VALÈNCIA. La comedia italiana clásica será protagonista de la próxima edición de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani, que se celebrará del 24 de octubre al 3 de noviembre. La gran retrospectiva del festival estará dedicada este año a la edad de oro de un género en el que destacan cineastas como Mario Monicelli, Dino Risi, Luigi Comencini o Vittorio de Sica, pero al que también se aproximaron otros grandes maestros como Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini o Marco Ferreri.
El ciclo, integrado por una veintena de títulos, abarca un arco temporal que se inicia a mediados de los años cincuenta y se prolonga durante más de una década, e incluye films míticos como Los inútiles (1953), Rufufú (1958), La gran guerra (1959), Divorcio a la italiana (1962), La escapada (1962), Pajaritos y pajarracos (1966) o La armada Brancaleone (1966), que permitirán al espectador disfrutar de nuevo con el trabajo de actores tan carismáticos como Vittorio Gassman, Sofía Loren, Alberto Sordi, Marcello Mastroianni, Totó o Claudia Cardinale, entre otros.
Este primer ciclo ha sido aprobado hoy, junto con el proyecto del festival 2019, en el Consejo de Administración de la Mostra de València i Iniciatives Audiovisuals. En palabras de Gloria Tello, presidenta de la entidad, esta recuperación de la comedia italiana clásica se inscribe en “la voluntad de ofrecer una nueva mirada sobre géneros clave en el contexto histórico del cine del Mediterráneo, tal como se hizo en la edición de 2018 con el policiaco francés”.
Organizado con la colaboración de la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura, la Cineteca de Bologna y la Cineteca Nazionale de Roma, el ciclo rememora un periodo en el que la industria italiana produjo un gran número de comedias ligadas a la cultura popular, que conectaron con la audiencia gracias a su habilidad para satirizar las costumbres de la época posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, caracterizada por las consecuencias del auge económico del país y el debate en torno a cuestiones relacionadas con el sexo y la moral. De ahí que, pese al enfoque humorístico de muchas películas, exista también en ellas un trasfondo de tristeza y crítica social.