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La cultura un año después, ¿y ahora qué?

3/03/2021 - 

VALÈNCIA. La cultura valenciana se reunió ayer en el Palau de Les Arts en una jornada bajo el lema ‘Cultura Segura’ que pretendía “analizar los últimos 12 meses en materia cultural y proponer acciones, medidas y fomento de hábitos a medio plazo”, informaron desde la Conselleria de Cultura. El encuentro, en cualquier caso, tuvo más de mirada al pasado que de dibujo del futuro. Fue el conseller del ramo, Vicent Marzà, quien inauguró el encuentro, con un discurso en el que alentó “a todas las administraciones a continuar programando cultura como lo estamos haciendo desde el primer momento en el ámbito autonómico”. Esta demanda no es baladí, pues a pesar de que las grandes ciudades han mantenido su oferta, el cierre perimetral de las últimas semanas y la bajada de persiana de no pocos municipios ha dejado a muchos ciudadanos sin acceso a la oferta cultural. Juntos pero no (muy) revueltos, la jornada quiso separar a los políticos de los gestores culturales en dos mesas. El primer turno, para la mesa de la administración pública, contó con la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit; la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro; y la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga

En ella, la secretaria autonómica de Salud Pública desveló que la conselleria de Sanitat ha registrado hasta el momento dos brotes relacionados con actividades culturales, un dato que, de acuerdo con Navarro, revela que es un sector “seguro”. “El problema es lo que se genera en torno a la actividad”, recalcó, apuntando a los desplazamientos y actividades en torno al hecho cultural. Fue sobre la propuesta de generar un salvoconducto cultural, una medida demanda por cines y teatros para que los espectadores cuenten con un mayor margen de tiempo para regresar a casa, que versó buena parte del debate. La propuesta, explicó Navarro, fue “rechazada por Seguridad” ante la complejidad que veían de “lleva a cabo” las tareas de vigilancia tras el toque de queda. Cabe destacar que esta medida no es nueva, pues ya se aplica en Cataluña. Aquí, sin embargo, ha sido rechazada. 

“En Cataluña está instaurado. Tienen una hora paréntesis para volver a casa de los espacios culturales. Este hecho hace que podamos programar las sesiones con un mayor espacio, consiguiendo que haya menor volumen de gente en las instalaciones”, defendió en el turno de preguntas el vicepresidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Cine, Leví Navarro, quien apuntó a la “ansiedad” generada en el público ante la ‘arriesgada’ última sesión, una demanda que también subrayó María Ángeles Fayos, presidenta de la Asssocició d'Empreses d'Arts Escèniques del Pais Valencia (Avetid). “La pandemia se ha salvado pero 2021 va a ser más duro. Hace falta una cambio de paradigma real”, apuntó esta última. 

Lo será tras un año bien dificultoso, pues según los datos revelados durante la jornada, las pérdidas en el sector cultural ascienden a 902 millones. La normalidad tendrá que volver a la industria, aunque con un público que, tal y como se planteó durante el debate, también verá limitada su capacidad económica y posiblemente su acceso sea más dificultoso. Ante esto, ¿qué? “Una persona que tiene interés cultural se quita dinero de otras cosas y se lo va guardando para ir al cine o al teatro. No tenemos que dar por hecho que la gente que no accede a la cultura es porque no tienen dinero”, defendió Amoraga, que calificó de "injusta" esa premisa. De igual forma, señaló a la necesidad de una administración que sirva de “acompañamiento” a las distintas iniciativas privadas, pero en convivencia con otras fuentes de ingresos. Por su parte, Tamarit apuntó a una futura campaña para fomentar el consumo cultural.

Previsión, previsión, previsión

La segunda mesa reunió al director del festival Russafa Escènica, Jerónimo Cornelles; la técnica de Cultura del Ayuntamiento de Aldaia, Francis López; el presidente de Music Pro CV, Sergi Almiñana; una de las responsables de la librería Bartleby y miembro del comité organizador 'Sentim les llibreries', Luci Romero; y el codirector de Marte Feria de Arte Contemporáneo, Joan Feliu.

La pandemia ha obligado a poner en marcha originales medidas, forzadas por la crisis sanitaria, que dibujan el nuevo escenario cultural, un espacio en el que es clave la relación con el ámbito digital. Tal es el caso de un sector del libro. “Para competir con nuestro gran problema, que es Amazon, había que reinventarse”. Estas palabras las firma Luci Romero, quien destacó el impulsó de bonos canjeables o el gran amigo invisible Sentim les llibreries, en el que participaron más de 2.000 personas, como algunas de las iniciativas que renovaron la experiencia entre el cliente y las librerías, un cliente que volvió con más fuerza que nunca con su reapertura. Sin embargo, los gigantes virtuales siguen siendo el gran enemigo de los comercios locales y, aunque recientemente se ha abierto al público la plataforma de venta online ‘Todos tus libros’, todavía queda mucho camino por recorrer. “No pretende ser el arma con la que luchar contra Amazon, porque va a ser imposible, pero sí que va a intentar llenar de calidez ese frío comercio electrónico. Quizá llega un poco tarde pero, llega”.

También Cornelles destacó los esfuerzos por avanzar en la digitalización, con plataformas novedosas en el ámbito de las escénicas como StageIn, con el objetivo de “cuando llegue el festival, si el publico no puede ir a los teatros, pueda visualizar [las obras]”. La inversión -en su caso de unos 90.000 euros- llega, eso sí, obligada por el contexto y en un momento complejo. Según desveló, Russafa Escènica pasó este año de 230 representaciones a 110, a lo que se añade además las limitaciones de público, una situación bien dificultosa para las artes en directo. En este sentido, el gestor plantea una solución: ayudas bianuales. Pide el gestor a la administración una mayor previsión para no construir cada año “la falla” y, al día después de quemarla, empezar de cero. En similares términos se expresó Almiñana, que demandó estructuras estables que no dependan de cambios políticos.

Es la música precisamente una de las grandes afectadas por la crisis sanitaria, con un futuro a corto plazo difícil de dibujar. Ayer mismo, de hecho, se cancelaba el Primavera Sound. “La situación es de incertidumbre y de inviabilidad. Nosotros dependemos de los aforos […] Si los aforos son inviables será muy difícil que las empresas puedan subsistir”, reflejó el presidente MusicPRO Cv, que rogó a la administración pública la creación de un plan “de mínimos” para esta temporada”, con el que poder “anticiparse” y aprovechar la capacidad de control de aforo de las empresas dedicadas a la música.

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