EL EUCROCRISTIANO TIBIO / OPINIÓN

Izquierda Española y las demás izquierdas

3/06/2024 - 

En las próximas elecciones europeas los votantes socialistas y comunistas tendrán que elegir entre Izquierda Española y otros tres proyectos izquierdistas bien diferenciados. En esas disyuntivas, nuestra región se juega el puerto del Gorguel y algo más.

Los partidos de izquierda separatista, como Reunirse (Bildu), Bloque Nacionalista Gallego (BNG) e Izquierda Republicana de Cataluña (IRC), aspiran a que el Parlamento Europeo elabore una ley de autodeterminación. Vista la imposibilidad de consumar la sedición en España, elevarán su ideal a Europa. Confluirán con los corsos, los bretones, los alemanes del norte, los milaneses, los flamencos y otros grupos que, considerándose naciones sin estado, quieren disponer de sus propios estados. Pero hay dos matices de los no quieren ni oír hablar. Uno es el de la inclusión en la Unión Europea. Quieren segregarse de los estados que componen la UE, pero seguir perteneciendo a la UE en todo momento. Nada de convertirse en aspirantes a la integración. Segregación e integración en el mismo acto y momento. Y tampoco quieren saber nada de la autodeterminación de sus provincias. ¿Qué pasaría si, como es previsible, los separatistas ganasen el referéndum de autodeterminación en Lérida y Gerona, pero lo perdiesen en Barcelona y Tarragona? ¿Admitirían que se segregase Legernia, pero permaneciese Tabarnia en España? Sería lo coherente con su idea de que las naciones las deciden los inscritos, pero la palabra "Tabarnia" los pone de los nervios. Y el motivo es bien sencillo: delata sus profundas contradicciones. Su triunfo representaría para nuestra región un serio problema económico. Si logran imponer el cupo fiscal, perderíamos alrededor del 15% de las transferencias estatales.

El segundo proyecto de izquierdas es el de los plurinacionalistas. Ahí figuran Sumar, Compromiso, Más País, Comunes, Izquierda Unida (IU) y Podemos. Estos creen que España no es una nación, sino un grupo de nacioncitas vinculadas a un mismo estado. Probablemente defenderían la ley de autodeterminación, aunque fuese para votar por la confederación en el futuro referéndum. Son partidarios de los cupos fiscales, con el consiguiente perjuicio para la Región de Murcia. Decididamente verdes, van contra todo tipo de trasvases fluviales y se negarían en redondo a conceder al puerto del Gorguel la preferencia económica. ¿Qué ofrecen a nuestra región? Salvar el Mar Menor. Es decir, liquidar, en la medida de lo posible, la agricultura de regadío y el turismo de masas. En general, se oponen a casi todo lo que sea competitivo. Apuestan por la economía localista y diminuta, quizás sin percatarse de que se trata de un enfoque ruinoso. Muy romántico y bienintencionado, pero sencillamente ruinoso en una economía abierta de mercado.

Curiosamente, están divididos en dos grandes bloques: el atornillado a Podemos y el resto. Los de Podemos han sido excluidos del Gobierno español, pero aspiran a dos diputados. El resto se mantiene gracias a IU, el único grupo con implantación amplia. Dirigido ahora por el sensato y honrado Maíllo, se ha visto relegado al cuarto puesto en la lista europea. Un error que minusvalora la contribución esencial del Partido Comunista de España (PCE) a esa zona política y a la transición a la democracia. De hecho, la izquierda plurinacionalista ha renegado de la Transición, lo que equivale a conceder la mayor parte del mérito a la corona y a UCD. El sectarismo los ciega hasta tal punto que dudo que el bienintencionado Maíllo logre sacarlos a flote.

El tercer proyecto de izquierdas es el de los socialistas. Se presentan distribuidos en dos partidos: PSOE y PSC. ¿Cómo es que se autodenomina "español" un partido que no existe en Cataluña? Porque, según dicen ellos, Cataluña es una nación distinta de España. Según pretende el expresidente Zapatero, que popularizó lo de nación de naciones, esta legislatura será la del pleno reconocimiento del carácter nacional de Cataluña. No obstante, se oponen a la autodeterminación. Pero no al cupo fiscal. Piden para Europa lo contrario de lo que hacen en España. En efecto, hasta ahora han apostado por Úrsula para presidir la Comisión Europea porque el Partido Popular Europeo (PPE) sacó más votos y más escaños. Es decir, se avienen a una coalición con los populares dirigida por el que gane las elecciones. Por el contrario, en España abogan por aislar al PP, aun a costa de verse obligados a pactar con veinte partidos heterogéneos para gobernar. Si aplicasen su doctrina europea, aquí gobernaría Feijóo con apoyo de Sánchez, en vez de Sánchez con apoyo de Puigdemont. No están por El Gorguel. Posiblemente quedarán segundos en España y segundos o terceros en Europa, donde sufren un declive ligero, pero constante.

El proyecto menos conocido, pero el más novedoso, es el de Izquierda Española. Son socialistas, pero creen que España es una nación y abominan de la plurinacionalidad porque solo genera desigualdades. Unas de tipo económico, como los cupos fiscales, y otras de tipo jurídico, como la amnistía. Proponen una fiscalidad común para toda Europa y eliminar, mediante la legislación europea, los cupos fiscales vascos y navarros. Revolucionario. Se han convertido en el partido refugio de las gentes de izquierda que prefieren la igualdad a las identidades y la nación a las nacioncitas. Y posiblemente estarían por el Gorguel. Gente seria, los preside Guillermo del Valle, un abogado laboralista. No falta quien lo compara con otro abogado laboralista que tanto contribuyó al socialismo español: Felipe González. Lo secunda la gran Soraya, que fue portavoz parlamentaria socialista. Si logran dos escaños, revolucionarán la escena política española por el sencillo expediente de comportarse como socialistas coherentes, en vez de plurinacionalistas. Lo nunca visto hasta ahora.

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