VALÈNCIA (EFE/Belén Delgado). La empresa de reparto a domicilio Just Eat se ha propuesto potenciar el pequeño comercio en España con entregas más precisas en su estrategia por mejorar la rentabilidad, condicionada al cumplimiento de la normativa contra los falsos autónomos en el sector.
En una entrevista con Efe, el director general de Just Eat España, Íñigo Barea, destaca que están trabajando por ajustar los costes y mejorar la eficiencia interna, después de que el grupo haya reducido a nivel global un 2 % su valor bruto transaccional en el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2023.
En la zona del sur de Europa, Australia y Nueva Zelanda, la caída ha sido del 13 % a precios constantes, frente al crecimiento en el norte de Europa.
La compañía, con sede en Ámsterdam, espera lograr en 2024 un ebitda ajustado de unos 450 millones (un 38 % más anual) y un flujo de caja libre positivo antes de variación en el capital circulante, algo que ya consiguió en el segundo semestre de 2023.
Barea argumenta que el mercado en el sur de Europa es "muy competitivo" y mira con cautela la inflación moderada por su posible impacto en el consumo familiar a medio y largo plazo.
No obstante, augura que el "punto clave" para la rentabilidad llegará cuando las reglas laborales se apliquen por igual frente a la "tremenda" diferencia de costes actual, con empresas que contratan y otras que no, casi tres años después de la aprobación de la conocida como "ley rider".
"No me entra en la cabeza cómo seguimos teniendo miles de repartidores en las calles sin contrato laboral", sostiene Barea, pese a la acumulación de sentencias judiciales y actas de infracciones.
A su juicio, el marco regulatorio está "muy claro", ya que la ley española puso "negro sobre blanco" lo que ya dictó el Tribunal Supremo en 2020 y la nueva directiva europea del trabajo en las plataformas apunta también en la dirección de la laboralidad.
"Nos gustaría mucha más seriedad y lealtad de todos los operadores, y más dureza del regulador para asegurar que las leyes se cumplen", añade el director de Just Eat, que emplea a más de 2.000 repartidores en España de forma directa y trabaja con empresas de última milla.
Actualmente la compañía está negociando la renovación del convenio colectivo, según el director general, que resta importancia a la cuestión del control de los algoritmos de las plataformas.
"No creo que sea tan problemático a futuro para las empresas que estamos contratando; para el mundo de los falsos autónomos sí es muy importante", explica Barea, que añade que -en su caso- permite mejorar la asignación de pedidos mientras los repartidores tienen un sueldo garantizado.
Barea, que lleva poco más de un año en el cargo, asegura que están focalizados en "abrir el abanico de la oferta para los usuarios y facilitar la conveniencia diaria".
Si en un principio la empresa había estado centrada en la comida a domicilio, ahora está ayudando también a nuevos establecimientos a introducirse en el mundo de la última milla.
Comenzaron a colaborar con la cadena de supermercados DIA y ya lo están haciendo con pequeñas carnicerías y pescaderías, mercados de abastos, parafarmacias, tiendas de mascotas, floristerías y la empresa de belleza Clarel.
"Podemos ser un catalizador muy bueno para fortalecer al comercio local y ayudarle a su digitalización (con catálogo en línea y pago seguro) y a facilitar las entregas", afirma Barea.
Just Eat se ha marcado el objetivo de llevar los pedidos en 30 minutos, pero Barea diferencia entre las entregas urgentes y aquellas que se pueden programar para más adelante.
Por eso prefiere hablar de entregas "más precisas" y de "conveniencia" en función de las necesidades del cliente, poniendo las cosas en perspectiva porque, igual que la comida tarda en hacerse y hay que respetar unos tiempos mínimos, puede haber otros productos que no necesiten ser recibidos de inmediato.
Sobre la relación entre reparto y restauración, el directivo considera que "a futuro se complementan muy bien porque el momento de consumo no es necesariamente el mismo" y el "delivery" sustituye más al hecho de cocinar en casa.
En cualquier caso, Barea confía en su red de repartidores "profesionales", a los que se forma para atender las distintas peticiones y facilitar la velocidad de entrega sin romper el ritmo de los establecimientos, ofreciéndoles trazabilidad e higiene.