ESCAPADAS

ESCAPADAS HEDONISTAS

Hoteles donde siempre es San Valentín

Porque el amor no necesita fecha en el calendario, solo el escenario perfecto.

  • Hotel San V
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Llegó el día de marras. San Valentín, el 14 de febrero que siempre marcamos con un corazoncito. Hoy se celebra el amor, pero ¿acaso no es lo mejor celebrarlo todos los días? Sea como fuere, y aunque el calendario nos dicte un día para celebrarlo, para nosotros el amor no tiene fecha de caducidad. Lo celebras con una cena, con un regalito, con un ramo de flores... Pero también se puede celebrar con una escapada a un hotel.

Y para nosotros, que nos va el mambo, hay sitios donde el romanticismo es una constante. Y no, no hablamos de ñoñerías como habitaciones llenas de pétalos de rosa ni de cenas a la luz de unas velas demasiado calculadas. Hablamos de esos hoteles que crean el ambiente perfecto para disfrutar juntos, sin importar si es febrero, San Valentín o cualquier otro mes del año.

Porque, de verdad, no hace falta esperar a fechas como esta para regalarse un fin de semana especial. Ya sea en plena naturaleza, frente al mar o en el centro de una gran ciudad, estos hoteles tienen lo necesario para hacer que cualquier día se convierta en un planazo romántico. Porque el amor no es cosa de un solo día ni de un solo tipo de pareja. Y si hay sitios donde el amor flota en el aire, sin duda están en esta lista.


The Lodge Mallorca: lujo y naturaleza en la Tramuntana

Si lo tuyo es el plan de desconectar del mundo y perderte con tu pareja en plena naturaleza, The Lodge es el sitio. Entre campos de lavanda y almendros, este hotel en la Sierra de Tramuntana es todo calma y buen gusto. Hedonismo del que nos gusta. Algunas suites tienen piscina privada y terrazas para ver esos atardeceres que permanecen en la memoria. Y si os va la buena mesa, su restaurante Singular cocina con fuego de leña de la propia finca, así que la experiencia es redonda. También organizan rutas en bici, picnics en miradores secretos... Y hasta retiros, como el que han preparado entre el 24 y el 27 de abril, que es especial para parejas. La idea es disfrutar de prácticas diarias de yoga y meditación, además de talleres diseñados para fortalecer la relación y fomentar el autoconocimiento. Vamos, que si aquí no os relajáis y salís de allí más unidos que nunca, es que no queréis.

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Mercer Plaza Sevilla: un palacio para dos

Sevilla siempre es una buena opción. El aroma a azahar que pronto empezará a flotar en el ambiente y ese duende que tiene la ciudad andaluza hacen de ella una reina entre los románticos. Ubicado en plena Plaza San Francisco, este hotel Gran Lujo ocupa dos edificios históricos sevillanos y tiene solo 25 habitaciones. O sea, que la intimidad está más que asegurada. Desde el minuto uno, el plan pinta bien: empezar con un cóctel de autor en su coctelería, cava y fresas con chocolate en la habitación –aquí sí que nos apetece una ñoñería– y un desayuno que es un festín cada mañana, con bollería casera, huevos benedictinos y hasta champagne si os venís arriba.

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Hotel Arts Barcelona: amor con vistas al Mediterráneo

Si el escenario cuenta, este hotel se lleva la palma. Frente al mar y con unas vistas que quitan el hipo, el Hotel Arts es un clásico del lujo en la Ciudad Condal. La joya de la corona, su restaurante Enoteca Paco Pérez, con dos estrellas Michelin, tiene un menú especial para San Valentín, pero cualquier día es bueno para una cena épica aquí. Además, su spa en la última planta y sus piscinas al aire libre hacen que sea un planazo en cualquier momento del año. El Mare Nostrum de fondo y tú con tu persona favorita, ¿qué más se puede pedir?

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Brach Madrid: el nuevo París en plena Gran Vía

Si sueñas con una escapada romántica a París pero de momento toca quedarse en Madrid, Brach Madrid es la alternativa perfecta. Con una propiedad ya en París, ahora la marca acaba de desembarcar en plena Gran Vía madrileña. Y lo ha hecho pegando fuerte. Diseñado por Philippe Starck, este hotel trae el chic francés a la capital, con habitaciones sofisticadas y un rollo muy cosmopolita. Su restaurante mezcla lo mejor de la cocina francesa y española, y la pastelería... Ay, la pastelería. Es el lugar donde darse el vicio –de comer rico, claro– probando mil y un pastelitos delicados con acento galo. Y si la idea es mimarse un poco, su espacio wellness La Capsule tiene tratamientos que os dejarán como nuevos.

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Royal Hideaway Corales Resort: cócteles sin salir de la habitación

Only adults. Si ese no es el emblema de un hotel romántico, no sé cuál puede ser. Esta declaración de intenciones ya nos pone en preaviso de que es perfecto para parejas. ¿Canarias en pleno invierno? Of course, sí quiero y dame más. Nos vamos a Tenerife, porque este paraíso, con una arquitectura inspirada en los corales marinos, es pura luz, calma y privacidad. Sus suites, con vistas espectaculares y bañeras que prácticamente se funden con el horizonte, no pueden ser más cosy. Y para esta fecha –y para cuando quieras– organizan algo muy chulo. Si una copa en la terraza ya suena bien, imagina que un bartender os monta una coctelería privada en la suite. Y esto tiene nombre: In-Suite Cocktail Experience. La idea es que un mixólogo os guíe en una cata a ciegas y después prepare cócteles personalizados para disfrutarlos con el Atlántico de fondo. Esto va mucho más allá que la típica cena romántica, ¿verdad?

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Castilla Termal Monasterio de Valbuena: historia, vino y relax

En plena Ribera del Duero, este antiguo monasterio cisterciense del siglo XII es el lugar perfecto para combinar historia, buen comer y relax absoluto. Y no puede ser más romántico... Lo primero es lo primero: esta cadena es famosa por sus aguas mineromedicinales y este spa no iba a ser menos. La zona de aguas mira a la naturaleza y ya sublimas la experiencia si reservas en la Capilla de San Pedro, una zona en la que se ha recreado una de las capillas junto al claustro para ofrecer un ritual privado de contrastes. La cocina es otro sí rotundo, asesorada por Miguel Ángel de la Cruz (pronto tendrán un gastronómico también) que atestigua que aquí se viene a disfrutar sin prisa. ¿Otro plus? El desayuno, pantagruélico, con opciones para todo y con platos como unos huevos de gallinas propias y morcilla de Burgos, que es de los que se recuerdan. No hay nada como tomar una copa de vino en La Bodega de los Monjes, en el subsuelo del hotel, donde los primeros monjes cistercienses de la Ribera del Duero comenzaron a elaborar vino. El resto, es historia.

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Estimar Valencia: el planazo sin salir de casa

Si te pones remolón y no quieres salir de la Terrera, y sobre todo, no te apetece hacer kilómetros, este hotel es el plan perfecto para una staycation. Ubicado en un antiguo banco reformado, tiene ese no sé qué que te enamora desde el primer momento. Bueno sí sabemos bien qué tiene: diseño, historia y buenas vistas. A sus habitaciones súper confortables, se suman su restaurante, The Banker’s Bar, con una carta con producto local y platos para compartir y The Coin, el rooftop. ¿El plan aquí? Pedir cócteles de autor con guiños a la ciudad (como el D’OR XATA, con horchata y lemon grass) que saben todavía mejor con la ciudad bajo tus pies...

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