PALMA DE MALLORCA. Gabriel (o Biel) Barceló (Palma, 1967) no está teniendo una legislatura fácil al frente de Turismo en las Islas Baleares. Vicepresidente del Govern y conseller de Innovación, Investigación y Turismo, ha conseguido poner en marcha la mal llamada 'tasa turística', cuya figura tributaria es el impuesto.
La Comunitat Valenciana se encuentra en pleno debate sobre la necesidad de incorporar o no este pago a realizar por los turistas que pernoctan en sus alojamientos, sean del tipo que sean. Hacienda, con una propuesta enarbolada por la secretaria autonómica de Hacienda y militante en Compromís, Clara Ferrando, propone un modelo similar al balear, con unas tarifas que se moverían entre 0,5 y 2 euros por persona y noche.
La Agencia Valenciana de Turismo, dirigida por el socialista Francesc Colomer, no parece doblegarse al impuesto. Sin embargo, el caso balear demuestra que es posible llegar a un acuerdo. Con un gobierno compuesto por PSOE, Podemos y Més per Mallorca han conseguido implantar un modelo con el fin de que todos salgan ganando.
- ¿En que momento deciden que es necesario un impuesto turístico?
- En nuestro caso, Més per Mallorca, llevábamos la creación de un impuesto turístico en el programa electoral. Podemos creo recordar que también. El PSOE en este sentido no era tan claro, aunque abría esa puerta, dependiendo de cómo funcionara el nuevo sistema de financiación.
Pero sí que es verdad que desde el principio de legislatura nos pusimos con ello. El impuesto turístico lo tramitamos nada más entrar el nuevo gobierno a partir de julio y el día 1 de julio de 2016 ya se cobraba. En un año lo diseñamos y pusimos en marcha, un tiempo récord teniendo en cuenta que hablamos con todas las partes y tuvimos que desarrollar el reglamento.
- ¿Cómo decidieron los importes? ¿Se consensuaron con el sector?
- No, es difícil consensuar porque los empresarios estaban en contra. No querían, defendiendo que podía afectar a la demanda, cosa que no ha ocurrido. El importe lo decidió el Gobierno y empezamos por una tarifa muy baja. Además, distinguiendo dos diferentes: una para invierno y otra para verano, en la temporada alta se cobra el doble que en la baja. Somos muy estacionales y nos interesaba potenciar el invierno, que es desde noviembre a abril, y se cobra la mitad.
- ¿Y ha permitido desestacionalizar?
- Al margen de esta se han hecho otras muchas acciones. Prácticamente toda la promoción turística que hacemos es para el invierno. En las ferias internacionales promocionamos lo que nosotros llamamos Better in winter. Hemos conseguido alargar mucho esa temporada y que mejore claramente las cifras de turismo de invierno.
"El impuesto es un mensaje para desestacionalizar"
Evidentemente en Mallorca cuesta menos que en Ibiza, Menorca y Formentera. En Mallorca hay más producto que podemos desarrollar como gastronomía, cultura y deporte, que pueden disfrutarse en invierno. Al final, el impuesto no es determinante, el hecho de que ese impacto turístico cobre más o menos no es determinante, pero sí que es un mensaje.
- ¿Se ha visto afectado el número de turistas?
- Todavía no tenemos las cifras definitivas pero hemos visto incrementado el número de turistas. Los mayores incrementos porcentuales se han dado en los meses de marzo, abril, mayo y junio pero en cantidad sigue ganando el verano. Lo primero era lo que más nos interesaba y esperaremos a ver las cifra de septiembre, octubre y noviembre que también son meses buenos.
- ¿Cómo se ha estructurado el cobro del impuesto?
- Todos los establecimientos turísticos pagan -hoteles, hoteles rurales, refugios, albergues y alojamientos turísticos-. Se da la posibilidad de hacerlo por estimación directa, pagando por los clientes que has tenido, o por módulos como se hace con el IVA. La mayoría de los empresarios se han acogido al sistema de módulos.
- ¿Cómo reaccionó el empresariado?
-Inicialmente hubo reticencias y protestas de una parte del empresariado. La pyme y Aptur -asociación de apartamentos turísticos- sí que estuvieron más de acuerdo y tuvimos su respaldo. Quien lideró el desencuentro fue la CAEB, que son los grandes empresarios, y la Federación Hotelera. Incluso tienen un recurso judicial interpuesto que todavía no se ha resuelto.
- Tras este desencuentro con los empresarios, ¿es fácil gestionar el turismo? ¿Hay tensión en la relación?
- Yo diría que el impuesto turístico en Baleares hoy por hoy está asumido por todo el mundo. No quiere decir que el empresariado lo pague contento y que no estén manteniendo su posición en contra, pero sin ningún tipo de problemática. Se está cobrando con normalidad absoluta, sin ningún tipo de polémica, y no ha afectado a la demanda.
