VALENCIA. La pasada semana el Govern de la Nau sufrió un nuevo temblor, en este caso a cuenta del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). El alcalde de Valencia, Joan Ribó, -apoyado por València en Comú- tumbó en la Junta de Gobierno una propuesta del concejal de Hacienda, Ramón Vilar -defendida por la portavoz del grupo, Sandra Gómez- para librar a 300 pequeños comercios de la subida del impuesto que se aplica desde este año.
Esta situación, pese a la pública discrepancia de los socialistas, se interpretó como un golpe de autoridad del alcalde quien, recientemente, tuvo que ceder en su intención de remodelar las competencias del equipo de gobierno ante la firme oposición de Gómez.
Como era de esperar, los rivales políticos no se quedaron de brazos cruzados ante esta diferencia de criterio. Tanto PP como Ciudadanos presentaron mociones sobre esta cuestión para obligar a los socialistas a retratarse: en concreto, la formación naranja redactó un texto con la posición prácticamente calcada a la del PSPV, con lo que este grupo se vería obligado a ir en contra de su propia propuesta si quiere que el criterio del alcalde prevalezca.
Se trata de una votación sobre la que todavía no hay una decisión tomada en el grupo socialista. Así, fuentes municipales aseguraron a este diario que las conversaciones entre Ribó y Gómez se han intensificado en los últimos días con la intención de hallar una solución en la que no existan "vencedores ni vencidos".
El primer edil y miembro destacado de Compromís quiere un respaldo sin fisuras por parte de sus socios de gobierno el próximo jueves en el pleno, mientras que en el PSPV buscan acercar posturas proponiendo fórmulas más próximas a su propuesta que permitan un acuerdo que podría presentarse en una moción del gobierno local. En caso de que estas conversaciones no fructificaran, no se descarta que pueda negociarse algún tipo de contraprestación a cambio de que el grupo socialista no deje en minoría a Ribó en el pleno.
En este sentido, las citadas fuentes apuntaron a que precisamente este último conflicto a colación del IBI ha conllevado un incremento del diálogo entre el alcalde y la portavoz socialista, cuya nueva relación política -Gómez se portavoz desde agosto- se ha iniciado con algunos desencuentros. Así, todo apunta a que la cuestión a debate, si finalmente se solventa con éxito, podría significar una primera piedra en la búsqueda de sintonía entre ambos líderes políticos que, hasta ahora, no se ha producido.
El origen del problema está en que el grupo socialista, encabezado por el edil de Hacienda Ramón Vilar, se mostró partidario desde tiempo atrás de atender la petición de la patronal del pequeño comercio Cecoval, que critica que el incremento del IBI perjudica a miles de pequeños comerciantes de la ciudad.
Los inmuebles afectados por el incremento del impuesto son aquellos con un valor catastral de más de 250.000 euros, un umbral que Cecoval pedía elevar a un millón de euros y que Ribó, al menos hasta la fecha, no está dispuesto a modificar.
Por su parte, la propuesta socialista se dirigía a elevar a 350.000 euros el valor catastral de los inmuebles exentos de la subida en busca de un pacto de mínimos con Compromís. Pero todavía estarían dispuestos a ceder más. Desde el PSPV han apuntado en privado a rebajar la cifra para aproximarse a la de Ribó, calculando un listón en el que ambas formaciones se encuentren cómodas o, en su defecto, la búsqueda de otra vía.
En este sentido, las fuentes del consistorio consultadas por este diario apuntaron a que este martes continuarán las conversaciones entre los portavoces para ver si existe finalmente un punto de acuerdo que resuelva las fricciones y concluya con la unidad en esta iniciativa por parte del Govern de la Nau.