MADRID (EP). El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha advertido de que existe "poca voluntad" en España para acometer fusiones ante la nueva ronda de concentraciones que se avecina por la debilidad del negocio, más aún en un contexto prolongado de bajos tipos de interés y ante una débil demanda de préstamos.
Aún así, ve "probable" nuevas integraciones, porque hay sinergias que pueden justificar dicho proceso por la necesidad de generar resultados "por la vía de los costes", según señala en una entrevista en la revista Valores, editada por KMPG.
Fuentes próximas al consejo de Banco Popular informaron a Europa Press de que el accionista mexicano Antonio del Valle intentó infructuosamente en el pasado fraguar alianzas con vistas a fusionar el banco con otras entidades (el Sabadell entre ellas), actuando en contra del criterio de la dirección del Popular.
Está por ver si el relevo de Ángel Ron por Emilio Saracho, que se materializará tras la junta de accionistas que la entidad celebrará en el primer trimestre del próximo año, reactiva los contactos para explorar eventuales fusiones y se da un paso más allá de las "conversaciones de café" que admitía Ron en junio de este año.
El presidente del Sabadell descarta "de momento" operaciones transfronterizas porque "no hay ninguna sinergia que las justifique". "No hay ninguna en perspectiva porque ni el mercado lo pide ni hay unos ahorros que las justifiquen", ahonda.
Oliu repasa el "mix de tres presiones" al que está sometida la banca en la actualidad: la regulación, los tipos de interés negativos y la irrupción de la era digital. Al respecto, avisa de que una regulación "demasiado dura y restrictiva" puede tener un impacto negativo en la concesión de crédito y en la economía real.
"Que la reforma regulatoria no haya finalizado dificulta la actividad bancaria, ya que las entidades están teniendo dificultades en la toma de decisiones de asignación de capital a líneas de negocio y los inversores penalizan dicha incertidumbre regulatoria en los mercados", explica Oliu, para después urgir un marco regulatorio "más estable". Además, aboga por que los bancos cuenten con un margen de maniobra "suficiente" para marcar sus propios objetivos de capital y liquidez, en función de sus exigencias y del modelo de negocio que desarrollen.
Ante la política ultralaxa del BCE, el presidente del Sabadell también avisa de que los bajos tipos de interés pueden acabar repercutiendo de forma "negativa" en la evolución de los préstamos y su normalización.
Para Oliu, el bajo precio oficial del dinero se está traduciendo en unas reducidas expectativas de rentabilidad para el sector bancario y en una "presión" a la baja sobre sus beneficios. Los bancos españoles y europeos cotizan en niveles mínimos en Bolsa precisamente ante estas dudas de los inversores.
En este sentido, recuerda que la demanda de crédito, favorecida por la reactivación económica, crece "menos de lo que quisiera" por la falta de confianza derivada de la incertidumbre en la geopolítica internacional, la economía europea y en la política española. "Estos factores inciden sin duda en la toma de decisiones de inversión", subraya.
De cara al medio plazo, el presidente del Sabadell confía en que el banco sea "más grande, fuerte y rentable", con una posición diversificada en otros países. El banco catalán tiene el 70% de sus activos en España y tiene presencia en Reino Unido, Estados Unidos y México. "Nos permitirán acrecentar la diversificación del riesgo y desarrollar plenamente nuestra internacionalización", concluye.