VALÈNCIA. La mala situación financiera de la EMT ha motivado la última refriega interna de los socios de gobierno en el Ayuntamiento de València. El consejo de administración de la empresa pública, que preside el edil Giuseppe Grezzi, volvió a ser este viernes escenario de la división entre Compromís y PSPV, y estuvo marcado por la elevada deuda de la entidad. Un panorama económico nada alentador que ha obligado al ala socialista del gobierno municipal a atender una de las peticiones que la oposición ha estado haciendo en los últimos años: el Ayuntamiento intervendrá la empresa.
El consejo de la EMT se había convocado 'in extremis' este viernes con el objetivo de aprobar los presupuestos de 2023 después de que el mes pasado quedaran sobre la mesa. El motivo no era otro que la renqueante salud financiera de la firma: la considerable bajada de ingresos por la pandemia y el mantenimiento de un elevado nivel de gasto e inversiones -agravado por la crisis energética y de suministro- ha llevado a la EMT a una deuda de unos 100 millones de euros -la del Ayuntamiento es de 250-.
En octubre, las cuentas no salieron adelante porque había "errores que subsanar": no se había previsto el dinero suficiente para saldar las deudas bancarias que vencen el año que viene. De esta manera, este agujero contable habría obligado a la EMT a recortar de otras partidas para hacer frente a sus pasivos financieros. Por lo que, el último mes, la empresa dirigida por Grezzi negoció con la concejalía de Hacienda, encabezada por el socialista Borja Sanjuán -también consejero de la empresa pública-, una inyección de dinero extra para salvar la situación de la empresa para 2023: 11,3 millones de euros.
El consejo, al que parecía llegarse con acuerdo, sin embargo acabó mostrando las costuras internas del ejecutivo local, ya desde primera hora. La reunión estaba convocada a las 8.30 de la mañana, pero se retrasó hora y media al negarse los consejeros socialistas -Sanjuán y Elisa Valía- a que la gerente, la abogada del consejo y la directora financiera estuvieran de manera telemática, tal como -dicen los socialistas- habían exigido al día anterior para salvaguardar la seguridad jurídica en la aprobación de estas cuentas delicadas.
Iniciada ya la sesión, con las mencionadas responsables en la sede, los presupuestos de la entidad salieron adelante con la aportación extra de 11,3 millones de euros. No sin antes curarse en salud el PSPV, solicitando a la abogada que certificara que no se estaba incurriendo en "mala fe" o falta de diligencia con estas cuentas. Ahora bien, la inyección millonaria se hizo a cambio de que la EMT se comprometa a llevar a cabo un plan económico-financiero. Esto es, a seguir una hoja de ruta consensuada con el Ayuntamiento.
El objetivo del plan es frenar la espiral de cubrir con préstamos lo que no ingresa por billetes -su línea de negocio- ni por aportaciones del Ayuntamiento o del Estado, y hacer que sus ingresos de negocio cubran, al menos, el 50% de los costes. Algo que no ocurre desde 2020 y que pone en peligro la condición de organismo externo al Ayuntamiento, como señaló la propia Intervención recientemente.
Este plan supondrá reducir gastos de alguna parte o encontrar alguna manera de incrementar la facturación. Y en todo caso, una tutela de la entidad por parte del consistorio y de la concejalía de Hacienda (PSPV), algo que tanto PP como Ciudadanos y Vox venían exigiendo desde el fraude de cuatro millones a la firma ocurrido en 2019.
"Lo que hemos hecho es intervenir", explicó Sanjuán, para "garantizar que se paga proveedores, que se pagan nóminas y que la compañía es sostenible". Aunque la portavoz del PP, María José Catalá, calificó de "vergonzante, bochornoso e irresponsable" la tardanza en la intervención desde 2019. De hecho, los populares han presentado una moción al pleno para exigir que tome las riendas la Intervención.
El edil de Cs Narciso Estellés reclamó la intervención "formal y no informal" de la EMT, y aseguró que la firma está "en un punto muy crítico, con la mayor crisis económica de la historia de la compañía" por responsabilidad de Grezzi, del que pidió su "cese urgente". Por su parte, el edil de Vox Vicente Montañez calificó al presidente como "gestor nefasto" y reclamó su cese al alcalde: "Hablamos de una empresa que está a la deriva, que ha sido estafada, que ha tenido que pedir una ampliación de capital y cuya deuda no deja de crecer día tras día".
Pero el consejo no acabó ahí. La EMT había incluido otro punto en el orden del día relativo a un plan para reestablecer el equilibrio financiero de la empresa. Esto es, otra inyección de dinero adicional para hacer frente al agujero provocado por las pérdidas de los últimos años, que asciende a unos 20,3 millones de euros en total. Ese plan de saneamiento de la firma consistía en una transferencia de 2,6 millones de euros anuales durante ocho años para cubrir el desequilibrio patrimonial, como había publicado Valencia Plaza.
Sin embargo, el presidente de la firma, Giuseppe Grezzi, retiró el punto después de que los socialistas plantearan una enmienda donde se dejara claro que ese dinero se dedicaría al pago de deuda y no a otros gastos de la compañía. A lo que el edil planteó una alternativa para que el destino lo definieran los servicios municipales, según explicaron fuentes presenciales. La EMT, tras reiteradas preguntas al respecto, rechazó explicar nada al respecto. Fuera como fuere, Grezzi acabó retirando el punto tras la desavenencia con el PSPV.
En ese sentido, Catalá calificó los presupuestos de "ficticios, irreales, que no aseguran los ingresos públicos, no garantizan la viabilidad económica y que no aportan seguridad jurídica a la empresa". "Como muestra de esta inseguridad jurídica, se ha retirado del orden del día el punto por el que el Ayuntamiento debe comenzar a pagar los préstamos bancarios de la EMT", sentenció.
"Considero que es una inconsciencia que Grezzi retire de la sesión del Consejo el punto del plan bancario sobre los 20,36 millones de euros, cuando la empresa se encuentra en fondos propios negativos, lo que incide más en nuestra petición de cese de Grezzi", ahondó Estellés. Y Montañez, para quien "las peleas entre Compromís y PSPV en el Ayuntamiento de Valencia están causado escenas lamentables como esta".