VALÈNCIA. La decisión de la Conselleria de Sanidad sobre recortar el servicio de cirugía cardíaca en el Hospital de La Ribera, situado en Alzira, ha desatado una ola de críticas entre profesionales sanitarios, sindicatos y vecinos de la comarca. A pesar de que no se trata de un cierre completo, la medida implica una reducción drástica de la actividad quirúrgica, por lo que obligará a los pacientes de las comarcas de la Ribera Alta y Baixa a desplazarse a hospitales ubicados en València capital para intervenciones críticas.
El jefe del servicio, Juan Antonio Margarit, califica este recorte como "una decisión absurda" y advierte de su impacto "devastador" tanto en la atención sanitaria como en la continuidad de los servicios esenciales del Hospital de La Ribera. En protesta por la medida adoptada por Conselleria, el personal del centro, apoyado por los sindicatos y el comité de empresa, ha convocado una concentración para este viernes frente al hospital y no se descartan huelgas ni otras medidas de presión.
Por su parte, el departamento que capitanea Marciano Gómez ha justificado la decisión alegando que el servicio no alcanza las 600 intervenciones anuales recomendadas por las sociedades científicas. Sin embargo, Margarit refuta esta afirmación y señala que el área de cobertura del hospital incluye a más de un millón de personas; una cantidad suficiente para sostener un servicio de cirugía cardíaca plenamente funcional. "Si solo contamos con nuestra área primaria, resulta difícil alcanzar ese volumen, pero con el apoyo de las áreas vecinas, superamos fácilmente las directrices nacionales", explica en declaraciones a Valencia Plaza.
El cirujano también cuestiona la comparación con otros hospitales de la provincia. "El Hospital General de València, con una población cuatro veces mayor, solo realiza 100 cirugías más que nosotros", afirma Margarit. Además, destaca que el Hospital de La Ribera posee infraestructuras y profesionales altamente capacitados, lo que ha convertido al centro en un modelo reconocido a nivel nacional. "Este hospital ha demostrado durante 25 años ser un referene en calidad y formación, con visitas de expertos desde centros hospitalarios como el Gregorio Marañón o el Puerta de Hierro (ambos en Madrid)", añade Margarit.
Por otra parte, Margarit augura que el cierre del servicio de cirugía cardíaca tendrá "graves consecuencias" para los pacientes de la Ribera Alta y Baja, quienes deberán desplazarse hasta la capital para recibir este tipo de atención especializada. Según el cirujano, esto incrementará los tiempos de respuesta en emergencias críticas, como las disecciones aórticas, lo que puede aumentar de forma significativa el índice de mortalidad en ambas comarcas. "Por cada hora de retraso en estas intervenciones, la mortalidad crece un 1%. Trasladar pacientes no es una solución, sino un riesgo añadido", advierte a este diario.
En esa misma línea, el jefe del servicio de cirugía cardíaca denuncia que los traslados tampoco garantizarán que los pacientes de La Ribera sean atendidos por su propio equipo médico, ya que los profesionales serán reubicados y operarán según las necesidades del hospital receptor. "Es una medida que rompe la continuidad asistencial y perjudica directamente a la población", señala Margarit.
Tanto el personal del hospital como los sindicatos y el Ayuntamiento de Alzira han mostrado un rechazo unánime al cierre del servicio. "Es una decisión que nadie entiende, ni comparte. Nos están desmantelando un proyecto pionero y exitoso que ha funcionado durante 25 años", asegura Margarit, quien recuerda que la reversión del Hospital de La Ribera a la gestión pública incluía el compromiso de mantener la cartera de servicios.
Este lunes, los profesionales del servicio en este hospital han mantenido una reunión con la Conselleria de Sanidad, en València, para informar sobre las condiciones de traslado del personal del centro. Sin embargo, los sindicatos y abogados laborales han quedado excluidos de estas conversaciones, centradas únicamente en la reubicación del personal. "Es inadmisible que no se permita la participación de quienes defienden los intereses de los trabajadores y de los pacientes", lamenta el cirujano.
La decisión tomada por la Conselleria de Sanidad ha provocado una respuesta unánime de rechazo entre el personal del hospital. Es más, el comité de empresa ha exigido a este departamento que reconsidere el cierre y ha denunciado que la reunión celebrada este lunes no ha permitido la participación de los sindicatos, por lo que no se han podido abordar alternativas para mantener el servicio. Por este motivo, Margarit avanza a este diario que el viernes tendrá lugar una concentración frente al Hospital de La Ribera, siendo esta la primera pieza de una hoja de ruta que no descarta movilizaciones más contundentes para revertir la medida.