Guisante Rojo

Dicen que el Guisante Rojo es un cebo perfecto en la pesca. No sé si el nombre del restaurante responde a esto mismo pero quiero pensar que sí después de varios intentos fallidos de reservar en su terraza. Siempre está lleno, pero hace poco conseguí pescarlo. Ya era famoso por sus platos y la relación calidad-precio, pero ganó todavía más popularidad con la reforma que hizo hace no mucho. 

El Guisante Rojo está en en Cabanyal, justo al final de Blaco Ibañez, en la calle de Martí Grajales, 15. Justamente por esa zona no es que haya un ambientazo a parte de un par de locales más en la misma acera, lo cual me sorprende aún más. La gente que va, va porque lo conoce. Cualquier día que pases lo verás abarrotado, y es que tiene la terraza que todos quieren porque le da solazo. 

¿Qué se come en Guisante Rojo? Un poco de todo y muy casero. El tema es que tienen varias opciones vegetales además de otras adaptaciones. Para empezar, las bravas de boniato con salsa de trufa y de sriracha están para no dejar de mojar. Es verdad que no pican como las Bravas de toda la vida, pero oye, mola que les hayan dado una vuelta. También puedes pedir la ensalada de calabacín, o lo que lo mismo, una cresta llena de tiras de calabacín, verduras y flores. Por otra parte, tienen versiones vegetarianas de sus gyozas, de la titaina y de la tosta de steak tartar con helado de mostaza, además de sus croquetas de boletus y trufa y el hummus con totopos caseros. Esto son solo algunos platos, pero tienen más, échale un ojo a la carta y no te olvides de reservar con tiempo.