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un paseo 'Tras el árbol, junto a la fuente'

Gema Quiles se consagra a lo naíf en Volta Art Gallery

La artista Gema Quiles encuentra su lugar en Volta Art Gallery, ahí Tras el árbol, junto a la fuente representa un paseo simbolista a través de sus obras que permite explorar su propio jardín conceptual 

23/10/2022 - 

VALÈNCIA. La artista Gema Quiles sueña con un jardín, al igual que Lola Zoido lo hacía también con el suyo también. Muchos de su generación están en busca de algo tan simple como eso, un espacio propio en el que poder desarrollar sus ideas y su arte. Hace cosa de un año, cuando Gema conversaba con Carles Ángel Saurí dejaba clara esta idea: “Cuando pienso en un paisaje pienso en un campo abierto”, que bien puede enlazarse con su nueva muestra, que se expone en Volta Art Gallery hasta el próximo 4 de noviembre: Tras el árbol, junto a la fuente. En esta exposición la atrista fluye a través de sus obras generando un “paseo” laberíntico en el que se retracta desde lo más “naíf”, con una perspectiva más chill: “Genero algo pictórico, y poco a poco voy incluyendo colores nuevos conforme pasa el tiempo”, explica la artista. En su caso, Tras el árbol, junto a la fuente, nace ex profeso para el espacio de Volta Art Gallery, donde hay una especie de “laberinto” mental a través de los conceptos que conviven en la cabeza de Gema, entre ellos pájaros, fuentes, árboles, y sombras. Todo ello es excusa para conversar con la artista sobre su trayectoria y contemplar como avanza la artista emergente en este momento.

Foto: VOLTA GALLERY

La obra de Gema resulta limpia, tranquila. Su interés nace en la naturaleza, y poco a poco se va abriendo a incluir nuevos personajes a la narrativa: “Yo al principio la naturaleza la veía como una huída, a un espacio nuevo. Ahora realmente voy experimentando con todo lo que me rodea, con imágenes únicas y con algo simbólico”. Para ello, en este paseo de galería, muestra cuál es la idea con la que su cabeza identifica elementos simples como pueden ser un árbol, una nube o un sol, y no por ello conlleva un concepto menos elaborado: “Me gusta mucho cuando la gente viene a ver la exposición y entiende lo que quiero transmitir, me alegra que puedas entender viendo una fuente cuales son las concepciones que yo quiero reflejar, es como que esa persona lo ve y su cabeza lo acepta”, cuenta la artista, quien dibuja fuentes con “chorros de agua infinitos” y sin sombras.

¿Por qué en su obra vuelve a esta interpretación más naíf? Gema considera que es algo así como ir en contra de la norma, como ese “saber como funciona la pintura y salir de ello”, un momento en el que quieres innovar en ese aspecto. Con un trazo simple y una representación más simbólica ella percibe, de su trabajo, que poco a poco va avanzando dentro de una representación “intimista” en la que ante todo disfruta con lo que hace: “Ahora siento que estoy representando más bien un paseo, algo más terrenal. Casi sin quererlo cuento también la historia de mi familia, del pueblo, de la agricultura, también es una manera de representar esa intimidad”. Ahora mismo el paseo, en ese aspecto, explora como producir estos elementos “a su marcha”: “Eso va con cada uno, yo ahora mismo por ejemplo no me veo introduciendo la forma humana, pero sí las sombras, es algo que va introduciéndose pero con sutileza, como si fuera una serie que avanza por capítulos”.

Ella, al igual que otros artistas de su misma quinta, está viviendo un momento social inestable y recargado de muchísima información. Es por ello que Gema considera que en este caso es habitual buscar esa "línea básica", y que a su vez esta no tiene que contar con esa información adicional que define obligatoriamente la obra: “El peso de la institución es muchas veces el que te obliga a tener algo sólido y estable para que sea más “creíble”, por así decirlo", y se alegra por los nuevos espacios en los que su generación sí que tiene cabida, "sí que es verdad que cada vez está entrando la gente joven en algunos lugares como el EACC o con nuevas actividades como las que hace el IVAM, por ejemplo. Con estas cosas estamos huyendo poco a poco de la idea de museo más cerrada y encasillada”. Sin embargo, a pesar de que este camino se esté construyendo, los primeros cimientos se van poniendo, tal vez, en las galerías. 

En el caso de Volta esa relación es positiva, se convierte en ese espacio independiente en el que Gema puede expresarse con total libertad. En su caso fueron ellos ellos los que contactaron con la artista para exponer, algo que no suele ser lo habitual: "Muchas veces se tiene este mito de que el artista no debe de contactar con la galería, es esta la que tiene que buscarte a ti", explica, y realiza una similitud de este contacto con el coqueteo, en el que parece que el artista "no puede irle detrás a la sala". Esta es la primera galería en la que Gema encuentra "ese lugar", ese desde el que la galería le ha buscado a ella. Realizada esa primera toma de contacto Gema ya puede, a través de su muestra, poder profesionalizarse sin necesidad de seguir esas normas de la pintura no escritas, y donde el trazo simple se "consagra" y profesionaliza, donde ir a lo naíf y buscar poco a poco que da color al relato supone una expresión absoluta del "jardín" mental de Gema que, por fin, baja a tierra.

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