VALÈNCIA. Hace unas semanas, la Agencia Antifraude que dirige Joan Llinares presentó el buzón de denuncias. Una herramienta que los denunciantes de malas praxis en la administración podrían utilizar para salvaguardar su identidad y no tener así que recurrir a la denuncia presencial. Para garantizar una mayor seguridad y anonimato al denunciante, la propia web recomendaba utilizar el navegador Tor.
Una seguridad que, sin embargo, es más débil en las redes sociales, tal y como se pudo ver con la brecha de Facebook, por ejemplo. Así, este jueves Twitter le jugó una mala pasada a la Agencia. La cuenta oficial de la propia oficina que lucha por prevenir el fraude y la corrupción en la Comunitat Valenciana lanzó varios tuits que nada tenían que ver con su actividad.
Entre los micromensajes de jornadas o conferencias sobre corrupción en las que la agencia participa para que se conozca su labor se colaban varios anuncios de una promoción que tenía una duración de 24 horas de una tienda que vendía gafas de sol Ray-Ban.
Una incidencia que desde la propia agencia aseguran que los servicios de informática ya han controlado, pero que no aclaran si se ha producido por un robo de la contraseña de la cuenta -la hipótesis más probable, ya que los mensajes emitidos fueron al menos dos- o si alguno de los gestores que tiene acceso a ella ha podido confundir su perfil personal con el corporativo.
El portavoz de Hacienda del PSPV-PSOE en las Corts Valencianes, José Díaz, asegura que Mazón se dispuso a modificar la ley de Antifraude porque "se le ocurrió un plan mejor que eliminar la Agencia: dirigirla desde dentro para usarla a su antojo"