VALÈNCIA. (EFE). Cruz Roja Española considera que la antigua base del equipo suizo de vela Alinghi, en la Marina de Valencia, cumple las condiciones para acoger a los 629 inmigrantes que viajan en el Aquarius rumbo a la capital valenciana, aunque entre sus necesidades está la de tener más aseos, ya que en este momento solo hay tres.
Así lo ha asegurado a los medios Santiago Bayarri, jefe de operaciones de Cruz Roja en esta intervención, tras visitar con otros miembros de la organización humanitaria estas instalaciones, que han sido ofrecidas por el Consorcio Valencia 2007.
Bayarri ha explicado que están buscando escenarios cerca del Puerto que cumplan "las condiciones para poder atender dignamente y en condiciones a las personas cuando lleguen" a Valencia.
Según ha explicado, están revisando la nave para ver si su estructura reúne una serie de condiciones, ya que "debe tener higiene, salas de descanso y zonas donde poder filiarse. Deben tener una tranquilidad y que empiecen a encontrarse como en casa".
"Estamos viendo las condiciones que cumple esta instalación y a partir de ahora, con el plano, les indicaremos una serie de modificaciones y de cambios en esta estructura tan diáfana para que pueda cumplir las necesidades que tenemos", ha afirmado.
Bayarri ha indicado que cree que estas instalaciones sí cumplen las condiciones que precisan, aunque hará falta más aseos porque solo dispone de tres inodoros, y considera que será necesaria una batería de váteres químicos para cubrir las necesidades de tanta gente.
"Tiene unos espacios enormes y siempre podemos fragmentar y canalizar de una forma todo el personal para cumplir estas condiciones -según ha detallado-, tanto las policiales, ya que tendrán que filiarse porque están entrando en España, como las nuestras sanitarias y de detección de necesidades".
Según Bayarri, los barcos posiblemente atracarán en el muelle de enfrente del Alinghi, donde lo hacen los barcos de la Armada cuando hay una regata importante, y desde allí los inmigrantes serán trasladados en autocares por el vial interior hasta la nave, donde empezará la atención de Cruz Roja.
En la antigua sede del Alinghi se les recibirá, se les tomará los datos y se comprobará las necesidades que tienen, ha dicho Bayarri para añadir que se les entregará unos kit de alimentación, higiene y ropa para que puedan cambiarse. "Supongo que vendrán incómodos", ha comentado.
Una vez estén filiados y atendidos en condiciones, se les irá redirigiendo en autocares "a unas zonas más habitables y donde van a estar el tiempo que sea necesario hasta que se reubiquen".
Todas las mujeres embarazadas irán directamente a un centro hospitalario, los menores acudirán a otro sitio y los adultos, hombres y mujeres serán albergados en alguno de los tres espacios determinados, que no ha concretado.
La ONG SOS Méditerranée confió en que el sábado por la noche llegue al puerto de València su barco Aquarius, en el que viajan 106 inmigrantes después de que los otros 524 rescatados el fin de semana fueran trasladados a dos navíos italianos.
La cofundadora y directora de la agrupación, Sophie Beau, explicó en rueda de prensa en Marsella, donde la ONG tiene su sede, que el trayecto podría prolongarse más si empeoran las condiciones meteorológicas.
En el Aquarius, que inició su viaje ayer a las 21.00 hora local (20.00 GMT), viajan 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños, mientras que el resto lo hacen repartidos en la nave Orione de la Marina italiana y en la Dattilo de los guardacostas.
Los barcos, según su relato, avanzan a una "velocidad reducida de diez nudos", que seguramente disminuirá pasado el Canal de Sicilia, donde esperan olas de unos cuatro metros.
Los inmigrantes, a los que Beau calificó de "náufragos", supieron anoche que se dirigían hacia València, después de que el navío estuviera 48 horas detenido ante la negativa de Malta e Italia de abrirles un puerto. Recibieron la noticia "primero con incomprensión" pero "pese a todo, con alivio".
La directora explicó que su prioridad ahora es ocuparse de ellos, acondicionar el barco y "conseguir que recuperen unas condiciones dignas", imposibles cuando todavía estaban a bordo los 630 rescatados.
Beau dijo no saber qué dispositivo de acogida les espera en València, porque la coordinación está en manos de las autoridades marítimas.
El Aquarius, según sus cálculos, estará fuera de su zona habitual de trabajo al menos una decena de días, lo que implica "una ausencia de medios cruciales para salvar vidas".
"Es urgente que los Estados europeos encuentren un mecanismo para organizar los rescates en el mar, por encima de cualquier consideración política. Hace años que hay naufragios. Ha habido al menos 15.000 muertos en tres años. La inacción de Europa es criminal", denunció.
Beau insistió en la necesidad de encontrar una respuesta colectiva y consideró que "el silencio" de los países ante esta situación, y ante el bloqueo que experimentó su propio barco el fin de semana, "comienza a ser ensordecedor".
