Ella, jefa de rango en la sala. Él, un cocinero joven que llegaba a Barcelona para hacer prácticas en una de las cocinas más potentes de Europa. Entre bandejas, cambios de pase y risas cómplices, surgió la chispa que poco a poco empezaría a cocinar una idea propia.
Ambos venían de años de experiencia en gastronómicos y hoteles gran lujo, pero compartían una visión clara: la técnica sin alma no sirve de nada, y la cercanía con el cliente es tan importante como el mejor producto. Durante los servicios de Tickets, su amistad se fue fortaleciendo y con ella la idea de crear algo propio, un restaurante donde todo lo que aprendieron y vivieron tuviera un espacio auténtico.
Tras la pandemia, decidieron dar el paso: mudarse de Barcelona a Valencia. La ciudad les ofrecía luz, mar, calidad de vida y un crecimiento gastronómico emocionante, donde aún había espacio para nuevas propuestas con personalidad. No querían lanzarse a ciegas; se tomaron dos años para conocer la ciudad, entender a su gente, su demanda gastronómica y lo que realmente faltaba en el panorama local.
Así nació Gazuza, un espacio pequeño y acogedor, con cocina abierta, donde todo se cocina frente al cliente con ingredientes frescos y seleccionados de los mercados de la ciudad: Rojas Clemente y Mercado Central. Aquí no hay artificios ni fuegos de artificio: todo es producto de temporada, respeto al producto y cariño en la preparación; con sabores que reflejan la experiencia de ambos, con toques latinos, asiáticos, mediterráneos… un lugar donde el cliente se siente cómodo, sorprendido y bienvenido.


Gazuza es ese olor que te lleva a casa aunque estés lejos. Es disfrutar sin pretensiones, sin corbata. Cocina de autor, de inspiración libre, para los que comen con ganas, brindan con gusto y repiten por placer.
Andrea aporta esa sensibilidad que convierte cada detalle en memorable, cuidando la sala con elegancia, cercanía y un punto divertido que hace que cada visita sea especial. Cristian aporta creatividad y técnica aprendida durante años en alta gastronomía, siempre respetando la esencia de cada producto. Juntos han creado un restaurante que combina lo clásico con lo acogedor, donde la elegancia convive con la familiaridad y cada elemento está pensado para que el cliente disfrute sin esfuerzo.
Gazuza no es solo apetito, es una palabra con hambre, donde repetir es una ovación silenciosa y cada visita recuerda que la gastronomía es, sobre todo, compartir. Es un proyecto hecho con amor y con grandes intenciones: respeto al producto y una experiencia gastronómica que invite a volver.
En Valencia hay muchos restaurantes, pero Gazuza se va haciendo un lugar especial, de esos a los que apetece volver. Cada plato refleja cuidado y cariño, los detalles importan, y comer bien se siente natural. Un sitio donde disfrutar de la comida, la compañía y esos pequeños momentos que hacen que quieras repetir la experiencia”.