GANDIA. José Vicente Castell comenzó a trabajar en Arthur Andersen como auditor y consultor, pero su vida profesional quedó relativamente pronto vinculada al Grupo Dulcesol. Lo hizo atraído por ese amor que se había ido consolidando a lo largo de los años y a través de las distintas auditorías que realizó para la empresa, por aquel entonces dirigida por Victoria Fernández, cofundadora de Vicky Foods (antigua Dulcesol). Tanto, que cuando Victoria le ofrece incorporarse a la empresa en 1992 no lo duda ni un instante y, desde aquel día, ha ocupando en la empresa cargos de dirección en las áreas de Desarrollo de Negocio Internacional, Planificación Estratégica y Control de Gestión, comercial, así como en la de Administración y Finanzas.
Desde 2019 José Vicente Castell es el director de Responsabilidad Social Corporativa y de Relaciones Externas, un departamento que en 2017 impulsa el actual CEO de Vicky Foods, Rafa Juan, para “unificar y vertebrar todo lo que se estaba realizando en materia de responsabilidad social desde distintos ámbitos y áreas de la empresa”. Como explica Castell, el departamento de Responsabilidad Social surge con la misión de "profesionalizar la gestión de la responsabilidad social; definiendo sus objetivos y la estrategia para ponerla en sintonía con los objetivos del negocio. Pero también para crear canales de comunicación más fluidos con los socios corporativos de la empresa”
- ¿Por qué surge la necesidad de crear un departamento de Responsabilidad Social Corporativa?
- La responsabilidad social y la sostenibilidad siempre han estado en el ADN de la compañía pero hacía falta dotarla de una gestión más profesional, de ahí que en 2017 se creara el departamento. Cuando se afronta un proyecto como este en una compañía, lo más complicado es que la sostenibilidad se incorpore dentro de la cultura organizativa y, esto, ya lo veníamos desarrollando desde hacía tiempo. De hecho, Vicky Foods ya lleva cuatro años de andadura en este proyecto de consolidar la sostenibilidad dentro de la organización.
-La Memoria de Sostenibilidad es un elemento clave para definir la estrategia de la empresa, ¿cuál es el principal reto a la hora de enfrentarse a ella?
- La primera memoria de sostenibilidad la hicimos en 2018 —la próxima será en junio de 2022— y desde entonces ha evolucionado mucho; hoy es una memoria mucho más detallada, estructurada y con más información. El principal reto fue plantear una estrategia que definiera el proyecto de responsabilidad social, la estrategia, los objetivos y los indicadores para, luego, recabar la información y valorar el cumplimiento de esos objetivos marcados que deben ir mejorándose a partir de ese primer marco de actuación. Una vez ya definida esa arquitectura que marca la estrategia de la responsabilidad social es implicar al resto de departamentos y conseguir que todo el mundo colabore en esos objetivos. Ahora, el reto que tiene Vicky Foods es certificar esa memoria bajo un estándar GRI que la acredite y homologue con el resto de las empresas que siguen este modelo.
- ¿Cuáles son las principales líneas de la RSC en Vicky Foods?
- La estrategia de responsabilidad social dentro de la compañía se basa en tres ejes fundamentales: medio ambiente, innovación y las personas. Dentro del medio ambiente nuestros retos fundamentales son la mejora de la gestión de los recursos naturales y energéticos y una reducción de la emisión de residuos y del impacto en el medio ambiente. En el ámbito de la innovación los objetivos son garantizar la seguridad y la calidad en materia de alimentación y desarrollar productos, categorías o procesos que aporten valor al consumidor. Y en el ámbito de las personas tenemos dos frentes; el aportar valor a la sociedad a través de la comunicación con nuestros grupos de interés y el segundo enfocado a las personas que colaboran en la organización, creando un espacio de trabajo que cuide el desarrollo profesional, la conciliación y el bienestar de las personas.
- Al hilo de la reducción de residuos, las empresas tienen por delante el reto de eliminar los plásticos de un solo uso…
- Exacto, la Unión Europea tiene claros los objetivos en materia de gestión de los residuos y concretamente de los envases plásticos. En este sentido está tomando decisiones políticas muy claras, ya sea prohibiendo los útiles de plástico de un solo uso o penalizando el uso de productos fabricados con plástico. Para la industria agroalimentaria supone un gran reto porque, hoy por hoy, debido a sus características de flexibilidad y su garantía en la conservación del producto, los plásticos son básicos en nuestros procesos productivos.
- ¿Cómo afronta la empresa esta nueva directiva de la Unión Europea?
