VALÈNCIA. La búsqueda y catalogación de la Tortada de Goerlich, uno de los proyectos clave en materia de Patrimonio de esta legislatura, encuentra su primer obstáculo. El Ayuntamiento de València no ha podido resolver la contratación del inventario, catalogación y conservación preventiva de los restos del monumento con vistas a la valoración de una propuesta de recuperación o reubicación de las piezas. Así se refleja en la licitación pública: ninguna empresa ha concurrido al concurso.
El Ayuntamiento podrá ahora reiniciar el proceso con un negociado sin publicidad, tal y como recoge la Ley de Contratación Pública. Cabe destacar que esta es una de las prioridades del área liderada por el concejal Jose Luis Moreno. Fue él quien señaló este verano que se trata de una labor "compleja" que "permitirá a las nuevas generaciones de valencianos conocer cómo era la actual plaza del Ayuntamiento hace casi un siglo".
“Si localizáramos todas o un gran número de piezas, si lo que faltara se pudiera reconstruir, se podría reconstruir. Lo que no está clara es la ubicación. No sería en la plaza del Ayuntamiento, pero querríamos buscarle otro lugar”, confesaba más tarde en una entrevista a Culturplaza.
El peculiar diseño del centro de la ciudad tuvo una vida efímera de apenas tres décadas ya que fue inaugurada en 1933 y se demolió en 1961. Los restos de la Tortada quedaron dispersados en diversos lugares de la ciudad y su área metropolitana, como el almacén municipal de Borbotó, los terrenos de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) junto a la antigua estación de Sant Isidre y espacios públicos de Paiporta. Incluso se cree que también hay restos en la escalinata del Monasterio de Santa María del Puig.
Así, el consistorio había licitado la contratación del inventario, catalogación y conservación preventiva de los restos de la Tortada de Goerlich, con vistas a la valoración de una propuesta de recuperación o reubicación de las piezas.
En colaboración con el Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico del Ayuntamiento de València, la empresa adjudicataria debería acometer el trabajo en un plazo máximo de tres meses y medio, incluida una posible prórroga de un mes, a partir de un estudio previo realizado en marzo de 2021 por la Sección de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM). El contrato tenía un valor estimado de 133.842,21 euros.
“Hay que poner en valor toda la obra de Goerlich que podamos. Parte del diseño urbanístico de la ciudad fue su responsabilidad y hay que reconocérselo. Al menos queremos recuperar esos elementos urbanísticos icónicos, como la tortada”, declaraba Moreno.