"Italia no puede quedarse sola y nosotros no podemos ir a Valencia cada vez que haya un rescate. Nuestra vocación es patrullar en la zona. (...) Encontrar una solución se escapa de nuestras competencias", concluyó.
La formación ultraderechista España 2000 ha lanzado a través de las redes sociales una convocatoria para el próximo sábado en la que quiere manifestar su oposición a la llegada a Valencia del barco Aquarius con 629 inmigrantes.
"Mientras este gobierno cerró el banco de alimentos dejando a miles de familias sin tener que llevarse un alimento a la boca, ahora por rédito político ofrecen de todo al inmigrante Ilegal. Sábado 16 a las 12:00 al final de la Avda. del Puerto, Ilegales NO", asegura en su página de Facebook.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana han señalado a EFE que hasta el momento no han recibido ninguna petición de autorización por parte de esta organización.
El líder de España 2000 en Valencia, José Luis Roberto, asegura en su página de la misma red social que los "inmigrantes ilegales del Aquarius" vendrán a Valencia como refugiados, "lo que supone vivienda y salario mensual superior a lo que cobran cientos de miles de españoles por debajo del umbral de la pobreza", y asegura que las ONG que traen esta "riada" de inmigrantes son "colaboradoras necesarias de las mafias de tráfico de seres humanos".
"Tenemos el derecho y la obligación de manifestar nuestra protesta pacífica y legal, aunque nos releguen a un sitio apartado del desembarco para no perjudicar la foto de esta solidaridad suicida", indica.
Por su parte, la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado ha pedido a la Delegación del Gobierno que "impida y efectúe los correspondientes despliegues de seguridad" ante la protesta de "fuerzas vinculadas a la derecha extrema" y se garantice la seguridad de las personas que viajan en el Aquarius y de los operativos de las ONG y entidades de acogida.
Recuerda que la normativa reguladora en materia de derecho de manifestación permite que, aún autorizándose, ésta garantice en todo momento "el respeto al resto del ordenamiento jurídico" y que por cuestiones de orden e interés social "se puede garantizar que no se desarrolle en los espacios aledaños a, por ejemplo, el puerto o las propias dependencias en las que van a ser alojadas temporalmente las personas del buque".
La Red señala en un comunicado que a través de sus servicios jurídicos, y dentro del marco de su servicio de monitoreo de delitos de odio, se van a poner medidas para monitorizar cualquier manifestación o acto que pueda actuar contra los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugio para impedir que puedan quedar sin denuncia.
El delegado episcopal de Migraciones del Arzobispado de València, Olbier Hernández, ha indicado que la Diócesis tiene el dispositivo "preparado" para la llegada al puerto de València del buque 'Aquarius' con los más de 600 inmigrantes y refugiados, y ha destacado que está en disposición de acoger a 200 personas, con acompañamiento psicológico, sanitario o alimentación.
Hernández ha realizado estas declaraciones en rueda de prensa en la presentación de la memoria institucional de 2017 de Cáritas Diocesana, donde ha estado acompañado del obispo auxiliar, Arturo Ros; el director de la organización, Ignacio Grande; y la secretaria general de la institución, Fani Raga.
"Lo que estamos haciendo es organizar el dispositivo que la Iglesia puede ofrecer. En estos dos días la disponibilidad es total y es plena, estamos esperando a que la administración nos diga cómo y cuántos van a ser acogidos por parte de la Iglesia. Tenemos un dispositivo preparado y podemos acoger 200 personas, hoy, ya, sin límite de acogida, que implica acompañamiento psicológico, sanitario, alimentación, vestido, viviendas o trabajo social con ellos", ha asegurado Hernández.
El obispo auxiliar ha manifestado que están pendientes de una segunda reunión la próxima semana, tras participar Cáritas en la sesión de urgencia del martes, donde se verá la "disponibilidad" de las instituciones para acoger.
Ros ha indicado la importancia de que "todas las personas" puedan tener "dignidad", por lo que ha reiterado la "disposición" de Cáritas no solo a colaborar, sino a hacer "lo que sea necesario", por lo que ha ofrecido sus "medios y capacidades": "Es mucho más que disposición y deseo, es nuestra misión", ha señalado.
Asimismo, también se ha referido a la posición de Italia, que decidió cerrar sus puertos ante la llegada del buque, y ha manifestado que no lo entiende, ya que parece que el mundo va "hacia atrás".
"Muchas veces no hay una consideración hacia el bien de la persona, sea quién sea, provenga de dónde provenga y viva cómo viva. Lo importante es la criatura, su vida. Que esta Europa, que quiere caminar unida, tenga estas aristas que no son propias de la esencia del tratado europeo o del humanismo cristiano, hace incomprensibles estas cosas. Pensamos, decimos, predicamos y anunciamos la dignidad de las personas y el derecho a la vida, y por eso los acogemos", ha destacado Ros.