VALÈNCIA. Quizás algunos valencianos usuarios del transporte público se habrán preguntado qué ha hecho la Autoridad del Transporte Metropolitano de València (ATMV) en su primer año de vida con los 20 millones de euros de subvención otorgada al 50% por el Ministerio de Hacienda y la Generalitat. La respuesta es nada, nada que haya mejorado el transporte público al servicio del millón y medio largo de habitantes del área metropolitana.
El motivo es que el dinero no llegó. No llegaron esos diez millones que, gracias a una enmienda de Ciudadanos a los últimos Presupuestos Generales de Rajoy, se incluyeron en la partida de subvenciones del Ministerio de Hacienda después de muchos años de reivindicaciones. Ni los pagó Cristóbal Montoro (PP) ni su sucesora desde junio de 2018, María Jesús Montero (PSOE).
Pero tampoco llegó la mayor parte de la mitad comprometida por el Consell de Ximo Puig, otros diez millones. De ellos, la Autoridad del Transporte apenas recibió 1,6 millones antes de acabar el año.
El organismo autónomo comenzó a funcionar el 16 de abril de 2018 dirigido por María Pérez Herrero, quien el pasado 21 de junio fue nombrada por el Consell secretaria autonómica de Obras Públicas, Transportes y Movilidad Sostenible.
Según las cuentas anuales de 2018, a la ATMV le sobró más de un millón de euros del dinero recibido, puesto que apenas gastó 300.000 euros, la mayoría en sueldos y una pequeña parte en mobiliario y material de oficina. Esto hizo que acabara el año con un beneficio -desahorro en la contabilidad del organismo autónomo- de 1,9 millones de euros, ya que al dinero no gastado hay que sumar la diferencia entre las subvenciones recibidas y las comprometidas, que aunque ni se cobraron ni se pagaron, figuran en la contabilidad.
El Ministerio y la Generalitat debían, al acabar 2018, un total de 18,4 millones de euros. Este dinero comprometido fue destinado por la ATMV casi en su totalidad a subvencionar directamente a las empresas de transporte público.
Concretamente, otorgó 9,9 millones a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) y 7,94 millones a 13 ayuntamientos para su transporte público, encabezados por el de València con 7,55 millones. Es dinero que a final de año se debía, puesto que la Agencia no había recibido las subvenciones. Se trata de municipios adheridos a la ATMV para cofinanciar sus servicios de transporte colectivo.
Los municipios recibieron el dinero a mediados de marzo de 2019, según informó la ATMV en un comunicado. El Consell se quejó en su día de que los diez millones de euros del Ministerio aprobados en los Presupuestos de 2018 eran en realidad 3,68 millones netos, ya que la subvención a la ATMV es incompatible con la que recibían los ayuntamientos de València y Paterna, por lo que han dejado de recibirla y hay que descontarla.
El objetivo de la ATMV es coordinar las políticas de transporte colectivo en el área metropolitana y canalizar también la financiación. Entre sus propósitos para 2018 estaba la integración tarifaria en un sistema en el que el organismo que dirige María Pérez venderá los billetes. Al no ponerse en marcha el año pasado, tuvo que dar de baja la partida de ingresos prevista por "ventas de abono de transporte" por importe de 11,15 millones de euros.