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grand place / OPINIÓN

GameOver

8/12/2020 - 

Todo comenzó en ultramar. Mientras el Territorio-Europa se afanaba por dar de comer a sus hijos, por encerrarlos para protegerles del virus, alguien pensaba en el MásAllá, alguien que nos convertiría en hologramas, poco a poco, para siempre… Fueron los elegidos por ELLA. En un fértil valle del Territorio-América, unos jóvenes imberbes se divertían en su laboratorio de ideas. No era nuevo. Llevaban más de 40 años jugando con las máquinas, hasta que las máquinas se cansaron del jueguecito. Fue entonces cuando llegó el CaosPrevio. El mundo había dejado de dar vueltas, se había paralizado por culpa de un maldito virus que llegó de LaGranFábrica. GameOver.

-Lo siento David. Creo que te voy a fastidiar la cena, aunque sea online. No estoy para fiestas y la pantalla te podría devolver una falsa imagen de mí. Menudo cabreo llevo. Me había pedido algún capricho para esta noche, en lugar de los típicos batidos de sabores y colores, y me han cambiado el menú. Cuando me ha llegado al balcón el dron-deliveroo casi lo estampo contra la ventana de enfrente… Me llega un mensaje a mi chip y me dicen de eHealth que no puedo pasarme de las calorías que tengo establecidas, especialmente después de la cuarentena. ¡Claro!, si es que me he metido cuatro corona-kilos desde el último lockdown… 

-Tranquila Laura, podemos tener una cena romántica igual. Pon el batido en las copas esas alargadas, de champán, creo que se llaman. Verás como sabe mejor… 

La imaginación y la indignación seguían siendo patrimonio de la humanidad, como en el invierno de 2020, antes de que llegara la covid-21. ELLA aún no había llegado a controlar esas cualidades que separaban las máquinas de los humanos. Y eso que, durante la post-pandemia, el GobiernoGlobal (GG) se afanó por avanzar en la IA/AI (Inteligencia Artificial). Era sólo el comienzo…

Dragoș Tudorache, presidente del comité de AIDA (Artificial Intelligence in a Digital Age), lo vaticinó en el AñoZero durante una sesión en el Parlamento Europeo, un órgano democrático elegido por los ciudadanos humanos, las máquinas no votaban entonces… “Durante las próximas décadas, la IA/AI nos ayudará a predecir, anticipar y gestionar futuras pandemias, descubrir nuevos medicamentos y tratamientos, y brindar una medicina personalizada como nunca antes”. 

Había que dar confianza a la población. Para los eurodiputados, era importante diferenciar entre “creaciones humanas con ayuda de la IA/AI y creaciones generadas directamente por la IA/AI. Consideraban que la inteligencia artificial no debía tener personalidad jurídica y, por ello, sólo los seres humanos podían ser titulares de derechos. Para ello, crearon un nuevo marco jurídico que desarrollara los principios éticos y las obligaciones jurídicas ligados al desarrollo, la implantación y el uso en la Unión de la inteligencia artificial, la robótica, y otras tecnologías como el software, los algoritmos y los datos. Eso fue entonces…  

En pleno vuelo. FOTO: ESA 

Mientras tanto, el Grupo de Expertos de Alto Nivel en Inteligencia Articial (GEANIA) de la Comisión Europea se preguntaba si este proceso imparable interferiría en los derechos humanos. “¿El sistema de IA interactúa con las decisiones de los usuarios (finales) humanos (por ejemplo, acciones recomendadas o decisiones a tomar, presentación de opciones)? ¿Podría el sistema de IA afectar la autonomía humana al interferir con el proceso de toma de decisiones del usuario (final) de una manera no deseada? ¿Se considera si el sistema de inteligencia artificial debería comunicar a los usuarios (finales) que una decisión, contenido, consejo o resultado es el resultado de una decisión algorítmica? En el caso de un bot de chat u otro sistema de conversación, ¿se informa a los usuarios finales humanos que están interactuando con un agente no humano?”

“Esto es sólo el comienzo”, insistía el gobierno de la Unión. En plena emergencia sanitaria de la covid-19, la salud era la obsesión. La transformación digital impulsada por la IA/AI en la atención médica permitirá tratamientos nunca antes posibles, nos ayudará a mejorar la salud general de nuestros ciudadanos a niveles sin precedentes y actuará como un catalizador para una mejora general en cómo se presta la asistencia sanitaria en Europa”, dijo el presidente de AIDA.

“En estos momentos, MyAnalytics me comunica a través de mi computadora, sin pedirlo, la actualización de mi trabajo mensual. Tengo 23 colaboradores activos. He añadido a 12 contactos a mi red. Me detalla con nombre y apellidos mis colaboradores principales, el índice de contacto, tiempo de lectura y de respuesta. Analiza el 94% disponible de productividad y aconseja mi bienestar al advertir 0 días tranquilos”. Es la nota al margen de la SIM histórica que me dejó en herencia la Tieta. Pero esto fue antes del CaosPrevio… ELLA decidió un día desconectar la red. Era sólo  el comienzo. ¡Game Over!

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