VALÈNCIA. El problema político para los socialistas valencianos no se cerró este martes con el adiós del alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, a su militancia en el PSPV-PSOE tras destaparse el secreto de sumario del Caso Alquería en el que se encuentra investigado.
El dirigente concurrirá a los comicios con otras siglas con lo que deja a la formación del puño y la rosa en una posición más que delicada tanto para reeditar la victoria en la capital de La Vall d'Albaida como para mantener el mando en la Diputación de Valencia.
Por partes. Rodríguez anunció este miércoles que se presentará a los comicios bajo la marca La Vall d'Albaida Ens Uneix, creada en diciembre por dirigentes próximos de su órbita en lo que parece una maniobra destinada a una eventualidad como la que ha ocurrido esta semana: su salida del PSPV-PSOE.
Un paraguas a través del que el alcalde puede, no solo presentarse en Ontinyent, sino también conseguir que afines a su proyecto conformen listas en otros municipios del partido judicial, lo que incluso podría concederle opciones de pelear por conseguir el único diputado provincial en juego o, en su defecto, perjudicar gravemente las opciones del PSPV-PSOE de conseguir el mencionado representante.
Conviene recordar que los diputados provinciales -que luego forman parte de la Diputación de Valencia- se eligen sumando el total de votos que cada formación política en cada uno de los partidos judiciales. En el caso de la comarca de La Vall d'Albaida, solo hay uno en juego que consiguió en 2015 el PSPV merced al gran resultado obtenido por Rodríguez en Ontinyent.
Tal y como informó meses atrás Valencia Plaza, esta era una de las circunstancias que la dirección socialista pretendía evitar permitiendo a Rodríguez presentarse. El ahora alcalde ganó las elecciones en Ontinyent con 12.079 votos frente a frente a los 2.649 sufragios del PP y las 2.039 papeletas de Compromís. Una diferencia abismal frente a sus rivales que se tradujo en la aplastante mayoría de 14 concejales de los 21 posibles.
Esta holgada victoria de Rodríguez permitió al PSPV conseguir con relativa facilidad el diputado provincial en juego en el partido judicial de Ontinyent. Así, los socialistas se impusieron en esta demarcación -total de votos en los municipios que lo integran- con 18.771 sufragios, tal y como refleja la página web del ministerio. Muy alejado, en segundo lugar, se situó el PP con 8.991 papeletas y la tercera posición fue para Compromís con 7.615 votos. Unas cifras que podrían ser muy distintas si Rodríguez da un importante mordisco ya no solo en su ciudad sino en otros municipios del citado partido judicial.
Acudiendo al reparto en la Diputación, los socialistas consiguieron nueve escaños que, unidos a los seis de Compromís y el apoyo de Esquerra Unida (1) y València en Comú (1), superaron un posible pacto de sus rivales; PP con 12 diputados y Ciudadanos con dos. De esta manera, de los 31 diputados en juego, el bloque de izquierdas ostenta 17 frente a los 14 del frente de derechas. La pérdida del representante de Ontinyent ajustaría las diferencias y pondría en peligro la corporación provincial para el PSPV, sobre todo si se produce una mejora del bloque de derechas en Valencia y el área metropolitana.
Ante esta situación, diversas voces de la formación socialista vienen apuntando a la necesidad de armar una candidatura en Ontinyent de garantías para tratar de revalidar la Alcaldía con la salida de Rodríguez. El nombre mencionado desde diversos sectores es el de la secretaria general local, Rebeca Torró, muy cercana al propio alcalde, lo que entorpece la cristalización de esta maniobra por las reticencias de la hipotética aspirante a competir con Rodríguez, con quien mantiene una estrecha relación.
Ahora bien, con los plazos acortándose -el tope para presentar lista es el día 22- y el salto de Rodríguez capitaneando una candidatura con otras siglas, la dirección del PSPV se ve obligada a conformar un equipo que trate de obtener un buen resultado en Ontinyent si no quiere dar la batalla por perdida y, con ello, la Alcaldía y el diputado provincial.