Un poco de mediterráneo en la zona noble de València
El grupo Vicios Italianos lleva años haciéndolo bien. Platos italianos a buen precio, enfocados a un público joven y a familias que pocas veces se gastarían en comer más de 30 euros, pero a los que le gusta el concepto que han acuñado y que es marca de la casa. No pretenden ser más de lo que son y eso está muy bien. Puede que ahí resida el secreto de su éxito. Al Pomodoro, La Papardella o Sorsi e Morsi siguen llenando después de muchos años y eso no es muy habitual en una ciudad que se deja arrastrar por las modas también en los gastronómico, pero que les da la espalda en cuanto surge otra novedad.
La Chipirona es la última apertura del grupo empresarial y otra vez han dado en el clavo. Hacen una cocina mediterránea con ciertas licencias que son un acierto. El toque de la robata, la tradicional parrilla japonesa, donde cocinan o acaban sus platos hace el resto. Dan una vuelta de tuerca a sus preparaciones y las clóchinas y los chipirones de siempre aquí se transforman en clóchinas a la brasa o en fritura de chipirones con feta y mayo de lima. Los platos son más atractivos, pero mantienen su esencia. La carta se completa con otros entrantes fríos, una brochetas que deberían probar (perfectas las de pollo de corral y muy ricas las de gambas y calamares), varios platos de carne y pescado y un par de arroces.
La ubicación de La Chipirona es privilegiada (estos chicos no tienen mal ojo para elegir sus locales) y aunque con este tipo de cocina se echa de menos ver el mar y sentir el salitre, están en una de las mejores esquinas del centro de Valencia. El servicio es bueno y la terraza muy apetecible casi en cualquier época del año. Que sigan haciéndolo así de bien.