La patronal hotelera redoblará su presión sobre los socialistas para que no salga adelante una tasa turística municipal y de aplicación voluntaria, a la que se oponen incluso aunque llegue con una moratoria
VALÈNCIA. Tras varios desencuentros a la hora de concertar la reunión, finalmente los partidos del Botànic y los empresarios del sector se han citado el próximo 10 de marzo para hablar de la tasa turística que los partidos que apoyan al Consell (PSPV, Compromís y Unides Podem EU) han acordado aprobar en Les Corts. La cita será en la sede de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y las posturas con las que ambas partes irán a la misma son ahora mismo muy lejanas. Tanto que la idea de los hoteleros es tratar de romper la unidad de los tres partidos alejando a los socialistas de sus socios para evitar que el tributo salga adelante.
El pacto que en el contexto de la negociación presupuetaria cerraron los socios botánicos es sobre una tasa de aplicación municipal voluntaria (es decir, cada localidad decidiría si la cobra o no) de entre uno o dos euros diarios como tope, con un máximo personal que podría estar en catorce euros y que dejaría fuera largas estancias (más de dos semanas), a los menores, los viajes del Imserso o los de salud. De momento, ya han recogido aportaciones de sindicatos, de expertos universitarios y de la federación valenciana de municipios, todos ellos partidarios de establecerla, cada uno con sus matices.
Desde el Consell, el president Ximo Puig ha señalado en estos meses que para él no es "en absoluto" una prioridad pero se ha mostrado respetuoso con la labor de Les Corts. Eso marca una postura mucho más tibia por parte del PSPV. Por su parte la vicepresidenta Mónica Oltra aseguró que ambos habían hablado y que hay un punto común que puede permitir el acuerdo. Sobrevuela la opción de una moratoria en su aplicación hasta que se superen los efectos de la pandemia, algo que ya deslizó el síndic socialista Manolo Mata en la presentación del acuerdo.
Pero la patronal hotelera Hosbec, que ha decidido finalmente asistir a la cita, asegura que no irá a discutir matices de la tasa sino a mostrar su frontal oposición a misma, según confirmaron fuentes de la asociación a este periódico. Su posición es que la aprobación de la tasa sería un daño enorme al turismo en la Comunitat (cuyo gasto por persona es la mitad del que se hace en Baleares, según defienden, y eso lo hace más sensible a una tasa que no ha tenido allí un efecto disuasorio). Los efectos de la pandemia no se han superado, ni mucho menos, aseguran, y ahora hay que sumarles los de la guerra entre Rusia y Ucrania. Tampoco una moratoria les serviría. 'Si es para aplicarla dentro de unos años, hablemos entonces', vienen a decir.
Desde la patronal con base en Benidorm entienden que es imposible que lleguen a un acuerdo con Compromís y con Unides Podem EU pero aspiran a convencer al PSPV, del que hablan como la única pata del Botànic con la que podrían entenderse. De hecho, el poco entusiasmo de Puig o la negativa frontal de otros socialistas como Francesc Colomer, secretario autonómico de turismo, les hacen albergar esperanzas de que la acuerdo finalmente no salga adelante. La idea de los tres partidos era conversar con todos los agentes del sector entre enero y febrero y presentar la propuesta en Les Corts en marzo para iniciar un recorrido parlamentario que permita poder aplicarla en los próximos presupuestos, aunque luego no se haga por la situación económica.
Desde los socios del PSPV defienden que la aprobación o no de la tasa no es algo que esté en cuestión, puesto que existe un pacto firmado entre ellos. Es decir, que se aprobará igual con o sin el apoyo de la patronal, a la que animan a hacer sus aportaciones para poder mejorar el impuesto.