Hace algunos años, por las acequias de La Marina Alta corrían pequeñas gambas con los que se elaboraba la tradicional gamba amb blenda. Hoy en día, debido al uso de insecticidas y pesticidas, éstas han desaparecido y con ellas, el arte de su pesca.

A través de un sentido homenaje, Miquel Gilabert propone una reinterpretación de este plato ancestral. Plato que forma parte de su patrimonio familiar, y nos ofrece un carpaccio de gamba blanca de Dénia coronado con acelgas y piñoncitos. Un plato que en palabras del propio Miquel “és tot el que sempre hem estat, però se'ns havia oblidat”.

Porque Mare es el recuerdo, la memoria. La recuperación de unas recetas que no hemos sabido valorar, de unos productos que siempre han estado encima de las mesas. Esta gamba amb bleda es la consecución de un relato intergeneracional que abarca tradición oral, cultura y arraigo. Un diálogo permanente entre nuestra despensa y nuestros productores, pero sobre todo entre nuestro pasado y nuestro futuro.

La gamba amb bleda de Mare es la esencia de Benidoleig, la voz de un pueblo, la defensa de un modelo y un proyecto. Una fresa salvaje. Una magdalena. Una ratatouille. Un paréntesis. Una conexión y un vínculo. Es la sonrisa amable. El sol de invierno. La brisa calmada. Es el trino de un pájaro y el trote de un caballo. Es Pepe i Amparigües i Joanot i Vicentica. Es un nombre en un corazón de tiza. Un niño despreocupado por la calle. Es salir a tomar la fresca. En definitiva: la gamba ama bledo de Mare es origen y honestidad.