Juan Francisco Calero estrenó el pasado mes de junio una sección en su canal de YouTube llamada LiVE (Laboratorio de información para Vehículo Eléctrico)
VALÈNCIA.- Juan Francisco Calero estrenó el pasado mes de junio una sección en su canal de YouTube llamada LiVE (Laboratorio de información para Vehículo Eléctrico). Este divulgador especializado en motor, que cuenta con una comunidad online formada por más de 125.000 personas suscritas a sus vídeos, es consciente del potencial que presenta el ámbito eléctrico. Así, la Semana Europea de la Movilidad se plantea un momento idóneo para reflexionar sobre avances y retos en dicho sentido.
— De acuerdo con tu experiencia profesional, ¿cómo ha evolucionado el interés por la movilidad sostenible y eléctrica entre la sociedad española en los últimos años?
Estamos todavía en una fase incipiente en la que la movilidad eléctrica, en lo que se refiere a automoción, todavía está dominada por la percepción de que "el coche eléctrico no es para mí". En añadido a eso, las pocas personas que lo ven o se interesan, o bien es con desconfianza o miedo por las noticias amenazantes que salen en los medios, o bien piensan que son vehículos para ricos tras curiosear un poco sobre modelos disponibles y precios.
En ese sentido, el hecho de que no haya habido -hasta hace poco- políticas activas en materia de ayudas a su compra y puntos de recarga hace que, por decirlo de algún modo, justamente ahora estemos "empezando". Está todo por hacer, ya que en materia de VE prácticamente se ha evolucionado sólo en flotas para empresas. Las pocas personas que lo han comprado son las clásicas "pioneras" que están dispuestos a comulgar con todas las incomodidades de cualquier tecnología incipiente o novedosa, pero esto se aleja de ser algo que solucione un problema generalizado.
Por otro lado, como el extremo opuesto de la balanza, en esta década que ahora termina ya hay un boom de movilidad eléctrica personal con bicicletas, scooters y, sobre todo, patinetes, que son productos que se adaptan muy bien a las necesidades de bolsillo y de espacio de determinados segmentos de la población, especialmente los jóvenes, que son los que más provecho sacan a su practicidad y quienes menos les molestan sus incomodidades. Por el momento, son los auténticos "coches eléctricos" del pueblo.
-¿Qué se debería mejorar por parte del mercado eléctrico (fabricantes, concesionarios, proveedores…) para “conquistar” a más personas?
-Sin duda, mejorarán con una oferta más amplia y atractiva, más producto y mejores precios. E, igualmente, no les queda más remedio que ser muy pacientes en lo que se refiere a formar e informar al cliente, pues no son ventas convencionales. Así se puede comprobar en eventos como el Electric Movements, organizado por Talentum Group, cuya filosofía es, justamente, eliminar todas estas dudas a la gente y ponerles ante sus ojos la oferta disponible. Esto será progresivo y lo importante es que el debate esté presente, como empieza a suceder, para que se produzca la lluvia fina. En general, creo que tenemos que ser pacientes, pero muy constantes, para evolucionar, porque un cambio tan grande a todos los niveles no se hace de un día para otro.
-Si comparamos España con otros países, ¿qué podríamos enseñar y qué deberíamos aprender?
-En España de lo que más podemos presumir es de... ¡Nuestra red de tren de alta velocidad, que también es un vehículo eléctrico! Bromas aparte, creo el VE abre la puerta a hablar de generación de energías renovables o fuentes energéticas de cero emisiones de C02, como la nuclear. Es otro debate más que se superpone al de movilidad. En ese sentido estamos bien posicionados y espero que lo estaremos más en el futuro. Respecto a movilidad eléctrica, es un paso que tiene que ir asociado a políticas de movilidad inteligente, favoreciendo el uso racional del coche, y en ayudar a los ciudadanos a tomar mejores decisiones a la hora de moverse. Debemos aprender mucho de los países de nuestro entorno que lo han entendido antes. Aunque tampoco hay que irse lejos: en el mismo País Vasco hay ciudades ejemplares en ese sentido. De nuevo, hace falta una cultura de la movilidad integrada en otras muchas culturas de la que ahora mismo adolecemos, pero si no hablamos también de los recursos que hacen falta y, en definitiva, quién y cómo paga todo esto, nos estaremos haciendo trampas al solitario.