"El empresariado no lo paga contento pero el impuesto está asumido"
En el verano, cuando el impuesto es más alto, no se ha producido un decrecimiento de la llegada de turistas. Las tasas turísticas son un elemento más para poder regular esa oferta y esa demanda pero en realidad, en este caso, hay tanta demanda que no ha tenido efectos.
Y además, recordar una cosa muy importante, que es que el impacto turístico revierte en inversiones en el territorio porque el impuesto turístico es finalista. Toda la recaudación, íntegramente, revierte en actuaciones que se pactan y se hablan en una comisión donde está todo el mundo presente: sectores empresariales, sindicatos, asociaciones ecologistas y las distintas administraciones.
-¿Cómo se eligen los proyectos?
- Presentan los proyectos ayuntamientos, los consejos insulares y el propio Gobierno. Han de cumplir finalidad que marca la ley y que son prioritariamente medioambientales, de protección del territorio y del paisaje. Éstos se deciden con unas baremaciones que están recogidas en las bases de la convocatoria que se hace anualmente.
Ahí va la recaudación íntegra, no hay una parte que vaya al capítulo dos de gastos ordinarios ni de gastos de comunicación o propaganda. Todo va a gastos de inversión que son prioritariamente medioambientales aunque también de patrimonio histórico, cultural y de diversificación económica.
- ¿Cómo es la baremación?
- Se mira que cumplan los requisitos de la ley y si cumplen las prioridades que son requisitos de interés general y de interés municipal. Son criterios bastante objetivos.
- Este año han decidido subir el importe el impuesto para 2018. ¿Por qué?
- Los presupuestos de 2018, efectivamente, contemplan la subida de la tarifa de verano. La de invierno seguramente se mantendrá igual aunque todavía no está la decisión tomada del todo. Se hará por dos motivos. Porque de todas las tasas que hay alrededor de Europa la nuestra es la más baja de todas. Segundo, porque no ha tenido efecto sobre los visitantes, al contrario, el verano ha seguido creciendo. Y tercero, porque como llegan más turistas, el coste ecológico se incrementa y por tanto se necesitan más recursos para hacer frente a todas estas cuestiones.
Se incrementa la necesidad de aguas depuradas, de tratamiento de residuos, de protección de playas y calas, de espacios naturales, etc. En Baleares también hay un problema que es la posidonia. Con la cantidad de fondeos de embarcaciones medianas y grandes, hemos de preservar la posidonia y para ello necesitaremos recursos que saldrán de este impuesto.
- ¿Qué proyectos se han aprobado para utilizar el impuesto?
- Se aprobaron los de 2016 para los que tuvimos 34 millones de recaudación. Estos proyectos de 2016 se están desarrollando en 2017 y próximos años, porque algunos tardarán más de un año en llevarse a cabo. Y ahora, a principios del mes que viene, aprobaremos los de 2018 con los 64 millones de 2017. En dos años, habremos invertido unos 100 millones de euros.
"En dos años invertiremos unos 100 millones con el impuesto turístico"
Entre los proyectos que se han aprobado se encuentra la compra de algunas fincas emblemáticas que eran de propiedad privada con el fin de aumentar los espacios naturales protegidos. Hay proyectos de preservación de la posidonia marina, proyectos de repoblación forestal porque como en Valencia, nos hemos visto muy afectados por la Xylella que perjudica a los almendros y a los cerezos. También habrá alguna rehabilitación de patrimonio histórico.
En Palma se ha presentado un proyecto para rehabilitar las Torres del Temple, unas torres de la época musulmana. A Menorca El Camí del Cavalls, que empezó en los tiempos de dominación británica, y también se recuperará. Hay una gran diversidad de proyectos.
- ¿Hay empresarios que estén a favor de la ecotasa o que hayan cambiado de opinión?
- Aptur, por ejemplo, se manifestó favorable al impuesto turístico desde el principio.
- ¿Alguno de los que estaba en contra ha cambiado de opinión tras ver que funciona?
- Públicamente no lo manifiestan. Por detrás ninguno se queja. El cobro del impuesto está funcionando con normalidad. El cliente en la recepción del hotel paga con toda tranquilidad. Curiosamente, las poquísimas quejas que hemos tenido vienen casi más del turista español y del propio turista interior. El mallorquín, menorquín o ibicenco cuando se desplaza a un hotel de las islas le cuesta más entender que tenga que pagar el impuesto cuando ellos ya pagan impuestos.
