VALÈNCIA (EFE). El Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Fe de València está desarrollando un estudio prospectivo sobre la evolución de las sustancias que pueden determinar que el pronóstico de los pacientes que sufren la covid-19 sea bueno o malo, mediante una investigación multidisciplinar básica que emplea una novedosa tecnología.
El proyecto, que usa dos biomarcadores que podrían anticipar qué pacientes covid van a tener peor pronóstico, se sirve de un equipamiento que aumenta en 10.000 veces la capacidad para detectar y analizar sustancias en la sangre. El objetivo último del trabajo no solo es establecer de forma muy precoz los pacientes en mayor riesgo, sino también en qué momento se deben administrar fármacos para evitarlo.
Los primeros resultados apuntan más hacia una progresiva disminución de los niveles de estas sustancias (las citoquinas) que a lo que la literatura médica ha dado en llamar "tormenta de citoquinas". En esta misma línea, acaba de publicarse un editorial alineado con los resultados preliminares del grupo en la revista JAMA-Internal Medicine, de las más prestigiosas.
Con este respaldo, el equipo continúa trabajando para llegar a explicar el proceso inmunológico que agrava el cuadro clínico de la COVID-19 y cuenta ya con dos indicadores (biomarcadores) que podrían ayudar a anticipar la evolución. La investigación, liderada por Bonaventura Casanova, del Grupo de Neuroinmunología del instituto, también intenta averiguar "cuál es el mejor momento para introducir los tratamientos que puedan frenar el proceso".