VALÈNCIA. Es lícito que concurran empresas vinculadas entre ellas a contratos sin concurso de la administración. Así lo aseguran en la concejalía de Contaminación Acústica, que dirige Giuseppe Grezzi, tras haber aflorado al menos cuatro adjudicaciones de este tipo en las que se pidieron ofertas a las mismas compañías, las tres radicadas en un mismo polígono industrial de Valladolid, y que además pertenecen a una misma propietaria.
Las tres compañías, como publicó Valencia Plaza, fueron contactadas por el departamento municipal en varias ocasiones para solicitarles presupuesto y, de esta manera, escoger la mejor oferta para el Ayuntamiento de València. Pero el Ayuntamiento sólo deja al arbitrio de la fortuna y la casualidad el hecho de que, de toda España, se fuera a pedir presupuesto, sin saberlo, a tres empresas administradas o propiedad de una persona, Ana Esther Espinel Valdivieso, como figura en el registro mercantil.
"Se desconoce si en la actualidad esas empresas están o no vinculadas entre sí", aseguran desde la concejalía, consultada por este diario. Allí señalan que esto estaría permitido: "La norma no prohíbe que se presenten empresas vinculadas entre sí". Es más, señalan en el departamento, "es algo que ocurre en procedimientos abiertos -concursos públicos- y lo que se hace es valorar la oferta económica de la manera que indica la ley".
Hay que recordar, en este sentido, que en los concursos públicos, son las empresas las que acuden a la licitación para competir por un contrato, mientras que en un contrato menor, sin concurso público, es la administración la que debe pedir ofertas a tres empresas para, más tarde, seleccionar la más adecuada. Una concurrencia y competencia pretendidas por la normativa también en los contratos 'a dedo' pero que pueden verse contravenidas por prácticas colusorias si los concurrentes están vinculados.