VALÈNCIA. Ence (ENC) se ha dejado en bolsa prácticamente un 20% en las últimas 20 sesiones, lo que la ha llevado a retroceder en lo que va de ejercicio un 29,4%, tal y como se aprecia en el gráfico inferior de Investing. Y, de este modo, a reducir su capitalización por debajo de los 638 millones de euros. Un mal comportamiento condicionado -como le está sucediendo a la práctica totalidad del resto de cotizadas- por la actual crisis sanitaria.
La histórica compañía presidida por Ignacio de Colmenares aplicó desde finales de febrero protocolos internos para prevenir y minimizar los riesgos de la propagación para las personas y operaciones, que le han permitido operar con normalidad durante el trimestre y mantener íntegramente el empleo. Además, todas las actividades de Ence -desde la producción de celulosa especial y operaciones forestales hasta la generación de energía renovable- han sido consideradas esenciales.
Sin embargo, lo que ha afectado -y mucho- a ENC es el desplome de los precios de la celulosa, que han llegado a tocar mínimos de los últimos diez años. Así lo acusó en sus resultados correspondientes al primer trimestre del año, que arrojaron unas pérdidas de 11,8 millones de euros frente a unas ganancias de 17,3 millones mismo periodo del ejercicio anterior. Por su parte, la cifra de negocios se contrajo un 6,2% hasta los 183,5 millones.
Todo ello mientras en su accionariado siguen estando hasta cuatro bajistas -principalmente 'hedge funds'- con nombre y apellidos. A saber: AHL Partners, que controla el 1,39%; JP Morgan Asset Management (1,36%), Connor, Clark & Lunn Investment Management (0,69%) y Voleon Capital Management (0,59%), según lo constató ayer por la tarde este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Por otro lado, ENC informó ayer que sus diez plantas independientes de energía renovable han suministrado a la red general la electricidad suficiente para cubrir las necesidades de casi 50.000 personas desde que se decretó el estado de alarma. En concreto, ha suministrado más de 254.000 megavatios hora (MWh) de energía, que han contribuido a mantener el servicio a la población y han representado un ahorro de más de 21.800 toneladas equivalentes de petróleo (tep).
Además de la energía que produce a partir del calor y subproductos del proceso de la celulosa en sus dos biofábricas de Potevedra y Navia, Ence genera energía en otras diez plantas independientes, de las cuales ocho son de biomasa agroforestal, una de cogeneración y, otra más, de energía termosolar. Estas diez plantas juntas suman una potencia instalada de 316 MW renovables, con una capacidad de producción de energía suficiente para el abastecimiento de más de 380.000 personas al año, según el consumo eléctrico per capita nacional, al mismo tiempo que permite ahorrar casi 177.000 toneladas equivalentes de petróleo.
"A estos importantes beneficios sociales y ambientales, se suma el que se deriva de la valorización de la biomasa agrícola y forestal que las plantas de Ence usan como combustible de caldera. Sirva como ejemplo que la mayor parte de la biomasa consumida por ENC en lo que va de año procedía de actividades agrícolas del entorno de sus plantas", manifestó ayer la cotizada domiciliada en Madrid. Se trata de casi 300.000 toneladas de biomasa procedente -mayoritariamente- de viñedos, olivares y frutales, y que hubieran sido quemadas en el mismo campo, desaprovechándose así su capacidad energética y suponiendo "un alto impacto medioambiental y riesgo de incendios".
Por último, tal y como informó la celulosa, "la compañía sigue apostando por el crecimiento en energías renovables dentro de su plan estratégico, comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y en paralelo a los objetivos establecidos a nivel nacional e internacional para luchar contra el cambio climático", señaló. En este sentido, ENC se muestra dispuesta a colaborar "significativamente" con España y la Unión Europea para conseguir que en 2030 el 32% de la energía comunitaria sea renovable, un objetivo europeo que la crisis derivada de la pandemia "debería convertir en prioritario" y no poner en peligro, según advirtió.