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EL MURO / OPINIÓN

Jugamos para bingo

Comenzamos año, continuamos en lo mismo. Sumidos en esa manipulación que impide levantar cabeza y abruma realidades distorsionadas.

14/01/2018 - 

Tras releer estos días de gasto colectivo El Advenimiento de la República, de Josep Pla, asistir a la cabalgata de las Reinas Magas, con esperpento incluido de esos trasnochados que democráticamente toleramos pero revientan sin contemplaciones celebraciones lúdicas y pacíficas pero meten miedo a centenares de niños; o ser observador atónito de morbosas televisiones privadas, he comprobado que nada ha cambiado en forma o fondo. Ni con el nuevo año.

El retrato de Pla, desde la distancia, es muy similar al de esta sociedad cada día más disparatada, confusa, manipulada y, añadiría, despistada o sumisa. Debo ser de otro mundo. Hasta por el hecho en sí de asistir en un modesto establecimiento de barrio obrero a una conversación entre dependienta y clienta. Conclusión: no es cierto que nuestra sociedad esté arruinada. Total, según refiere la vendedora, ha visto cómo unos vecinos “despilfarraban” estos días muchos euros en cervezas: un “gasto” en toda regla, según su interpretación gregaria.

Todo va mejor, insisten, Sin embargo, en 2017 esta autonomía ha cerrado con 667 concursos de acreedores, apenas un 2% menos que un año antes de un total estatal de 4.546 concursos y 26.983 disoluciones de empresas. Poca cosa.

Lo observaba horas después de chocar con varios titulares de estos periódicos en continuidad por el nuevo año:

A/. La Ministra de Empleo, azote del desempleo y el despido barato que, al parecer, nunca ha trabajado en lo privado -en nada- por lo que desconoce la inhumanidad y zozobra que sufre un trabajador y el verdadero sentido y significado de la productividad, pide un nuevo crédito para salir al paso de las pensiones. Continúa sin ideas. Tiene bula política. Jamás caduca, aunque sea estrecha o plana en iniciativas.

Son las mismas pensiones que van a crecer porcentualmente una nimiedad -0,25%- para afrontar las siempre oscuras y aprobadas subidas en servicios de gran necesidad: luz, gas, transporte, correo, telefonía, internet…Todo con el guiño de este Gobierno de puertas giratorias, como todos, que comienza a desmoronarse. Empiezan a saltar por la cubierta.

B/. No se sabe muy bien, pero serán muchos, cuántos trabajadores tienen sus días contados por las últimas “adquisiciones” o “absorciones” realizadas por la banca nacionalizada o privada pero subastadas a la baja para completar el bolsillo del Estado, pese a que su supervivencia la continuemos abonando a escote. Faltaban las bravuconadas de Rato en el Congreso sobre su “ejemplo de gestión” en la caída de Bankia, o las epístolas seculares de Solbes sobre la crisis reconociendo que nos engañaron pero para salvar a España. Sobraba una comisión que pagará dietas. Mejor que cada uno hubiera escrito el capítulo de para nuestras hemerotecas. Pero así se entretienen de paso sus señorías y justifican el plus de vivienda de 1.800 euros pese a tener piso propio.

C/ El morbo es lo que nos continúa poniendo, al menos a las televisiones generalistas y subvencionadas. Han convertido el presunto asesinato de una joven en uno de los temas sociales más desagradables y decadentes. Pero ha garantizado audiencia y de paso tertuliar para divertir a las mentes sórdidas. Todo vale. Hasta para los medios de prestigio. Han caído en la trampa de la superficialidad. Ya no existen códigos. Menos aún protocolos de privacidad, “¡Morbo, morbo… es lo que les gusta!”, en versión “pantojil”. Un dato: más de 1.300 menores permanecían en 2017 desaparecidos en España. Pero no interesan. Les falta, al parecer, chispa morbosa.

D/. La culpa siempre es de los demás, pese a la nefasta gestión del Gobierno con todos esos ciudadanos que pasaron horas abandonados a su suerte en medio de un temporal de nieve, bloqueados en una autopista pública puesta en manos privadas. Esto del bloqueo de niños, padres, familias, ancianos, profesionales de la carretera… a causa de una gestión gris de un ministerio de un color todavía más oscuro ha sido para temblar.

Nadie tiene la culpa. Ni ese director general que gestionaba el caos desde su pueblo acompañado de turrones, ni su superior, ni quienes debían advertir que todo iba a mucho más. Ya lo dice ese refrán tan cervantino: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”. La culpa es de los conductores/ciudadanos. Mira que viajar en fechas navideñas para abrazar familiares porque el sistema les ha obligado a ese eufemismo denominado “movilidad geográfica”.

E/.Creía entender que después del lío soberanista al que nos hemos enfrentado y trae aires baleáricos de Tramontana, o sea, fracaso político del que hemos sido testigos atónitos por capricho o ausencia de luces en nuestros electos, el nuevo año nos iba a acercar otro tipo de interpretaciones sobre las auténticas necesidades de nuestra sociedad. Pero no. 

Y es ahí donde llego de nuevo a Pla. La incoherencia de una realidad. Describe el escritor de Palafrugell una divertidísima conversación a pie de calle con Luis Zunzunegui, pariente de los Maura, sobre las características del reinado de Alfonso XIII, los motivos por los que el ex rey fracasó en su gestión al intentar aplicar una política personal en los momentos más trascendentes. Es de antología. Muy nuestro. Sin fotos oficiales navideñas.

El Rey, contra el criterio de la reina madre, doña Cristina, ex reina regente, traicionó a don Antonio Maura en beneficio de los liberales, porque vio que éstos eran más populares. Más tarde el Rey traicionó a don Antonio Maura en beneficio de Eduardo Dato, porque vio que la gente de la calle iba a favor de Dato. El Rey traicionó a don Francesc Cambó tantas veces como le pareció necesario en virtud de un españolismo folclórico y primario. En 1923, el Rey traicionó el sistema político tradicional instaurado por Cánovas porque vio la gran popularidad del golpe de Estado. Ahora, hace cuatro días, ha visto la popularidad de la República y que la quería todo el mundo, y se ha ido. Lo que ha hundido a la Monarquía no ha sido la tendencia temperamental del Rey hacia la política personal; ha sido, por el contrario, el ansia de ejercer una política de popularidad y de calle -de frivolidad- lo que la ha hundido”, describe.

Esta sociedad se merece Operación Triunfo durante un par de décadas en la cadena pública. Programa diario de forma ininterrumpida para que entendamos nuestra nueva identidad. O un reality en torno al inminente juicio del caso Gürtel tras las confesiones de Correa. Más de un prepotente de raíz puede ser puesto en su sitio. Que lo veamos, al fin.

Sin embargo, ya lo advirtió Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.

Iniciamos año. Jugamos para bingo.

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