MADRID (EP). Un equipo internacional de investigadores ha examinado la posible interferencia entre la alimentación y el estado de ánimo, y ha descubierto un circuito cerebral en modelos de ratones que conecta la alimentación y los centros de ánimo del cerebro. De este modo se puede explicar por qué algunas personas cuando experimentan situaciones estresantes también cambian ciertos sentimientos hacia la comida.
La investigación, publicada en la revista 'Molecular Psychiatry' y dirigida desde el Baylor College of Medicine en Estados Unidos, puede ayudar a explicar algunas de las observaciones entre los cambios en el estado de ánimo y el metabolismo, y proporcionar información sobre futuras soluciones a estos problemas al enfocar este circuito.
Este estudio fue iniciado por el primer autor, la doctora Na Qu, psiquiatra del Centro de Salud Mental de Wuhan, China, cuando estaba visitando el laboratorio del doctor Yong Xu, profesor asociado de pediatría y biología molecular y celular en Baylor College of Medicine.
Qu, una psiquiatra en ejercicio que también lleva a cabo una investigación básica del cerebro, estaba interesada en investigar si había una base neurológica para la asociación entre la depresión y otros trastornos psiquiátricos y alteraciones en el metabolismo, como la obesidad o la falta de apetito, había observado en un número de sus pacientes.
Xu, Qu y sus colegas trabajaron con un modelo de depresión en ratones inducido por estrés crónico y observaron que los animales deprimidos comían menos y perdían peso. Luego, aplicaron una serie de técnicas experimentales para identificar los circuitos neuronales que cambiaron la actividad cuando los animales estaban deprimidos.
"Nuestros hallazgos solo explican un escenario, cuando la depresión se asocia con falta de apetito. Pero en otros casos, la depresión se ha relacionado con comer en exceso. Estamos interesados en investigar esta segunda asociación entre el estado de ánimo y el comportamiento alimentario para identificar los circuitos neuronales que pueden explicar esa respuesta", afirma el investigador.
Los investigadores descubrieron que las neuronas POMC en el hipotálamo, que son esenciales para regular el peso corporal y el comportamiento de alimentación, extienden las conexiones físicas a otra región del cerebro que tiene numerosas neuronas de dopamina que están implicadas en la regulación del estado de ánimo. "Sabemos que una disminución de la dopamina puede desencadenar la depresión", ha señalado Xu, quien también es investigador en el Centro de Investigación de Nutrición Infantil del USDA / ARS en Baylor y Texas Children's Hospital.
Además de la conexión física entre la alimentación y los centros de ánimo del cerebro, los investigadores también descubrieron que cuando desencadenaron la depresión en ratones, las neuronas POMC se activaron y esto condujo a la inhibición de las neuronas de dopamina. Curiosamente, cuando los investigadores inhibieron el circuito neuronal que conecta la alimentación y los centros de ánimo, los animales comieron más, aumentaron de peso y parecían menos deprimidos.
"Hemos descubierto que una forma de estrés crónico desencadena un circuito neuronal que comienza en una población de células que se sabe que regulan el metabolismo y el comportamiento de alimentación y termina en un grupo de neuronas que son famosas por su regulación del estado de ánimo. La activación del centro de alimentación provocada por el estrés condujo a la inhibición de las neuronas productoras de dopamina en el centro del estado de ánimo", ha añadido Xu.
Aunque se necesita más investigación, Xu, Qu y sus colegas proponen que sus hallazgos brinden una nueva base biológica que puede explicar algunas de las conexiones entre las alteraciones del estado de ánimo y los cambios en el metabolismo observados en las personas, y pueden proporcionar soluciones en el futuro.