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en el lado seguro / OPINIÓN

La concentración en el sector asegurador

14/04/2016 - 

VALENCIA. Recientemente ha surgido la noticia en los medios de comunicación de la compra del Grupo Previsora Bilbaína por parte del Grupo Catalana Occidente. Mediante esa transacción se absorberá el negocio asegurador del grupo familiar vasco, por un importe aproximado de 74 millones de euros; la agencia de Mediación de seguros Azkarán, por unos 18 millones de euros; y el negocio funerario, por importe aproximado de 33 millones. Esta adquisición es la séptima compra que ejecuta en los últimos quince años el Grupo Catalana Occidente.

La noticia en si misma tiene un innegable interés por suponer un nuevo paso hacia la concentración del sector asegurador en España. Si observamos la evolución de los últimos 10 años en el mercado asegurador, la concentración es un hecho y su evolución es creciente. Podremos valorar positiva o negativamente lo acontecido, pero la tendencia es un hecho. 

Para acreditar esta aseveración ofrecemos seguidamente un cuadro que permite observar fácilmente la tendencia. Para ello partimos del informe de la Dirección General de Seguros y Fondos de Seguros de 2014, último publicado hasta la fecha, para cotejarlo con los datos ofrecidos por la misma Dirección en 2004. Nos gustaría ofrecer más información, pero solo es contrastable para los ramos que a continuación recogemos. Comencemos con la cuota de mercado de las 5 primeras aseguradoras.

Ramo

2004

2014

Salud

65,47%

71,84%

Automóviles

48,97%

58,62%

Responsabilidad Civil

48,67%

54,09%

Multirriesgo

35,61%

40,91%

Decesos

81,54%

74,52%

Cómo se puede observar, no sólo era alta la concentración en el año 2004, sino que ha crecido en todos los ramos excepto en decesos, dónde era difícil mantener un porcentaje tan alto. Téngase en cuenta que aunque no se puedan contrastar otros ramos, la concentración en la mayoría de ellos es si cabe superior, dado el escaso número de entidades que operan en ellos. Por citar algún ejemplo diremos que llega al 100% en el seguro de crédito pues solo operan efectivamente 4 entidades en el mercado asegurador.

Los números son casi los mismos si bajamos un peldaño más y nos situamos en el porcentaje de mercado de las 10 primeras aseguradoras.

Ramo

2004

2014

Salud

79,72%

82,90%

Automóviles

67,72%

79,71%

Responsabilidad Civil

70,34%

75,27%

Multirriesgo

57,50%

63,26%

Decesos

92,35%

86,58%

En conclusión, los datos constatan que la concentración no solo ha sido una realidad de nuestro mercado, sino que la tendencia en la última década muestra cómo ha ido en aumento.

Ahora bien, ¿qué va a ocurrir en el futuro próximo? Quien suscribe es de los que cree que la nueva implementación de la normativa conocida como Solvencia II implicará a medio plazo un nuevo proceso de concentración en el mercado asegurador. El tiempo dirá si la lógica se acaba imponiendo. Y digo lógica porque si se exige mayores requerimientos a un sector que todavía cuentas con muchas entidades de reducidas dimensiones, parece que el final del proceso llevará a la concentración. En ocasiones la decisión responderá a una más eficiente gestión, pero en otras a la mera imposibilidad de conseguir aisladamente lo que impone el legislador.

No obstante, también es cierto que la concentración no siempre es articulada de la misma manera. Ha habido quienes la han interpretado como unión en una misma entidad. Así, por citar algún ejemplo destacado, podemos mencionar como Generali absorbió a Banco Vitalicio y Estrella Seguros que operan ahora en una sola entidad. Por el contrario, Catalana Occidente ha ido creciendo, pero sin la pérdida de las diferentes marcas adquiridas que conservan autonomía dentro del grupo. Así es dable reseñar junto a la originaria Catalana Occidente Seguros, la pervivencia de Crédito y Caución, Nortehispana, Seguros Bilbao, Atradius y Plus Ultra Seguros (antiguamente Groupama).

A nadie escapa que los procesos de concentración entre diferentes empresas siempre resultan complejos con independencia de la actividad que desarrollen. La integración de organizaciones, políticas comerciales, culturas empresariales, plantillas de personal de diferente adscripción, etc. en aras a la consecución de un nuevo proyecto común plantea sin duda numerosas dificultades. Así, por ejemplo, resulta habitual que si se despide o degrada a un empleado de la sociedad adquiriente genere la consiguiente desazón. Por no mencionar los problemas organizativos que se provocan en los inicios de estos procesos.

Estas dificultades han sido, empero, en numerosas ocasiones extremas en los procesos de integración en el sector asegurador que he conocido a lo largo de los años. He visto cómo se compraban entidades aseguradoras con un importe volumen de primas que se perdían en poco tiempo al desintegrar la red de distribución que las proporcionaba. También he conocido casos en que la primera decisión ha sido modificar los productos estrella de la aseguradora adquirida con la consiguiente pérdida de clientela que quería mantener los productos que tenía sin adaptarse al cambio propuesto. En fin, y todo ello sin mencionar aquellos otros casos en que los activos adquiridos, tras un costoso proceso de comprobación por despachos de reputado prestigio y suculentas minutas, no se correspondían con la realidad. Permítaseme no afear comportamientos obviando los nombres.

En cualquier caso, si la concentración restringe la competencia no es beneficiosa para los consumidores y asegurados en general y por ende para el mercado. La indispensable solvencia no puede ser enemigo de la conveniente competencia. Como en casi todo, en el justo medio está la virtud.

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