La EMT, abocada a los recortes para cubrir el agujero de más de 4 millones de euros

VALÈNCIA. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de València busca ya una fórmula para sortear el rechazo de la Dirección General de Trabajao al Expediente de Regulación de Empleo que presentó la pasada semana para despedir temporalmente a 430 empleados. Así, según anunció este viernes el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, el Ayuntamiento presentará un recurso de alzada contra esta decisión mientras que, paralelamente y para no perder más tiempo, ya se trabaja en la presentación de un nuevo ERTE argumentado de manera distinta.

Concretamente, se quiere presentar un ERTE por motivos productivos -la bajada del 90% de clientes y el recorte de casi la mitad del servicio de los autobuses obligado por el Gobierno central- y no por motivos de fuerza mayor, como se había hecho en la primera ocasión. Este plan 'B', sin embargo, será más caro. Si inicialmente el ahorro para la empresa iba a ser de unos 1,4 millones de euros, entre cotizaciones a la Seguridad Social y nóminas, un ERTE por causas productivas obliga a pagar las primeras (400.000 euros), por lo que se ahorraría poco más de un millón de euros.

Inicialmente, el ERTE no iba a cubrir por completo el desajuste presupuestario provocado por la crisis sanitaria. Pese al ahorro, se había previsto que las cuentas presentarían un agujero de unos 4 millones de euros, por lo que ahora, con el añadido de pagar las cuotas a la Seguridad Social, este se agranda hasta los 4,4 millones de euros. La pregunta ahora es cómo se quiere cubrir todo ese dinero. La EMT, como el resto de organismos dependientes del Ayuntamiento, ha recibido ya la petición por parte de la concejalía de Hacienda de un plan de ajuste.

Es decir, la empresa de transportes deberá presentar una planificación en la que detalle cómo va a ajustar su presupuesto, o en otras palabras, en qué se va a recortar este año para evitar las pérdidas. Son muchas cosas las que pueden estar sobre la mesa. Una de las partidas más mediáticas es la de la compra de 174 autobuses a lo largo de los próximos años. Sin embargo, lo cierto es que esta depende de financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI), por lo que el dinero que se reciba es finalista y no se puede dedicar a otros menesteres.

Otra de las opciones para paliar el desajuste es acudir a financiación bancaria con el aval del Ayuntamiento. Con todo, lo cierto es que el Ayuntamiento de València cubrirá, con toda probabilidad, una parte, pero no todo. Según explican en la concejalía de Hacienda, cuando la EMT presente su plan de ajuste, el consistorio decidirá cuánto dinero le transfiere para colaborar en esta labor de cuadrar las cuentas. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento ya piensa en utilizar parte del remanente de tesorería consistorial -unos 60 millones de euros en total- para hacer frente a esta inyección.

Este viernes, el alcalde, preguntado al respecto, explicó que el Ayuntamiento de València, como el resto de consistorios de España y especialmente los más grandes, han solicitado al Gobierno poder utilizar esta cantidad de dinero de manera libre. Hasta ahora mismo, este montante que procede del dinero no gastado el ejercicio anterior, sólo se podía dedicar a pagar deuda, pagar facturas en los cajones o a inversiones financieramente sostenibles. Al saltar la crisis sanitaria, el Gobierno permitió a los entes locales gastar el 20% en el ámbito social para hacer frente a la crisis por el parón económico. Ahora, los ayuntamientos quieren gastar el 100% en lo que ellos consideren. Y precisamente, una de las cuestiones que Ribó se plantea es usarlo para cubrir parte del agujero en la EMT, si bien señaló que "hay más" cuestiones que atender.

Esto soliviantó los ánimos de la oposición. El Partido Popular consideró el uso del remanente en la EMT "una barbaridad". Según la portavoz María José Català, "ese dinero, sí o sí, tiene que ir a rescatar familias, comercios, autónomos y pymes de Valencia afectados por la crisis del Covid-19 y no a tapar la desastrosa gestión del concejal de Compromís, Giuseppe Grezzi, y de su cúpula directiva". "No compredemos como el alcalde lo puede plantear. Creemos que no entiende las prioridades de esta ciudad que está sufriendo muchísimo la pandemia", aseguró a este respecto.

Para el homólogo en Ciudadanos, Fernando Giner, la empresa municipal de transportes ha dado muestras de estar "desnortada y señaló en esta línea que la propuesta del alcalde es algo que no se sabe si va a ocurrir porque "está pendiente de una autorización nacional. Además, quiso resaltar "la gravedad" del rechazo del primer ERTE por parte de Trabajo. Tanto el Partido Popular como Ciudadanos exigieron la convocatoria de un consejo de administración extraordinario en la EMT para consensuar los próximos pasos a dar en la presentación de un nuevo ERTE.

Por su parte, el edil de Vox, consejero de la EMT, Vicente Montáñez, aseguró que el primer edil "demuestra su profundo desconocimiento de la buena praxis empresarial y su absoluta negligencia y desconsideración con el pueblo valenciano" porque ni el presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi, ni el gerente, Josep Enric García, "tampoco sabían que un ERTE por motivos de fuerza mayor nunca prosperarían". Según Montáñez, es "negligente" porque "en un momento en el que la economía de las familias, los autónomos y pymes de su ciudad están un un jaque mate, él pretende enrocarse en continuos lavados de cara como simbólicas bajadas de sueldo o anuncios de pírricas ayudas por no reconocer que fue parte activa por la omisión de su deber en la propagación de la pandemia y que ha permanecido de perfil en esta grave crisis".

Un segundo ERTE, en el aire

Este viernes se sucedieron las reuniones y encuentros entre los sindicatos y la parte social de la EMT para acordar cómo se va a realizar el segundo ERTE por razones de productividad. Sin embargo, al cierre de la edición de este diario, no se había alcanzado un acuerdo y las conversaciones continuarán, de urgencia, este sábado. Las organizaciones sindicales parecen tener dudas sobre este segundo ERTE.

Lo que sí parece cerrado es la intención de la empresa de mantener en este expediente las condiciones laborales del primero: los empleados 'despedidos' temporalmente cobrarían el 100% del salario -70% a cargo del Estado y 30% aportado por la empresa tras haberlo acordado con los sindicatos- y no afectará ni al abono de pagas extras (que incluso se podrán anticipar), ni a la antigüedad, ni al escalafón interno de la empresa, ni a los días de vacaciones, de convenio o de descanso.

Con todo, hay que decir que desde el día 8, los 433 empleados afectados por el ERTE -y que se acogieron voluntariamente al mismo- están en casa pese a que el propio ERTE no ha sido aprobado todavía. En este sentido, la empresa planteó este jueves en una reunión con los sindicatos que durante estos días de impás, podrían acogerse a los días de formación para compensar las horas no trabajadas.