La Universitat de València acoge una jornada sobre esta nueva forma de entender el sistema económico que organiza Gesmed, una de las empresas pioneras en aplicar este concepto en la Comunitat Valenciana
VALENCIA. La Economía del Bien Común es otra forma de entender el sistema económico que aporta un punto añadido a la creación de riqueza. Se trata de un sistema beneficioso para la empresa pero, sobre todo, que beneficia a la sociedad en general puesto que se fundamenta en valores como la transparencia, la responsabilidad, la cooperación y solidaridad, la confianza y el respeto a los derechos humanos.
Pero la Economía del Bien Común no es sólo una definición de los nuevos modelos económicos, sino que en Valencia ya se está poniendo en práctica este concepto en empresas como Gesmed (Gestió Socio Sanitària del Mediterrani), pionera en la aplicación de estos valores, a los que se añaden también la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la dignidad humana y la participación democrática.
Para dar a conocer y promover la Economía del Bien Común, cómo afecta a la sociedad este nuevo modelo de sistema económico y en qué se traduce a efectos prácticos, Gesmed ha organizado unas jornadas que tienen lugar el próximo miércoles 30 noviembre en el Aula Magna del Centre Cultural La Nau de la Universitat de València. El encargado de inaugurar este encuentro será el conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafael Climent, junto al presidente de Gesmed y Catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de València, Juan Antonio Tomás.
En cuanto a las aportaciones de la Economía del Bien Común a la empresa podemos ver que se fomenta que se establezcan unas nuevas reglas de juego y un nuevo entorno con el objetivo de maximizar el bien común y no el interés propio. Por ello, las empresas ya no tendrán como prioridad la competitividad con otras empresas para sobrevivir, sino que su prioridad será la cooperación. A mayor rendimiento ético de la empresa, mayor éxito y a su vez habrá mayores ventajas que primarán el buen comportamiento. Con esto no se pretende eliminar la competencia, sino fomentar que se incentive la colaboración.
Para que la Economía del Bien Común funcione son necesarios cambios en el marco legal para que se incentive a las empresas a utilizar este sistema. Para ello, es necesario poder contabilizar la aplicación de este modelo mediante el Balance del Bien Común, una herramienta que evalúa el efecto social de las empresas y organizaciones, incluso planteando la posibilidad de expedir certificados que acrediten su puesta en marcha y la consecución de los objetivos sociales. Además, una de las premisas más importantes de este concepto es la reinversión de las ganancias en la empresa o en otro proyecto, siempre que se cumpla con los intereses del bien común, tomando como base el valor económico, social y ambiental.