Dicen que los humanos somos los únicos que tropezamos dos veces con la misma piedra, y parece que hay países que también quisieran tropezarse varias veces con los desastres de la guerra
Existen naciones que parece no puedan evitar tener impulsos expansionistas, y cuando uno observa su historia se reafirma esa primera impresión, hablamos de un país de larga tradición imperialista, pues de él surgieron los imperios Elamita, Persa, Parto, Sasánida, y por lo que parece Irán (nuestro protagonista) hoy en día sigue con esa necesidad de decirle a otros países y pueblos lo que tienen que hacer. Más si cabe cuando a esa antigua tradición imperialista se le une el componente religioso, de un mesianismo musulmán muy propio del Chiísmo y su “Mahdi”.
Así es como, para volver a nuestros días, en varias ocasiones y en estas mismas líneas se ha tratado el enfrentamiento entre los dos bloques del Islam, el Sunní -liderado por Arabia Saudí- y el Chií -liderado por Irán-, como en esta ocasión está volviendo a ocurrir en un nuevo capítulo, y en el que se aportan los amigos de unos -los USA aliados de los Saud-, pero también el enemigo acérrimo de los otros -Israel-. Ya les decía la semana pasada de forma muy escueta, en apenas un párrafo, que existía una posibilidad de producirse una escalada en el Oriente Medio, tras las amenazas del presidente iraní Hasan Rohaní y su programa nuclear, a lo que los norteamericanos habían respondido enviando un grupo de combate norteamericano con el portaaviones USS Abraham Lincoln CVN-72 al frente (del que se ha retirado la Fragata española F-104 Méndez Núñez (por cierto el Almirante que afirmó aquel “España prefiere honra sin barcos, que barcos sin honra” que tiempos...), más un grupo especial de bombarderos B-52H que se han desplegado en la base aérea de Al Udeid en Qatar, país que como saben juega en el equipo contrario de Arabia Saudí, a veces aliado con Iran y últimamente de Turquía, y que curiosamente ha comprado un paquete de helicópteros USA, en concreto de ataque Apache AH-64E por valor de 3.000 millones, juegos de la geopolítica y de los negocios.
Pero la escalada no se detuvo en lo que les escribí, a las horas de su publicación el mismo domingo se producían cuatro ataque/sabotajes a buques cisternas - petroleros frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos (dos bajo bandera saudita, otro de los propios EAU y el otro noruego), que fuentes norteamericanas adjudicaban su realización a Irán. El miércoles el jefe de la Guardia Revolucionaria iraní el general Hossein Salami, anunciaba que Iran estaba al borde de una confrontación con su enemigo (en clara alusión a los USA), y al día siguiente el viceministro de Defensa, el príncipe Khalid Bin Salmán, hijo del rey saudita, acusaba a Irán de patrocinar un ataque a sus oleoductos mediante el uso de drones lanzados por la milicia yemení de los Huthi, a lo que respondía con ataques aéreos sobre sus posiciones y la misma capital yemení de Saná. El oleoducto atacado es de una gran importancia estratégica para los sauditas, pues atraviesa del Este al Oeste de Arabia conectando las costas del golfo Pérsico con el mar Rojo evitando el estrecho de Ormuz y las posibles presiones iraníes mediante su bloqueo.
Por otra parte, los Estados Unidos anunciaron en días pasados, que se había detectado la pretensión por parte de Irán de embarcar misiles balísticos en barcos con destino a algún aliado de la zona, probablemente los huthis del Yemen, por lo que además de los refuerzos ya citados, un grupo aeronaval de combate y bombarderos estratégicos, también se ha desplazado a la zona el LPD-24 USS Arlington de la clase San Antonio, buque en el que se embarca una unidad anfibia de despliegue de los US Marines de casi un millar de efectivos. También se ha desplegado en el área un sistema antiaéreo de misiles Patriot con capacidad para interceptar misiles balísticos y de crucero, y a mitad de semana los USA anunciaron la retirada de Irak de todo su personal no imprescindible, así como nos enteramos que el ejército alemán y el holandés suspendían sus actividades en la zona. Por otra parte para intentar quitar presión y desescalar el conflicto el presidente Donald Trump, a través de fuentes oficiales, afirmaba que no quería una guerra con Iran.
Para finalizar esperemos que la tensión en esa área decrezca, pues, entre muchos motivos, tenemos múltiples intereses en la zona, desde ese casi medio millar de soldados españoles estacionados en Irak, un par de centenares en Turquía, y casi 3/4 de millar en Líbano, hasta los intereses puramente económicos de que un posible conflicto o una mayor escalada harían subir los precios del petróleo (recuerden como las ultimas recesiones, han ido acompañadas de subidas de los precios del crudo), y como no, esa situación dificultaría la navegación por aquellas aguas, entre otras las del mar Rojo, lo que afectaría a uno de nuestros principales empleadores, el puerto de Valencia, que ahora mismo acaba de ocupar la cuarta posición en Europa en tráfico de contenedores adelantando a Bremen.