VALÈNCIA (EP). Un equipo de investigadores del Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la Universitat Politècnica de València (UPV) y de la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador) ha evaluado los efectos de las condiciones climáticas sobre variedades locales y comerciales de alubia (Phaseolus vulgaris), garrofón (P. lunatus) y judías verdes (Vigna unguiculata) sembradas tradicionalmente en condiciones de frío o de calor.
Al someter estas variedades a distintas temperaturas, los investigadores han podido evaluar el impacto de los efectos del cambio climático sobre parámetros vitales de estas variedades, como su morfología, reproducción, producción y fenología.
Así, han detectado unas variedades que son muy sensibles a variaciones en sus condiciones de origen, otras que funcionan mejor con el aumento de temperatura y otras que son altamente resilientes a cualquier cambio, ha indicado la institución universitaria en un comunicado.
El estudio se ha publicado en la revista Scientific Reports y está liderado por el investigador del COMAV de la UPV Mario X. Ruiz, que ha destacado que "en la investigación se han identificado las variedades más frágiles frente a los efectos del cambio climático, por lo que es prioritario conservarlas".
En este sentido, este estudio evidencia que algunas variedades de judía funcionan mejor al aumentar las temperaturas, por lo que representan una buena alternativa para reemplazar las variedades menos productivas debido a los efectos del cambio climático. Además, una variedad local resultó ser más resistente que la comercial usada como control. Por su parte, las judías verdes (bachoqueta), cuyo origen es africano, resistieron relativamente bien los aumentos de temperatura, al igual que el garrofón.
La investigación también resalta la importancia de tener en cuenta el trasfondo ambiental y ecológico del que provienen las variedades de estudio. Los resultados obtenidos tienen una aplicación inmediata en la conservación de la agrobiodiversidad, al revelar cuáles son las variedades más sensibles frente a los efectos del cambio climático, que deben conservarse prioritariamente.
Asimismo, la investigación remarca la importancia de promover la resiliencia de la soberanía alimentaria frente a los retos ambientales, ya que la identificación de aquellas variedades mejor adaptadas a las nuevas condiciones permitirá implementar los cultivos localmente.
En cuanto al fitomejoramiento, la identificación de los caracteres más afectados por el ambiente permitirá la mejora de cultivos. De esta forma, esta investigación no solo contribuye a impulsar la adaptación frente al cambio climático, sino también frente a otros fenómenos como la pandemia de la covid-19, que ha provocado una escasez en el abastecimiento de semillas comerciales en las comunidades en desarrollo.
En esta línea, Mario X. Ruiz ha apuntado que "la pandemia ha producido un desabastecimiento de semillas comerciales en las comunidades en desarrollo y, gracias a esta investigación, se han podido conocer las mejores alternativas para mantener la producción localmente".