MADRID. 2023 ha tenido un inicio muy optimista, ya que las buenas noticias sobre la inflación se suman al desvanecimiento de los temores ante una recesión en Europa y a la reapertura de China tras la crisis de la covid-19. Las bolsas de todo el mundo se dispararon, los bonos subieron y el dólar sufrió las consecuencias de las ventas de los activos refugio, terminando la semana a la baja frente a las principales divisas (excepto frente al franco suizo). El buen momento que las divisas de los mercados emergentes están atravesando desde que comenzara el año ha continuado, impulsadas por la subida de los precios de las materias primas y el aumento del apetito por el riesgo.
Esta semana será relativamente tranquila en cuanto a publicaciones de datos se refiere. La reunión del Banco de Japón del miércoles será crucial, ya que existen indicios de que el BoJ está dispuesto a abandonar su posición de excepción moderada entre los bancos centrales. La clave será si las tendencias vigentes hasta ahora en 2023, es decir, el repunte de los activos de riesgo, la disminución de la preocupación por las perspectivas de inflación y la caída del dólar, se mantienen a medida que los mercados digieren las noticias positivas sobre la inflación de la semana pasada.
La atención de los traders se centrará en los numerosos discursos que los miembros de los bancos centrales del mundo den en el foro económico de Davos a finales de la semana. Esperamos que el contenido y el tono de los miembros del BCE y de la Fed diverja dada la brecha que se está abriendo entre las tendencias de la inflación subyacente en la eurozona (que sigue subiendo) y en Estados Unidos (que baja lentamente).
La principal noticia de la semana pasada en la eurozona fue la gran sorpresa al alza de la producción industrial de noviembre. Aunque la cifra ya es antigua, hace bastante improbable que la Eurozona haya entrado en recesión en el invierno de 2022 (en línea con nuestras opiniones y en contra del sombrío sentimiento). La caída continuada de los precios de la energía anima aún más la confianza en la economía de la Eurozona, y la moneda común superó a todas las divisas del G10, salvo al yen.
Esta semana estaremos muy atentos al discurso de Lagarde en el foro de Davos. La necesidad de que los tipos de la eurozona alcancen a los de EE UU y el mayor impulso económico gracias a la reapertura de China siguen siendo los pilares de los argumentos alcistas a favor del euro.
El informe sobre la inflación fue exactamente el esperado, y eso fue una buena noticia para los mercados. El índice de inflación subyacente, más persistente y mejor indicador de la inflación futura que el índice general, subió un 0,3% y ha seguido una clara -aunque suave- senda descendente desde el verano pasado, aunque sigue en niveles muy superiores a los objetivos de la Fed.
Ahora no parece probable que los tipos a un día en EE.UU. suban por encima del 5% antes de que la Fed adopte una actitud de espera, pero seguimos pensando que la perspectiva de recortes es lejana, y desde luego no esperamos que se produzca antes de 2024.
La economía británica sigue superando las pesimistas expectativas. Logró registrar un crecimiento del 0,1% en el mes de noviembre, desafiando las expectativas de contracción y poniendo en duda las afirmaciones de que Reino Unido ya está en recesión. La libra esterlina no reaccionó demasiado a la noticia y siguió en gran medida al euro en su repunte frente al dólar.
La publicación del informe de inflación del Reino Unido correspondiente al mes de diciembre será uno de los pocos datos importantes esta semana. Prestaremos especial atención al índice subyacente, que hasta ahora, al igual que ocurre en Europa, no ha mostrado el tipo de tendencia a la baja que estamos presenciando en EE UU.
El yen fue, con diferencia, la divisa del G10 con mejor rendimiento la semana pasada, prolongando su reciente repunte y avanzando hasta su posición más fuerte frente al dólar estadounidense desde mayo. Los inversores siguen favoreciendo al yen a la luz del cambio hacia una política monetaria más agresiva del Banco de Japón (BoJ), que en diciembre modificó su estrategia de control de la curva de rendimientos.
Se especula con la posibilidad de que el BoJ ajuste aún más su política monetaria en su reunión de este miércoles. Con los indicadores de inflación de los consumidores y de los productores al alza, creemos que existe la posibilidad de que se deseche del todo, lo que sería una importante señal alcista para el yen. Aunque no esperamos que el Banco de Japón abra la puerta a subir su tipo de interés base por el momento, seguimos viendo margen de maniobra para la divisa desde los niveles actuales y, de cara a la reunión del miércoles, consideramos que los riesgos para el yen están firmemente sesgados al alza.
El yuan siguió apreciándose la semana pasada y esta mañana ha alcanzado su posición más fuerte desde julio frente al USD. Sin embargo, el movimiento del dólar/yuan parece ser principalmente consecuencia de la debilidad de la divisa americana, ya que el índice CFETS RMB terminó la semana pasada sólo un poco más alto. Los datos de inflación de China de la semana pasada no fueron muy favorables. Como se esperaba, el índice general subió ligeramente en diciembre, aunque en el 1,8% sigue estando muy por debajo del objetivo del 3% y no se espera que lo alcance pronto. Las cifras de inflación, incluido el índice de precios a la producción, que se situó en territorio negativo, siguen apuntando a la debilidad de la demanda.
El calendario económico de esta semana viene cargado de datos. El martes será un día especialmente intenso, ya que se publicarán los principales datos de diciembre y el PIB del cuarto trimestre. Además, el viernes se anunciarán los tipos preferenciales de los préstamos. El PBoC ha mantenido hoy sin cambios el tipo de interés de su facilidad de préstamo a medio plazo (MLF) a un año. También inyectó 79.000 millones de yuanes en nuevos préstamos, además de la refinanciación de 700.000 millones de yuanes. La hipótesis de base es que no se produzcan cambios en los tipos de interés preferenciales de los préstamos, aunque un cambio en el tipo a 5 años, que sirve de referencia para los tipos hipotecarios, no sería una gran sorpresa.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
El analista recopila lo más destacado de las últimas referencias macro e informes económicos publicados referentes al Viejo Continente