"Las poquísimas quejas vienen más del turista español"
Le tenemos que explicar que la normativa europea no permite discriminaciones entre los residentes y los no residentes. El objeto del impuesto es la estancia turística no la entrada a Mallorca. Es como la previa ecotasa del 2001 en Baleares, momento en el que ya fuimos pioneros. Después vino Jaume Matas del PP y la eliminó.
- Hablando de la tasa de 2001, ¿la gente está más concienciada ahora de que la tasa es necesaria?
- La opinión pública en 2001 estaba más dividida. Ahora está clarísimamente a favor. La opinión pública de Baleares está a favor y no ha habido fisuras con esto. Además, la finalidad del impuesto es claramente medioambiental. En 2001 el gasto permitía un margen más grande y ahora las finalidades medioambientales están más claras.
- ¿Cuál era el presupuesto en Turismo previo a la ecotasa y cuánto se ha recaudado con esta?
- Como le hemos dado un carácter medioambiental, la mayor parte de las inversiones las hacen las consellerias de Medioambiente, Territorio y los consejos insulares. Son los más beneficiados más que la propia Conselleria de Turismo que también es de Innovación e Investigación. El presupuesto total de esta conselleria son 55 millones de euros y de impuesto turístico se recaudarán este año 64 millones. La previsión para 2018 con el incremento del impuesto es recaudar 120 millones.
- También los cruceristas pagan la tasa. ¿Por qué decidieron este punto? ¿Es sostenible para una ciudad recibir cruceros?
- Es un tema que está en debate en muchas ciudades que reciben cruceros. Los cruceros dejan ingresos, indudablemente, la gente que visita hace gasto, deja ingresos a la Autoridad Portuaria, pero también tiene problemáticas para las ciudades que los reciben. En pocas horas se concentra mucha gente en un número reducido de calles. El centro de València no es muy grande, tampoco el de Palma, el de Ibiza también es relativamente pequeño.
Por eso hemos trabajado con la Autoridad Portuaria para escalonar al máximo la llegada de cruceros, de tal manera que no coincidan muchos a la vez. También se les hace pagar el impuesto turístico porque es una estancia turística. Ya puede ser en hotel o en un crucero amarrado al puerto. Además, ahora nos planteamos un cambio. Solo los cruceros que estaban más de 12 horas, que hacían noche en el puerto, pagaban. Ahora pagarán todo. Estén 4 horas o 24.
- En València algunos dirigentes plantean que sea una tasa municipal. ¿Cree que es mejor autonómica?
- Este es el modelo que aplica Cataluña, en el que una parte de la recaudación es autonómica y otra parte es municipal. Nosotros desde la experiencia de Cataluña vimos que al final la inversión que hacían los municipios eran muy encaminadas a su promoción turística y esto es como trocear la promoción turística con muchas pequeñas acciones de muchos municipios y consideramos que no era eficiente.
"El modelo de Cataluña trocea mucho la inversión"
Por lo tanto, hemos primado la recaudación autonómica y por lo tanto las inversiones de interés más general y de carácter supramunicipal en vez de una diversificación de una multitud de pequeñas inversiones a nivel municipal. Son dos modelos totalmente respetables y cada uno ha optado por el que considera más oportuno.
- ¿Le han pedido consejo desde la Generalitat Valenciana?
- A Conselleria de Turisme directamente no, pero al conseller de Hacienda es posible que sí. Pero tienen que tener en cuenta que hay dos partes fundamentales en el impuesto turístico, Hacienda y Turismo, y se han de tener en cuenta los dos. Aquí hemos trabajado de forma conjunta las dos consellerias para el diseño.
- ¿Puede ser un problema que en la Comunitat Valenciana no se pongan de acuerdo?
- Es fundamental que se pongan de acuerdo. Aquí, desde el punto de vista de Hacienda, se planteaban cuestiones que nosotros matizamos. Por ejemplo, a nuestra conselleria nos interesa mucho el turismo familiar. Por este motivo dijimos que los menores de 16 años no debían de pagar, para que las familias que vinieran no tuvieran una penalización y se recogió en la norma. La diferenciación entre temporada de invierno y de verano para nosotros era fundamental pero para Hacienda era un problema por el tema de los módulos y a la hora de cobrar es más complejo, pero también era importante que esto fuera así.
- ¿Cree que la tasa turística debería implantarse en toda España o solo en las autonomías más turísticas?
- La tasa está justificada en zonas más problemáticas relacionadas con el turismo de masas, con más presión turística, con más necesidad de inversión en defensa del territorio y del patrimonio y del medio ambiente. En otros sitios en más difícil de justificar. Pero eso es una decisión de cada uno y se debe tomar si se cree oportuna. Nosotros hicimos un estudio y vimos que en la mitad de los países de la Unión Europea hay impuestos turísticos implantados, a pesar de que es una cuestión bastante desconocida. No en todo el territorio, pero sí en algunas regiones y ciudades.
