VALÈNCIA. Numerosos experimentos avalan la creencia de que el ser humano, en cuanto a decisiones de inversión, es imperfecto. De tal afirmación surgió un estilo de gestión de las inversiones que evita, en la medida de lo posible, la intervención de las personas en el devenir de sus activos. Se llamó gestión pasiva porque el inversor es un mero espectador. Mientras, los defensores de las bondades del ser humano alzaron la voz y pusieron en valor su gestión. Me refiero a los gestores activos, profesionales que, gracias a sus amplios conocimientos de la economía, los mercados y la geopolítica, son capaces de aportar un valor extra a la rentabilidad de las inversiones, buscando y encontrando oportunidades más allá de lo que una máquina es capaz o intuyendo un cambio de tendencia allá donde parecía todo una balsa de aceite.
¿Gestión pasiva o activa? El eterno debate de difícil resolución. Actualmente, tal y como comenta Martín Huete en su artículo 'El auge imparable de la gestión pasiva', en los Estados Unidos se mueve en gestión pasiva un 33% del dinero acumulado en fondos de inversión, mientras en Europa cerca del 20%. En España está comenzando ahora gracias, en gran medida, al auge de los 'robo advisors'. La gestión pasiva parece ser el método definitivo de inversión, pero, romperemos una lanza a favor de la gestión activa. Veamos que dicen las estadísticas.
Según el estudio SPIVA, que realiza cada año Standard and Poor’s, la mayoría de los fondos de gestión activa tienen un peor comportamiento que su índice de referencia, en concreto el 82,38%.
Los resultados afianzan, por el momento, la idea de que una gestión pasiva sería la mejor opción para invertir en los mercados, pero ¿la gestión pasiva sirve igual para inversiones en renta variable que en renta fija? ¿qué ocurre con el 17,62% de fondos que sí baten a su índice de referencia?
Respondiendo a la primera pregunta, la respuesta sería que la gestión pasiva no tiene el mismo comportamiento en renta fija que en renta variable. Así quedó reflejado en el estudio publicado por la gestora estadounidense Pimco el mes de abril de este año. En dicho análisis se demostró que el comportamiento de la gestión activa en fondos de renta fija fue capaz de generar mayor valor, superando más del 50% a su índice de referencia, en un periodo de 5 años.
La diferencia entra la rentabilidad obtenida mediante gestión activa en renta variable y renta fija se debe a la particularidad de cada mercado y que a continuación se resumen en tres puntos:
Resuelta la cuestión sobre si la gestión pasiva sirve para cualquier tipo activo, veamos qué ocurre con el 17,62% de fondos que sí baten a su índice de referencia y si existe alguna manera de encontrar y elegir estos fondos. Basándonos en el artículo publicado el 9 de junio de 2016 por la gestora Vanguard, 'Beat the market long-term? Yes, it can be done' a manos de su responsable de selección de gestores Dan Newhall, una buena gestión activa se tiene que apoyar en tres pilares fundamentales:
Sobre el primer punto, el gestor, se tiende a priorizar la rentabilidad que ha obtenido un año o en años anteriores, pero, lo realmente importante es el talento del gestor junto a su filosofía de inversión. Un buen gestor sabrá generar buenos retornos y ser hábil en los momentos difíciles. En palabras de Dan Newhall, “igual que en el ámbito inmobiliario lo más importante es la ubicación, en la gestión activa de fondos son las personas”.
Sobre el segundo punto, minimizar los costes, indicar que se tiene la creencia que a mayores costes de gestión mejor rentabilidad se obtendrá en el fondo y, lejos de ser así, lo que ocurre es todo lo contrario. Los fondos de inversión con mayores costes de gestión son los que a largo plazo obtienen peores rendimientos y, por tanto, menor número de veces baten a su índice de referencia. Esto se debe fundamentalmente a que los costes de gestión van en detrimento de la rentabilidad que obtiene el fondo. En el artículo publicado por Vanguard lo explica muy bien gráficamente. Tras haber realizado un estudio del comportamiento de diferentes fondos y las veces que superaban a sus índices de referencia en un periodo de 25 años, concluye que los fondos activos con unos menores costes consiguieron batir a sus índices de referencia un mayor número de veces que los que asumían un mayor coste.
Por último, el tercer punto a tener en cuenta a la hora de fijar una estrategia de inversión activa es la paciencia. Según Dan Newhall, “la paciencia es necesaria para poder recoger los retornos de los mejores fondos”. El estudio que llevaron a cabo desde 2001 hasta finales de 2015, indicó que, de los 2.202 fondos de gestión activa estadounidenses de renta variable que existían en 2001, 476 batieron a los índices. Pero el 98% de esos fondos lo hicieron peor en, al menos, 4 de esos 15 años.
No todo es blanco o negro en las inversiones. Aunque la gestión pasiva haya irrumpido en el panorama como el método de gestión más eficiente, la gestión activa aporta rentabilidad, siempre y cuando se tenga en cuenta todo lo comentado anteriormente.
En conclusión, si quiere optimizar mejor sus inversiones, busque fondos con costes bajos y un buen asesor que escoja los mejores fondos de inversión, es la pieza más importante de la ecuación, él generará valor cuando todo vaya bien y será hábil en lo momento difíciles. Y, por último, tenga paciencia, quizá el punto más difícil, por entrar en juego emociones como el miedo o la incertidumbre. Pero, no tenga dudas, si ha realizado un buen análisis, tarde o temprano recogerá los beneficios.
Agustín Bernia es Asesor Patrimonial de AZNAR Patrimonio, registrada en la CNMV como Raúl Aznar González EAFI