Hosteleros de Russafa se 'autorevisarán' las terrazas para verificar el cumplimiento de la normativa

VALÈNCIA. Parte del colectivo hostelero de Russafa quiere acabar con la visión demonizadora del barrio que se ha extendido en el imaginario colectivo y en los medios de comunicación. Es una de las premisas con las que surgieron asociaciones como el Colectivo Russafí o la Asociación por una Hostelería Responsable Al Balansi, que ahora se ha elevado a la nueva plataforma, surgida hace apenas un mes, Convivir Russafa.

La gestión y regulación de las terrazas ha sido durante los últimos años el frente más tenso entre vecinos, administración y quienes ostentan establecimientos en el barrio. Una brecha que todavía no ha terminado de cerrarse.

Pero esta plataforma aboga por un ocio sostenible: favorecer las actividades económicas de Russafa pero siempre dentro de la regulación, para evitar soluciones drásticas como el recorte de terrazas u otras mucho más profundas como la declaración del barrio como Zona Acústicamente Saturada (ZAS).

Por eso, frente a los recortes en las terrazas que inició el área de Espacio Público dirigida por Carlos Galiana, la nueva propuesta lanzada por Convivir Russafa pasa por realizar un estudio propio para ver qué establecimientos cumplen con la normativa de ocupación del espacio público y cuáles no, con el objetivo de trasladar estos datos al consistorio y acometer posteriormente las actuaciones necesarias.

La propuesta ya ha sido trasladada al edil , en una reunión que tuvo lugar este jueves y a la que asistieron miembros de Al Balansí y Colectivo Russafí. Y Galiana, según trasladaron desde la asociación, lo ve con buenos ojos de cara a mejorar la convivencia en la zona.

"Hace falta que la hostelería dé un paso al frente y dé las garantías para dejar atrás la etapa de demonización del sector", manifestó Vicente Pizcueta, representante de Colectivo Russafí y Convivir Russafa, quien admitió discrepancias con los técnicos municipales sobre la situación del ocio y de la hostelería en el barrio.

"Hemos tenido que manifestar que no coincidimos con su diagnóstico, porque hay una percepción que viene de tiempo atrás sobre la hostelería que no se corresponde con la realidad", dijo Pizcueta. "A quien incumple, hay que quitarle la autorización de la terraza", pero niega la mayor de que sea un problema estructural del sector hostelero. En todo caso, la propuesta de iniciar un estudio propio va en esa línea: la de esclarecer qué establecimientos cumplen con la normativa.

Con todo, recuerda Pizcueta que el plan de recortes de terrazas se hizo de forma desigual e incompleta, pues apunta que hay establecimientos que no han recibido las visitas de los técnicos municipales y que están a la espera, y otros que han visto reducido el espacio de su terraza en grandes proporciones.