- Vicky Foods está trabajando desde dos perspectivas. La primera es la reducción de la cantidad de plástico que se utiliza en los productos —reduciendo engranajes o espesores sin menoscabar la calidad y la conservación de los productos— y diseñando envases que optimizan las dimensiones. La segunda perspectiva es la innovación, a través de la cual se está avanzando en el uso de materiales más sostenibles desde el punto de vista medioambiental. En este sentido, el año pasado comenzamos a sustituir los plásticos convencionales por materiales biodegradables, una iniciativa que va a suponer la sustitución de más de 1.200 toneladas de plásticos convencionales por biodegradables y va a afectar a cuarenta y cinco millones de paquetes. Ya hemos sustituido todos los materiales que van con nuestra marca y ahora se está negociando con clientes para que, progresivamente, se incorpore al resto de marcas que estamos fabricando.
- Claro, porque las empresas deben cerciorarse de que en toda la cadena de valor se adoptan los criterios de sostenibilidad establecidos.
- Efectivamente, uno de los retos es trasladar esa voluntad de ser una organización sostenible a toda la cadena de suministros. Para ello, estamos en fase de implantación de una norma de la S.A 8000 —estará lista en abril o mayo de 2022— que nos obliga a ser respetuosos en materia de derechos humanos y laborales con nuestros trabajadores y exige a los proveedores respetar esos mismos estándares de ética. Así, en los procesos de homologación de nuestros proveedores además de exigir aspectos relacionados con la calidad de los materiales que nos aportan se exigirán comportamientos desde un punto de vista de ética en los negocios y medioambiental. Este es uno de los principales retos de cara a 2022.
"La innovación es la palanca que necesita cualquier empresa para ser sostenible y responsable socialmente"
- ¿Es más complicado realizar ese control en países no europeos?
- No, es exactamente igual. Cuando iniciamos el proceso de internacionalizarnos en Argelia teníamos claro que los estándares de calidad en la fabricación de los productos, en la selección de materias primas, en la homologación de los proveedores, en materia de protección y de derechos laborales… iban a ser exactamente los mismos que lo que estamos utilizando aquí, en España. La planta de Argelia está en perfecta coordinación con nuestros departamentos para alinear todas las políticas, y lo mismo ocurre con la homologación de los proveedores, a los que exigimos los mismos estándares y sistemas de aseguramiento de calidad que aquí.
- Uno de los grandes retos actuales es reducir el CO2 del transporte y la huella de carbono… ¿qué hace Vicky Foods al respecto?
- En 2020, Vicky Foods ha reducido el consumo de plástico en un 6% por tonelada producida; el cartón en un 8%, los residuos en un 15% y la huella de carbono cerca de un 8% gracias a las políticas de eficiencia energética, a la instalación entre 2020 y 2021 de 4.000 placas fotovoltaicas con una capacidad de generación de 1,8 megavatios y que evitarán la emisión de casi mil toneladas de CO2 anuales. Además, acabamos de instalar nuestro segundo sistema de cogeneración eléctrica que permite aprovechar el calor generado por los motores de generación eléctrica para utilizarlo en los procesos productivos. Y por otro lado, estamos llevando a cabo un proyecto de sustitución de vehículos de motor convencionales por eléctricos en nuestras delegaciones comerciales.
- Todo ello requiere de una inversión, ¿la Sostenibilidad es cara?
- La sostenibilidad va directamente vinculada a la rentabilidad de la compañía. En estos procesos de mejora de eficiencia en la gestión de los recursos, de reducción de los residuos… siempre hay un proceso de mejora interno que contribuye a mejorar los objetivos de sostenibilidad y a incrementar los objetivos de rentabilidad. Es decir, en nuestra forma de concebir la estrategia sostenible, la sostenibilidad y la rentabilidad van íntimamente ligadas. Es cierto que requiere de un esfuerzo económico pero es una inversión que va a aportar una tasa de retorno y va a reducir el impacto medioambiental. Las empresas sostenibles son aquellas que ofrecen mayor atractivo porque garantizan mejor su supervivencia en el futuro.
"EN 2022 TENEMOS EL RETO DE OBTENER LA CERTIFICACIÓN DE RESIDUO CERO"
- Ahí las empresas con más recursos juegan con ventaja.
- Sin duda. Ese es uno de los retos que tiene la sociedad para incorporar en esta estrategia sostenibilidad a una parte muy significativa del tejido empresarial, como son las pequeñas y medianas empresas y los autónomos. Es cierto que las grandes empresas tienen más recursos humanos y financieros para abordar estos proyectos pero si la sociedad quiere alcanzar los retos de la Agenda 2030, dentro del ámbito del tejido empresarial hay que involucrar tanto a la pequeña y mediana empresa como a los autónomos. Y esto se va a tener que abordar de una manera u otra porque el comportamiento ético y sostenible de las empresas va calando a través del canal de suministro de la cadena de valor como una lluvia fina. Es decir, al igual que clientes nos exigen que seamos sostenibles y éticos en la gestión de nuestro negocio nosotros lo exigimos a nuestros proveedores, colaboradores y suministradores de bienes y servicios. Y esto va a trasladándose de arriba a abajo a través de todo el tejido, por lo que las pequeñas y medianas empresas van a tener que implantar la sostenibilidad en todos sus modelos de negocio.