-Si de ti dependiese, ¿cuál sería la siguiente medida a tomar en materia de movilidad eléctrica y sostenible?
-Al margen de potenciar muy seriamente la información y seguir haciendo calar el debate en la sociedad, para mí, en materia de automoción, la clave está en dar la seguridad a la gente invirtiendo en puntos de recarga públicos y ayudando a crearlos en el entorno privado. Somos el país europeo con más gente viviendo en pisos y aparcando en la calle. Como no haya una política integral en ese sentido, la movilidad eléctrica va a crecer más lento y a la pata coja.
Tenemos un problema y una oportunidad: somos un país donde la mayoría de población vive en pisos y ciudades, así que la movilidad eléctrica tiene que ir unida a políticas inteligentes de movilidad en ciudad. Si las resolvemos, mucha gente se podrá beneficiar de ellas. Y no tiene por qué ser precisamente el modelo de "una persona, un coche", el cual ha entrado claramente en crisis. Por otra parte, no me quiero olvidar de las zonas rurales, que ojalá consigamos repoblar de manera más intensa e inteligente en los próximos años. Aquí se abren oportunidades en materia de generación de energía.
Por decirlo claro: me gastaría los euros en políticas de apoyo a la movilidad inteligente y no gastaría mucho dinero en subvencionar coches, porque en breve la industria deberá tener solucionado el problema de la diferencia de precio. La normativa, guste o no, les obliga a pasar por ahí.
-En tu opinión, ¿cuáles son los principales retos a afrontar por el sector en los próximos años?
-La infraestructura es la clave. La pedagogía sobre las ventajas del VE en términos de emisiones directas y el ahorro para entender que no es un producto equivalente a un coche de combustión, fundamental. Y eso sólo se consigue apretando desde todos los ámbitos: administración, empresas, medios de comunicación... Y, por supuesto, me obsesiona ser realista: tener los pies en el suelo en el sentido de encontrar de dónde sale el dinero. Desde la generación y distribución de la energía hasta problemas tan acuciantes como el envejecimiento del parque móvil. Todo pasa por encontrar fórmulas que sean económicamente sostenibles. Estas son las que marcarán la velocidad del cambio o el avance.
-¿Qué ventajas destacarías de la experiencia de conducción de vehículos eléctricos?
-Los coches eléctricos son extremadamente suaves y silenciosos para ciudad. La experiencia de conducirlos es muy placentera. Además de eso, su propia concepción técnica hace que tengan una respuesta inmediata al acelerador, lo que transmite igualmente confianza al volante, sea cual sea tu forma de conducir. Podría decirse que, por estas características y la ausencia de cambios de marcha, son los coches más fáciles de conducir que existen. En añadido, como principal ventaja, la relación casi proporcional entre la velocidad y el consumo. Cuanto más lento, que es la casuística urbana, menos consumo; al contrario que un motor térmico. Por eso, creo que todos los vehículos de servicio público, empezando por los autobuses, deberían ser ya eléctricos. Y que donde más partido se le saca a un VE es en ciudad.
-Has citado antes el Electric Movements. Estamos en plena Semana Europea de la Movilidad y, justamente, ahora se aproxima la Feria de la Movilidad Sostenible. ¿Qué opinas de los eventos de este tipo?
-Me parece una idea maravillosa que existan eventos así para que el ciudadano medio, que no tiene por qué estar interesado en movilidad, se vaya empapando de lo mucho que viene de nuevo. Además, centralizado en un mismo espacio y de manera fácil, donde poder combinar la información de productos con las pruebas y las charlas. Ojalá cunda mucho más el ejemplo en muchos otros puntos del país. Estoy seguro de que Electric Movements se va a hacer muy grande en los próximos años, porque el crecimiento de la oferta va a ser exponencial y, aparejado a esto, llegará el interés de la gente. Al mismo tiempo, la propia interacción con la gente -que es maravillosa, por cierto- te demuestra la gran necesidad de información que hay entre el ciudadano medio, lo cual afianza idoneidad de este tipo de eventos.