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dani cantó y Ana Uslenghi lanzan la iniciativa artefacto para celebrarlo

La discográfica Snap! Clap! Club cumple una década de activismo pop buscando bajo el radar

19/01/2023 - 

VALÈNCIA. Snap!Clap!Club sigue de celebración tras llevar una década de actividad, en la que, paso a paso, se han convertido en una referencia de la escena pop. Dani Cantó y Ana Uslenghi crearon un lugar en el que la palabra emergente cobraba su máximo sentido. El aniversario lo han aprovechado para redoblar la apuesta y seguir buscando maneras diferentes de hacer y promocionar su música.

Pero empecemos por el principio. “Nosotros en realidad queríamos crear un club porque, cuando Ana y yo vivíamos en Liverpool, vimos mucha cultura DIY [Do It Yourself] en las fiestas. La idea no era la de hacer un sello, pero nos llegó el disco de Evripidis and His Tragedies, que no tenía discográfica en España, y nos pareció una oportunidad”, explica Dani Cantó.

Así llevan más de una década con una máxima: hacer del sello “una pequeña familia” y funcionar siempre a espaldas de los vicios de la industria. Sus grupos se autofinancian, el éxito de unos será el fondo del que se pueda aprovechar el siguiente. Así, por Snap!Clap! Club han pasado rebe, Confeti de Odio o Melenas, entre algunos de sus grupos más sonados. “Es como si fuéramos una guardería: somos el sitio donde la gente aprende a gestionar su música porque, cuando empiezan a trabajar con nosotros, suele ser la primera vez que montan un concierto o que consiguen meterse en una playlist. Cuando crecen… Nosotros ya no tenemos estructura para mantenerles porque vivimos en una industria musical muy injusta en la que solo algunos sellos tienen el privilegio de acceder con sus grupos a ciertos festivales o medios de comunicación”, desarrolla Cantó.

Su apuesta ha sido la crear una escena más pequeña dentro de lo independiente. El gran empujón lo tuvieron durante las primeras semanas de la pandemia, cuando se canceló toda la agenda musical y consiguieron organizar el Cuarentena Fest, un ciclo de conciertos online que reunió a una parte importantísima del micropop nacional e internacional: “Ahí se vio que tenemos una escena poliédrica, en la que hay muchas ganas. Nosotros creemos que, como sello, tenemos que fomentar la libertad de los grupos y la capacidad de juego”.

Foto: DANI CANTÓ

La pandemia, de hecho, lo ha cambiado todo; también para ellos. “Antes de 2020, el sello era algo coyuntural porque los grupos se financiaban con sus conciertos y con la venta de algunos discos. Ahora nos encontramos con que la gente no tiene dinero (también hay que tener en cuenta que la media de los integrantes de nuestros grupos estará en 23 años) y quieren hacer un segundo disco pero necesitan 3.000 euros. Por eso creemos en la protección de la autoría: los derechos tienen que ser para siempre para el grupo, aunque no podemos funcionar tanto por adelantos”.

Artefacto, ¿el nuevo merchandising?

Dentro de su programa de celebraciones, se encuentra una batería de acciones para seguir pensando el papel de la música y el pop. Artefacto, por ejemplo, “es un experimento en el que poner en tela de juicio el propio formato musical en tiempos de conciencia ecológica y de falta de materias primas”, a través de una colección de objetos que sirven como merchandising hecho por o desde los propios artistas.

“Estuvimos pensando en los residuos que creamos. Un vinilo no deja de ser un objeto seriado de materiales no reciclables del que se venden menos copias de las que se producen. O, por ejemplo, las camisetas: un grupo súper político vende ropa de Fruit of the Loom que no sabemos de dónde sale o cómo se ha producido… No queremos hacer desechos, sino un merchandising diferente”. De paso, “estamos fomentando juntar dos facetas, la artística y la musical, de muchas de las personas que pertenecen al sello. Nosotros actuamos un poco como mecenas. Le pusimos el nombre de Artefacto porque lo concebimos como un objeto explosivo con el que preguntarnos, desde dentro de la industria, qué pasaría si hiciéramos las cosas de otra manera”.

“Hasta la fecha hemos creado unas urnas de cerámicas con las manos de María Roy y la música de AL-V, hemos impreso las fotografías de Vialdela gracias al conocimiento de Belén Vidal, hemos creado seres de peluche con Ana Harrison y Andrea Herrera que habitaban las canciones de Darko Morandini o diseñado un anillo entre las hermanas Matte/Glossy y Meteoro Jewels”, repasan desde el sello. 

Ahora le ha tocado el turno a la artista valenciana Manantial Doncella, que ha diseñado unos pendientes a partir de material reciclado desde los que traduce su peculiar universo en el que despliega su música. Horsa Dreams es la marca a través de la que Irene Santiago transforma peluches en bolsos, o bolsos en gorros, con una estética marcada en el que la naturaleza y lo naïf son sus principales pilares. Pero Horsa Dreams también es el nombre de su EP, así que estos pendientes forman parte de una conversación, en el mismo mundo, de proyectos diferentes.

Dos tazas de pop

A lo largo de la década en la que han funcionado como sello, Snap!Clap!Club han visto como, en nombre del pop y del indie, se ha alimentado una burbuja que parece estar estallando ahora pero que se ha llevado por delante la carga semántica de la escena independiente. Cantó y Uslenghi no han renunciado a reivindicar el género poniendo los puntos sobre las íes y cuestionándose en todo momento la propia industria en la que se mueve.

“Con la de medios de comunicación que tenemos, parece que -como fans- no nos preguntamos por el éxito de algunos artistas. Es curioso como cada vez hay más posibilidades de producir música y hay más artistas, pero los estudios nos dicen que, simultáneamente, escuchamos menos artistas. Los festivales y las plataformas están haciendo que la variedad de artistas sea más pequeña. En este paradigma, deberíamos preguntarnos quiénes son esos artistas que destacan, qué sello está detrás de ellos, e incluso quién está detrás de ese sello”, opina Cantó.

“El indie ha dejado de ser sinónimo de autosuficiencia para convertirse en una estética. Y hay artistas que parecen indie, y se las vende como tal, pero salen de Operación Triunfo. Ahora vivimos un momento en el que hay menos sellos (nos llegan más propuestas de las deberían) y ha habido una carrera de las discográficas por ver cómo meter a sus artistas extraños en el circuito de festivales”, asevera. Ante eso, Snap!Clap! Club apuesta por sustituir la pretensión de buscar “un artista que va a petarlo” por trabajar codo con codo para “ver hasta dónde consigue llegar con nuestra ayuda”.

La escena de València

Dani Cantó es, además, valenciano de origen y conoce bien a muchos de los artistas de la escena pop experimental que ahora se encuentra en plena ebullición. Además de Manantial Doncella, Turian Boy también forma parte de su sello. Preguntado por cómo ve la salud creativa de la ciudad, lo tiene claro: “Me flipa. Es una escena que se va a ir descubriendo porque ha tenido un cambio súper bestia, y el hecho de que existan salas, colectivos y voluntad política —lo digo porque he vivido en València en tiempos de Rita Barberá—, es diferencial”. De los artistas valencianos destaca que “la escena va mucho más allá del vamos a generar mucho dinero”.

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