restorán de la semana

Kuzina

Pronunciar lo siguiente es tan complicado como pasar de una cala en el Egeo a un atasco en la entrada de la ciudad: Xtapodi Ksidato. El Xtapodi Ksidato es un plato de pulpo ligeramente braseado con el que la conexión Dènia - Santorini es inmediata.

3/09/2021 - 

Este plato, cuando se acompaña de fava de Santorini, es uno de los entrantes de la propuesta del restaurante griego Kuzina, en el no demasiado prolífico barrio de La Seu —se echan en falta más opciones alejadas del producto gastronómico para turistas—.

Kuzina es el proyecto de Alkis y Lydia, dos conversos al mundo de la hostelería procedentes de otras disciplinas laborales. Desde su ínsula griega ubicada en la calle Conde de Almodóvar, ofrecen un menú que explora la riqueza del recetario griego. Los griegos llevan ya unos cuantos años acercando la gastronomía de su tierra al cap i casal. Han pasado de su diminuta ubicación en la calle Salvador —donde ahora se encuentra Toshi— a un local más amplio y con terraza en el que se conservan sus grandes y al mismo tiempo, humildes, hits helenos.  


Además de la consabida moussaka, en versión tradicional y vegetariana, en la carta figuran las clásicas mezzes propias del encuentro social en el Mediterráneo: hojas de parra rellenas de arroz, spanakopita —pasta filo rellena de espinacas, puerro y queso feta—, queso halloumi y taramosalata, la colorida ensaladilla de huevas de bacalao.

Entre los platos fuertes, cordero lechal, longaniza en versión griega y el uso frecuente del armario especiero para incluir aquí y allá toques de canela, eneldo o nuez moscada, además de miel y una buena cantidad de frutos secos. ¿Os sonarán los sabores? Ναί (sí). Al final, hablamos de lo que Montalbán llamó “la cocina de los mediterráneos”, y dentro de esta, caben muchos pequeños mares.  

El síndrome post-vacacional es más leve —y mucho más dulce— pidiendo baklava de postre. El síndrome post-vacacional pica menos entre las capas de una moussaka.