VALÈNCIA. La cadena de comidas para llevar Lassal, propiedad de Gonzalo Calvo, fundador del Grupo Saona, suma y sigue. El empresario coge carrerilla en la expansión del negocio con nuevas aperturas en València, una de ellas este mismo lunes 25 de marzo en Blasco Ibáñez y otras que llegarán en los próximos meses. Pero, además, consciente de la buena acogida que ha tenido la cadena, se lanza a la franquicia. Ya tiene un acuerdo cerrado para abrir el primer establecimiento bajo este modelo y, además, negocia otro en Madrid, el primero fuera de territorio valenciano. "Este 2024 va a ser un año apasionante para Lassal", asegura a este diario.
Fue hace dos años cuando Calvo decidió montar esta nueva empresa, tras los éxitos de Saona y Begin, proyecto que lleva junto a sus hijos, dueños de Voltereta. Tras abrir dos locales en seis meses, ahora pone en marcha el acelerador e inaugura este lunes un tercer local en la calle Blasco Ibáñez 20, un punto estratégico para el negocio, dada su proximidad con muchas facultades de la Universitat de València y de los hospitales Quirón y el Clínico de València.
Como novedad, el nuevo establecimiento traerá un nuevo concepto tanto a nivel de experiencia como de platos. Mantendrá su filosofía de "ofrecer comida casera con precios más baratos que un restaurante", pero con mayor capacidad de aforo para comer en su interior y oferta gastronómica. De esta forma, mientras en los dos primeros establecimientos de Lassal únicamente hay servicio de comida al mediodía con platos sueltos o menús, en este tercer local también habrá desayunos y meriendas, así como una zona de bowls de ensaladas para prepararlos de forma personalizada.
"Buscamos generar una nueva experiencia más allá del take away, aprovechando que es una zona universitaria y que estaremos al lado de dos hospitales", explica Calvo. "Por ello, como ya iniciamos en el local que tenemos en la calle Correos, habrá espacio para consumir dentro del establecimiento, pero ahora hemos habilitado mayor aforo y también hemos incluido desayunos y meriendas para ampliar el servicio", detalla. De esta manera, la oferta aumenta en este caso con bocadillos, muffins o cookies, así como zumos o cafés.
Asimismo, se habilitará un espacio para hacer bowls de ensalada al gusto de cada uno con vistas a personalizar la comida y ofrecer posibilidades a veganos y vegetarianos. "El cliente podrá elegir como base entre pasta, quinoa y una mezcla de lechugas y luego escogerá la proteína, la salsa y el resto de ingredientes", indica el empresario.
A esta posibilidad se suma su oferta habitual de platos: desde canelones de verduras con salsa de boletus, rigatoni con trufa y longaniza, pollo al curry, gazpacho, salmorejo, hummus, arroces, fideuá o ensalada de boniato y quinoa. Además, se van a incluir nuevas creaciones como berenjena rellena, gyozas o chips de boniato. Asimismo, ofrecerá la posibilidad de elegir entre dos tipos de menú: uno más completo de dos platos, bebida y postre; y otro que incluye un plato, bebida y postre.
Estas incorporaciones han sido posible por las dimensiones del bajo en el que este lunes abre sus puertas. Y es que este tercer Lassal contará con una superficie de 150 metros cuadrados, a diferencia de los otros dos que la cadena tiene abiertos, que rondan los 60 metros cuadrados. Esta amplitud permitirá contar con un aforo interior de 50 plazas y aumentar el número de vitrinas y platos.
"Vamos a hacer una prueba piloto para probar este nuevo concepto con los bowls, los servicios de desayuno y meriendas y más espacio de consumo para explorar vías de negocio y ver qué tiene más sentido y qué demanda el mercado valenciano", explica el fundador de Lassal. En función de los resultados, el concepto de la cadena irá más enfocado a un modelo de casa de comidas tradicional, como hasta ahora, o a otro más pensado en la experiencia del cliente.
Más allá de esta nueva apertura, la hoja de ruta del empresario pasa por seguir creciendo y, para ello, Lassal se lanza al modelo de la franquicia. La estrategia de Calvo es sencilla: seguir la estela de Saona, es decir, escalar el negocio tanto por la vía de los locales propios como los franquiciados. De hecho, el primer establecimiento externo llegará en solo unas semanas, en el mes de abril, tras meses de negociaciones. Será en el emblemático espacio gastronómico del Mercado de la Imprenta.
De forma paralela, Lassal negocia su llegada a Madrid, también bajo el formato franquicia, y la apertura de un obrador para elaborar sus platos. Y no será la única apertura en la capital. "Este concepto de negocio es bastante franquiciable porque el margen de error es pequeño", subraya el empresario. Eso sí, antes de verano llegará el cuarto local propio por la zona de la calle San Vicente de València.
"La acogida ha sido muy buena en el mercado valenciano, aunque todavía estamos aprendiendo y afianzando el modelo. Al final, el que manda es el cliente y, en base a las preferencias que detectamos, vamos haciendo pruebas. No obstante, observamos que Lassal funciona y me gustaría seguir creciendo, pero también tenemos que ser prudentes", sostiene.
En cualquier caso, su expansión es un hecho. Su objetivo es cerrar este 2024 con cerca de seis locales, tanto propios como franquicias, y llegar a los 12 en 2025. Y, a partir de ahí lanzarse al resto de España. "En principio, nuestra hoja de ruta es ir a Madrid y luego dar el salto otras ciudades, pero dependerá de los clientes", remarca.