La EMT de València activa un plan 'B' más caro para resucitar el ERTE

VALÈNCIA. El rechazo de la Dirección General de Trabajo al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) presentado por la EMT de València deja en la empresa municipal un futuro próximo incierto. La parte social intenta reaccionar con una suerte de plan 'B' para poder acogerse a esta herramienta y aliviar, al menos en parte, las cuentas de la mercantil despidiendo temporalmente a 433 empleados ante unas previsiones de pérdidas millonarias durante el estado de alarma. Ahora bien, el nuevo camino será más caro que el previsto inicialmente.

El origen de todo es por qué la Dirección General adscrita a la Conselleria de Economía ha tumbado el primer ERTE, presentado por causas de fuerza mayor. El motivo fundamental es el carácter público de la empresa. Para ello es necesario atender a un debate jurídico que se estaba dando las últimas semanas y que no es nada baladí: ¿Puede una empresa pública presentar un ERTE? 

El centro de la controversia reside en dilucidar si las empresas mercantiles adscritas al sector público tanto del estado, las comunidades autónomas o los municipios, se debían considerar entidades de derecho público o privado. Es importante porque el Estatuto de los Trabajadores excluye de la posibilidad de presentar un ERTE -cualquiera que sea su motivo- a "las Administraciones Públicas y a las entidades de derecho público vinculadas" excepto aquellas con mayoría de ingresos comerciales. 

En este sentido, para aclarar si este tipo de empresas como la EMT debían considerarse entidades de derecho público o privado, tanto la Abogacía del Estado como el Ministerio de Trabajo habían emitido sendos informes a los que ha tenido acceso este diario y en los que su conclusión es clara: "El criterio definitivo es la naturaleza de los ingresos". O en romano paladín: si la mayoría de los ingresos de la empresa en cuestión proceden de una subvención pública o si, por el contrario, tienen origen en la actividad comercial de la empresa -en el caso de la EMT, la venta de billetes de autobús-.

En este sentido, a ojos del Gobierno y así lo entiende también la Conselleria de Economía, la EMT se encuentra claramente en el terreno de lo público, puesto que sus cuentas reflejan una evidente preeminencia de los ingresos procedentes del Ayuntamiento de València. De ahí que se haya rechazado el ERTE. Ahora bien, no son pocos los expertos en derecho administrativo que ven en esta interpretación del Estatuto de los Trabajadores un estrujamiento de la norma por parte del Estado.

Y es que, según explican, la literalidad del mencionado Estatuto es claro y deja poco lugar a interpretaciones como las que hace la Abogacía: no serán aplicables los ERTE "a las Administraciones Públicas y a las entidades de derecho público " excepto aquellas que se financien mayoritariamente con su actividad comercial. Entienden doctos en la materia que según la norma sólo deberíamos atender a los ingresos en caso de que el ente en cuestión fuera de derecho público. No cabría fijarse en los ingresos de empresas como la EMT, que son de derecho privado al tratarse de mercantiles.

En todo caso, superado este debate y tomada la decisión por parte de las administraciones públicas, empresas como la EMT no pueden acogerse a un ERTE sea cual sea su motivación -así se desprende del Estatuto de los Trabajadores-. Entonces, ¿qué vías le quedan a la empresa municipal que dirige Giuseppe Grezzi? El comunicado de la Conselleria de Economía asegura que la firma "puede presentar un ERTE por causas productivas" -no de fuerza mayor-. De hecho, la cúpula de la empresa ya trabaja en este plan 'B' y este viernes mantendrá una reunión con los sindicatos para cerrar los detalles.

Un plan 'B' más caro

Los servicios jurídicos de la EMT consideran que sí pueden conseguir que se acepte un segundo ERTE cambiando el motivo del mismo. Ahora bien, admiten que este plan 'B' es más caro. Según explican fuentes de la empresa municipal, en los ERTE por causa productiva las cotizaciones a la Seguridad Social recaen sobre la firma mientras que en el que se había presentado inicialmente, por causa de fuerza mayor, esta contribución era cubierta por el Estado.

Así que, si en un principio el ahorro previsto entre sueldos y cotizaciones era de 1,5 millones de euros, ahora será menor; y si el agujero que iba a quedar sin cubrir por este ahorro ascendía a 4 millones de euros, ahora éste será mayor. En definitiva, la empresa deberá hacer un ajuste más importante en sus cuentas, y por el momento todavía no ha hecho público cuál será el plan a seguir.

En cuanto a las condiciones laborales del ERTE, la empresa asegura que mantendrá las previstas en el primero: los empleados 'despedidos' temporalmente cobrarían el 100% del salario -70% a cargo del Estado y 30% aportado por la empresa tras haberlo acordado con los sindicatos- y no afectará ni al abono de pagas extras (que incluso se podrán anticipar), ni a la antigüedad, ni al escalafón interno de la empresa, ni a los días de vacaciones, de convenio o de descanso.

Huelga recordar en este sentido que en los altos cargos de la empresa, gerente incluido, el salario se rebajará un 10% en todos los conceptos. Por otra parte, y como  medida  adicional de  prevención  y favorecedora  de  la conciliación familiar, aquellos trabajadores no afectados por el ERTE, podrían solicitar días de descanso a cuenta de días de formación. Permiso que será otorgado siempre que no imposibilite la prestación de los servicios mínimos esenciales.

Con todo, hay que decir que desde el día 8, los 433 empleados afectados por el ERTE -y que se acogieron voluntariamente al mismo- están en casa pese a que el propio ERTE no ha sido aprobado todavía. En este sentido, la empresa planteó este jueves en una reunión con los sindicatos que durante estos días de impás, podrían acogerse a los días de formación para compensar las horas no trabajadas.

A lo largo de la tarde de este jueves y hasta la noche, los sindicatos mantuvieron una reunión del Comité de Empresa para valorar la situación, si bien hubo pocas conclusiones dado que, como explicó un representante sindical, "hay poca información para valorar" sobre el nuevo ERTE. Este viernes se ha convocado un encuentro entre la parte social y las organizaciones sindicales para acordar los detalles concretos.