La idea de abrir una heladería artesana y ofrecer cada temporada más de cien sabores diferentes parece una locura. El helado artesano es aquel que se elabora desde el inicio en un obrador (de helados) y precisa de ingredientes frescos para conseguir un sabor puro.
Emanuele Valentino viaja, conoce, descubre y después, convierte sus recuerdos en helado. Este napolitano empezó trabajando en una pequeña heladería de su ciudad y tras formarse y trabajar en otras ciudades europeas, decidió empezar su proyecto en Valencia.
A través de sus helados, da a conocer combinaciones de sabores desconocidas que resultan estar deliciosas. Eso sí, no descuida los sabores clásicos.

En Valentino Gelato triunfan helados de un único sabor como el de avellana del Piamonte o el de pistacho puro siciliano. También, helados de fruta como el de arándanos, plátano, piña o sandía; y otros más reconocidos como el de leche merengada, stracciatella, café o turrón.
Ahora bien, una de las características que diferencia a Valentino son sus combinaciones de sabores: helado Mamma Mia (caramelo salado, crumble de cacao, avellana y chocolate); Amalfi (crema de limón, leche condensada y crumble de limón); Cremino (helado en capas de avellana y Nutella)… Y su cremoso helado de ricotta con higos caramelizados, inspirado en una popular tarta italiana de ricotta y mermelada de higos.

Los sabores entran y salen de la vitrina. Los mejores, y los de temporada, se quedan.
Buon appetito a tutti!
