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DEL 5 AL 15 DE NOVIEMBRE

La Cabina expande su programación hacia la música y los nuevos lenguajes audiovisuales

James Franco o Mike Leigh son algunos de los nombres que despuntan entre los 25 mediometrajes que participan en la Sección Oficial de la octava edición del festival

4/11/2015 - 

VALENCIA. La octava edición del festival internacional de mediometrajes La Cabina arranca el día 5 con una programación que se prolongará hasta el 15 de noviembre repleta de novedades. El certamen, único en el mundo dedicado exclusivamente a películas de entre 30 y 60 minutos, aumenta a 25 el número de obras que participan en la Sección Oficial, una más que en la pasada edición. Además, la muestra amplía su oferta con secciones paralelas y un nuevo galardón.

La Sección Oficial de La Cabina reúne películas de trece nacionalidades diferentes entre las que destaca Interior. Leather Bar, dirigida por el conocido actor James Franco junto a Travis Mathews. La obra reconstruye, en forma de falso documental, el rodaje de los 40 minutos perdidos de la película de 1980 A la caza, un thriller en el que un policía interpretado por Al Pacino se adentraba en el ambiente homosexual de Nueva York para atrapar a un asesino. El film, polémico en su día por su contenido sexual y por la estereotipación del colectivo gay, sirve de base a Franco y Mathews para realizar “una reflexión sobre la libertad creativa y la presencia del sexo homosexual en el cine”, según el director de La Cabina Carlos Madrid.

Despunta también Carrera de obstáculos, del conocido director británico Mike Leigh, que cuenta con una extensa y premiada carrera con películas como Secretos y mentiras o la reciente Mr. Turner. Leigh muestra en el mediometraje un cambio de registro con una comedia de situación "frenética y delirante". Madrid pone el acento también en la presencia de La isla a mediodía, del francés Philippe Prouff, basada en el relato homónimo de Julio Cortázar. De acuerdo con el director de La Cabina, el mediometraje “consigue plasmar la misma sensación que el escritor pretendió con el relato”.

Más allá de la Sección Oficial, La Cabina amplia su programación con nuevas propuestas como Amalgama, que premiará el mejor mediometraje de no-ficción y otros lenguajes como el documental creativo, el cine experimental, el videoarte o el videoclip. La convocatoria, que toma su nombre de la película A MAL GAM A dirigida en 1976 por Iván Zulueta, reúne seis mediometrajes que optarán a este nuevo galardón. Además de las películas candidatas, entre las que se encuentra Voilà l’enchaînement, en la que la francesa Claire Denis narra en un formato teatral las idas y venidos de un matrimonio, se proyectarán el film de Zulueta e Iván Z, de Andrés Duque, una aproximación al cineasta de culto.

En esta octava edición La Cabina se acerca también a la música con la sección Díptico Rock que tendrá lugar en La Nau. Bajo este epígrafe se proyectarán las películas La Conquista del oeste, en la que el músico valenciano Néstor Mir relata el viaje en busca de un componente de la banda ficticia Los Suicidas, y Teología. Perdimos un imperio por esto, dirigida por el colaborador de esta casa Carlos Aimeur, un acercamiento al proceso de grabación de los últimos discos de La Muñeca de Sal. Como colofón, el grupo valenciano ofrecerá un concierto para los asistentes al festival.

Además de las novedades, se mantienen las secciones Inèdits, dedicada a exhibir obras poco conocidas de directores consagrados, y Panorama Francés, que reunirá en el Instituto Francés de Valencia a los directores galos Joanna Grudzinska, Aliou Sow y Philippe Prouff, que presentarán su películas y participarán en un debate posterior. Al respecto de esta cuestión, Carlos Madrid afirmó este martes que “en lo que respecta a la situación del mediometraje, Francia es un espejo donde deberíamos mirarnos por su modelo de distribución y por el amor que muestran hacia su propio cine”. Se conserva también la gamberrada Mediometrash, una sesión en la que los “criticómicos” de Cinemascupe comentarán en directo mediometrajes que se caracterizan, en palabras de Madrid, “por su ínfima calidad”.

Apoyo de las instituciones

Con un presupuesto de 15.500 euros para la presente edición, Carlos Madrid opina que La Cabina ha abandonado la fase “de resistencia”, pero aun así necesita el apoyo de las instituciones. En la actualidad el festival cuenta con la colaboración de CulturArts y la Universitat de València, pero ya ha establecido el diálogo con los nuevos equipos de gobierno de la Generalitat Valenciana y la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia. “De la Conselleria de Cultura hemos recibido el apoyo y la voluntad expresa de aumentar su presencia en las futuras ediciones”, declaró este martes Madrid. Por su parte, el Ayuntamiento ha participado modestamente en esta edición con la cesión de espacios publicitarios.

José Luis Moreno, director de CulturArts, recordó que desde su institución siempre se ha apoyado a La Cabina. “Es un festival que funciona muy bien, uno de los pocos eventos que basa gran parte de su financiación en la recaudación en taquilla, y eso es un mérito”, explicó Moreno. Por su parte, el vicerrector de Cultura e Igualdad de la UV Antonio Ariño afirmó que “La Cabina ha colocado a Valencia en el escenario mundial” y destacó el notable aumento de público en las últimas ediciones, con más de 4.800 espectadores en 2014, y la gran cantidad de mediometrajes recibidos en su convocatoria, 334 este año.

Ariño afirmó también que “La Cabina ha encontrado su propio lenguaje que combina la frescura, la sencillez y la calidad” y mostró su esperanza de que los nuevos equipos de gobierno de los distintos niveles de la administración sepan apreciar la importancia del certamen. Carlos Madrid explicó que un aumento en el presupuesto de La Cabina se destinaría, principalmente, a “dignificar el trabajo del equipo”, potenciar la comunicación a nivel internacional e invitar a más directores extranjeros. El director del festival aprovechó la ocasión para destacar que “el mediometraje no es solamente un trampolín para nuevos cineastas, sino que es un formato frecuente entre directores consolidaos. Si un guion dura 45 minutos no hay ningún motivo para alargarlo o acortarlo”.

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