- Los apartamentos turísticos se han convertido en un quebradero de cabeza para muchas autonomías y en Baleares la legislación ha sido polémica.
- Ha sido algo complejo. Había dos opiniones absolutamente confrontadas. Los que defienden por distintos motivos la prohibición total. Desde el sector ecologista entienden que hay una presión turística total mientras que desde el sector hotelero se considera una competencia desleal. Luego aparecen lo que están totalmente a favor y quieren liberarlo totalmente de condiciones.
"Hemos limitado por ello el total de plazas turísticas que se pueden ofrecer"
Entre estas dos partes hemos de hacer una regulación que permita que tú puedas alquilar tu casa a turistas pero cumpliendo una serie de requisitos, límites y garantías. Hemos limitado por ello el total de plazas turísticas que se pueden ofrecer y eso incluye plazas turísticas hoteleras y de alquiler. 622.000 plazas. A partir de ahí, damos la posibilidad a los ayuntamientos y consejos insulares, que son quienes conocen sus realidades, para que decidan si se puede, no y dónde.
- ¿Y con las plataformas de apartamentos turísticos?
- Algunas plataformas han empezado a colaborar. Booking ya ha anunciado a sus clientes que si no tienes número de registro de turismo no comercializarán nada que no tenga alta legal. AirBnB se resiste más y pone más pegas. Nosotros le hemos pedido una cosa tan sencilla como que en su web solo puede haber alojamientos que estén dados de alta legalmente, sino no se puede comercializar.
Ahora tenemos en marcha requerimientos y notificaciones y evidentemente si no hacen caso iremos poniendo los expedientes sancionadores. Aquí las multas pueden llegar a ser de 40.000 a 400.000 euros. También se puede sancionar al propietario si se anuncia sin número de registro hasta 40.000 euros.
Las plataformas de apartamentos piensan que nuestra normativa es muy restrictiva pero nosotros les hemos dicho que en Palma se estaba produciendo problema de acceso a la vivienda y de convivencia entre vecinos y turistas frente a la realidad los pueblos de interior. Para ellos puede suponer una repartición de la riqueza del turismo, una revitalización de los centros turísticos que de otra forma se abandonarían. Casas vacías que ahora se pueden alquilar a los turistas pero es una realidad diferente.
Por eso se da herramientas a los ayuntamientos para que puedan dar, prohibir o limitar. hay protestas porque no todos están contentos pero ya hemos empezado a ver cómo el mercado del alquiler residencial en Palma ha aumentado. Ha tenido efecto porque pisos que iban destinados a turistas ahora van destinados al mercado residencial, cosa que para nosotros es positivo.
- ¿Se está exagerando el tema de la turismofobia?
- Yo diría que las zonas donde hay mas presión turística, desde Cataluña a la Comunitat Valenciana y las Islas Baleares, es normal que se realice una prevención contra esta presión. Luego hay un cuestionamiento más general del modelo turístico que tiene muchos pros pero también contras. El Turismo genera muchos puestos de trabajo, genera riqueza, pero esta se encuentra mal repartida y tiene presión sobre el medio ambiente.
"Las protestas mientras sean pacíficas son bienvenidas"
Es normal que se intente equilibrar. Y esto es lo que hacemos desde el gobierno de las Islas Baleares donde equilibramos y diversificamos para que el turismo pueda ser sostenible de aquí a veinte años. Crea protestas, sí, pero no las maximizaría. La reacción de Rajoy criminalizando estos movimientos en medio de proceso de Cataluña ayudó a que esto pareciera más de lo que era realmente. Las protestas las situaría en su justa medida, son lo que son, y en este sentido no hemos de llegar a la criminalización. Las protestas mientras sean pacíficas son bienvenidas.
- ¿Por qué le diría al secretario autonómico Francesc Colomer que debería aceptar la tasa turística?
- Primero, hemos de respetar las competencias de cada uno, pero hablaré de la experiencia de Baleares, que ha sido muy positiva. Se han generado muchos recursos, la opinión pública es totalmente favorable y se está aplicando sin ningún tipo de polémica. Está totalmente aceptada, los empresarios aunque estén en contra la han aceptado de forma normalizada y está funcionado en todos los alojamientos. No ha habido ningún tipo de conflicto ni ningún impacto en el turismo y además nos ha generado recursos importantes.
- ¿Tienen miedo de que si entra otro gobierno elimine la tasa?
- Todo puede pasar, pero es complicado que hoy por hoy, teniendo en cuenta que es algo que ya funciona. Lo que sí que es posible es equilibrar la tasa. Bajarla o subirla porque hoy por hoy nadie se plantea quitar el impuesto turístico en Baleares.