Con la nueva dirección de Anhelo, Carrer del Maestro Ripollés 6 de Castelló de la Plana, algo ha terminado de encajar. Cristian Granero ha encontrado el lugar —y el tempo— donde su cocina respira en plenitud. El cambio de espacio, en 2023, no ha sido solo geográfico: ha supuesto una madurez natural, una destilación de aquello que ya intuíamos en su primer año de proyecto propio. Hoy, Anhelo goza de una serenidad gastronómica que se traduce en solidez, sabor y gesto.
Formado en panadería y pastelería, Granero arrastra esa precisión del que amasa y espera. Su menú se deja atravesar por ese mundo: masas, fermentaciones y glaseados que invaden el territorio salado con naturalidad. En Anhelo, el aperitivo puede parecer un postre y el postre, un aperitivo; sin embargo, todo encaja. El resultado es una cocina que juega con las capas del sabor y la textura, con fondos que rozan lo dulce: reducidos, brillantes, casi un glaseado.
Los menús —Anhelo (90 €), Sentidos (60 €) o D’Uixó (39 €)— son un recorrido por la memoria y el oficio. Cada pase parece pensado desde la emoción de quien amasa y espera: precisión y deseo, fuego bajo. En medio, un servicio afinado, una sala luminosa y una carta de vinos con muchas y buenas referencias. Una cocina que habla bajito, pero deja huella. Quizá por eso su nombre cobra tanto sentido. Anhelo ha encontrado su forma: dulzura, fuego y oficio.
