelo con más peso específico en Almussafes. Para la planta valenciana representa nada menos que cerca de un 25% de la producción total: casi 110.000 unidades sobre el total de 380.403 unidades producidas en 2018.
De esas 110.000, entre 35.000 y 40.000 unidades son exportadas cada año a Estados Unidos, mientras que el resto, alrededor de 70.000, se comercializan en Europa y Asia. Faubel considera que lo más preocupante de la decisión no son las 38.000 unidades para el mercado norteamericano, sino dónde se fabricarán a partir de 2022 esas otras 70.000 unidades, algo que Ford aún tiene que concretar.
En este punto subraya, además, que la Connect es un "valor seguro" con mucho futuro porque la el futuro de la movilidad apunta a este tipo de vehículos ligeros y versátiles con el impulso adicional de la demanda de coches de reparto por el auge del comercio electrónico. "Es una garantía en ventas y en carga de trabajo, un vehículo muy estable y un modelo pujante", insiste. No obstante, la vida de cada modelo suele ser de siete u ocho años, por lo que la actual Transit Connect finalizaría su ciclo hacia 2022 para ser sustituida por otra versión u otro vehículo de la misma gama.
Con este calendario, el riesgo de que Ford acabe por llevarse toda la producción de la Transit Connect es muy elevado. La razón que invita al pesimismo con la furgoneta ligera es el acuerdo global entre Ford y Volkswagen para desarrollar y fabricar pick-ups y furgonetas de gran tamaño para ambas marcas.
Desde que se anunció esta alianza a principios de año ha existido la sospecha de que de ella podría derivarse alguna consecuencia negativa para Almussafes. El pacto incluía también un memorando para colaborar en el desarrollo de nuevos modelos, entre ellos eléctricos, y Volkswagen haría cargo de los vehículos ligeros. Se trata, en cualquier caso, de decisiones aún pendientes, pero los indicios apuntan a que la enseña alemana podría hacerse cargo del vehículo que sustituya a la actual Connect alguna factoría del este de Europa, posiblemente en Eslovaquia.
"Vamos a exigir que se nos diga qué pasa con esa parte de la producción, pero todo parece indicar que se perderá", reconoce Carlos Faubel a Valencia Plaza. Esto sí sería más preocupante para el futuro de Almussafes porque, en un contexto de recortes en el que la empresa ya ha dejado claro que no hará más inversiones en Europa mientras no regrese a beneficios, la posibilidad de que pueda llegar otro modelo que compense la pérdida se antoja remota.
Faubel, quien asume que el negocio de Ford en Europa que va a ser bastante más pequeño que ahora, considera que la única certeza ante este plan de ajuste para Europa anunciado con cuentagotas es que las factorías del Viejo Continente encaran "meses o incluso años tortuosos".
El único matiz positivo de que la decisión comunicada este miércoles es que no tiene un impacto inmediato en la planta valenciana, a diferencia de las ya anunciadas para Alemania, donde recortará más de 5.000 puestos de trabajo, y las que se esperan de forma inminente para Reino Unido.
A partir de ahí, el terreno sobre las opciones de la planta valenciana de compensar el recorte es propicio para las especulaciones. Una de las más recurrentes tiene que ver con la posibilidad de que Ford acabe por cerrar su planta alemana de Saarlouis, que ha perdido la producción del monovolumen C-Max para quedarse únicamente con el Focus.
De concretarse, el utilitario de tamaño medio podría volver a fabricarse en València años después. De Saarlouis salen actualmente 1.100 unidades diarias, un volumen inasumible para la factoría valenciana, que podría enfocarse en la producción de una gama premium de este modelo, según interpretan fuentes del sector para las que la senda natural de Ford es avanzar hacia vehículos de mayor valor añadido y abandonar el segmento de los básicos.
Por su parte, la secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín, mantiene el optimismo a medio plazo sin minimizar el carácter negativo de la noticia. "No es una buena noticia, pero afectará a partir de 2022 y eso, de alguna manera, permite tener expectativas sobre posibles alternativas de producción en Almussafes para complementar la caída prevista con este modelo", considera Marín.
Para la representante del Consell, que este miércoles estuvo en contacto con la dirección de Ford en España para valorar el anuncio, admitió que se trata de una medida "no esperada" porque responde a un cambio de criterio en EEUU. "Hay que estar preparados para nuevas decisiones, pero el reto que se nos plantea es tener modelo nuevo a partir de 2022 o 2023", sostiene Marín.
Además, la secretaria autonómica de Economía recuerda que el plan de inversiones que se lleva a cabo en Almussafes para producir el nuevo Kuga está en ejecución "en el calendario previsto". "Las señales son que la planta va a seguir con cierta normalidad", concluye.