- ¿Ve necesaria una certificación que acredite su cumplimiento?
- Actualmente ya existen certificaciones para sistemas de gestión medioambiental, como la 14001 o los certificados europeos EMAS —Vicky Foods tiene ambos certificados— y en materia de gestión de RSC, está ISO 26000, la IQNetSR10, la Economía del Bien Común… que garantizan que las empresas que las tienen cumplen con la normativa de derechos humanos y laborales. Sin embargo, no es posible comunicarlo en los paquetes de los productos porque no está permitido por las propias certificaciones. De ahí que las empresas tengan el reto de comunicar a sus consumidores que están cumpliendo con esas normas, más allá de las auditorías y certificaciones, que así lo acreditan. Por ejemplo, Vicky Foods tiene la certificación como Organización Saludable y nos preocupamos por comunicarlo pero es cierto que muchas veces esa información no llega al consumidor final. Ahí está el reto de nuestros departamentos de marketing y comunicación en hacer visible esa realidad.
- Comenta mucho el reto de la reducción de residuos, ¿es viable que una empresa como Vicky Foods tenga residuos cero?
- Precisamente, obtener la certificación de residuo cero es otro de los proyectos que tenemos para 2022. Esto no significa que no seamos capaces de generar residuos pues, obviamente, nuestra actividad produce alimentos y genera residuos pero nuestro objetivo es que ninguno de los residuos que generemos en nuestras plantas de producción tenga como destino final el vertedero, sino que se reincorporen dentro de un proceso de economía circular. Y este es el concepto de residuo cero que queremos alcanzar en 2022.
- Certificar la memoria de sostenibilidad, residuos cero, implantar la SA 8000…. ¿Algún otro reto de cara a 2022?
- Cada año se marcan unos objetivos para reducir el impacto medioambiental pero también tenemos objetivos en materia de innovación, pues pretendemos que un 10% de nuestro volumen de negocio proceda de productos o categorías de gamas nuevas que aporten valor al consumidor. Además, también tenemos objetivos en materia de gestión de las personas, como reducir la accidentalidad, aumentar las horas de formación y aportar mayor valor cada año a la comunidad. Unos objetivos lineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marca la Agenda 2030, porque vamos a ver de qué manera nuestros objetivos de responsabilidad social impactan en los ODS.
La Fundación Vicky Foods la creamos para vertebrar la acción social que desarrollamos en distintas empresas del grupo
- Todas esas metas requieren de Investigación, desarrollo e innovación. ¿Es viable la sostenibilidad sin innovación?
- No, no lo es. La innovación es la palanca que necesita cualquier empresa si quiere ser sostenible y responsable socialmente. Es un aspecto fundamental dentro de la sostenibilidad porque, por ejemplo, si hablamos de eficiencia en la gestión de los recursos energéticos o de una reducción en los residuos, se necesitan aportar ideas que ayuden a hacer los procesos más eficientes y ahí entra la innovación.
- Y en paralelo a todos esos proyectos se crea la Fundación Vicky Foods, ¿qué os impulsa a su creación?
- La Fundación la creamos en agosto de 2020 con el objetivo de vertebrar la acción social que desarrollamos en distintas empresas del grupo, concentrarla y liderarla desde una unidad corporativa. Y lo hacemos con los fines que estábamos desarrollando ya a nivel de acción, como la promoción de la cultura y del deporte, el fomento de la innovación y el emprendimiento, la promoción de hábitos de vida saludable.. así como acciones orientadas a cubrir las necesidades de colectivos más desfavorecidos. En octubre de 2021 inauguramos la sede y estamos ya avanzando en proyectos, como el patrocinio de actividades culturales (como el campus musical de verano para jóvenes músicos), la colaboración con pruebas de atletismo popular (la Maratón y la Media Maratón de Valencia); alianzas y colaboraciones con universidades; hemos hecho donaciones a bancos de alimentos y comedores sociales; y el otro día entregamos el primer Premio Fundación Vicky Foods a la Investigación en Nutrición y Salud.
- ¿Ha notado un cambio en las necesidades del consumidor a raíz de la pandemia? ¿Y una preocupación hacia la sostenibilidad?
- Es una opinión personal y refrendada por otros empresarios, pero creo que sí que hay una percepción de que el consumidor ha cambiado su escala de valores, ahora es un consumidor que está más preocupado por aquellas marcas o empresas que aportan más valor a la sociedad, que se preocupan por temas medioambientales, que cuidan al propio consumidor. Creo que la pandemia ha acelerado ese proceso de conciencia que ya se vislumbraba antes y ahora las marcas y las empresas tienen que ser más conscientes de comunicar que realmente están aportando ese valor, esos valores de respeto por la sostenibilidad, de respeto por la sociedad, de esos valores comunes, comunicarlos más para que el consumidor sea más consciente del producto que consumen.