VALÈNCIA (EFE). La decisión del rey Juan Carlos I de trasladarse a vivir en el extranjero reedita la experiencia que protagonizaron otros monarcas españoles que tuvieron que fijar su residencia en el exterior por diferentes circunstancias, algunos de ellos exiliados.
El primer monarca español en salir de España debido a la abdicación impuesta por la Francia napoleónica fue Carlos IV, quien, junto con su esposa, María Luisa de Parma, se marchó a Francia en junio de 1808. Posteriormente, estableció su residencia en Roma, donde falleció en 1819.
Carlos IV había abdicado en su hijo Fernando VII, pero éste perdió también sus derechos al trono tras firmar, junto a su padre, las denominadas abdicaciones de Bayona (Francia). Ambos cedieron a Napoleón Bonaparte sus derechos y esté se los otorgó a su hermano José I, que se convirtió en efímero rey de España.
Fernando VII residió en el castillo de Valençay (Francia) de forma temporal y muchos españoles le siguieron considerando como su legítimo rey y en cuyo nombre se inició la Guerra de la Independencia española. Tras la expulsión de José Bonaparte, Fernando VII regresó a España, donde falleció en 1833.
Isabel II, la hija de Fernando VII, debió abandonar España en 1868 empujada por la revolución de La Gloriosa cuando se encontraba de veraneo en San Sebastián. Exiliada en Francia hasta su muerte en 1904, en 1870 abdicó en París en favor de su hijo, Alfonso XII, quien tuvo que esperar a reinar a 1874 tras la corta vida de la I República.
Entre medias, Amadeo de Saboya, de la familia real italiana, asumió el trono (1870-1873) hasta que abdicó por el advenimiento de la república. Se marchó a Lisboa y, posteriormente, a Turín, su ciudad natal, en la que falleció en 1890.
Ya en el siglo XX, el abuelo de don Juan Carlos, el rey Alfonso XIII, se exilió de España al instaurarse la II República el 14 de abril de 1931. Alfonso XIII se alojó durante su exilio en varios hoteles de lujo de diversas ciudades de Europa y pasó los últimos años de su vida en Roma, en donde murió el 28 de febrero de 1941.
A su muerte asumió la jefatura de la Casa Real española don Juan de Borbón, que pasó buena parte de su vida fuera de España. Primero, por la proclamación de la República y luego, con la dictadura de Francisco Franco. Don Juan no regresó a Madrid hasta el establecimiento de la democracia y falleció en Pamplona en 1993.