VALÈNCIA. Datos, datos, datos… coreados como la canción ‘Money’ de Cabaret. Datos. Millones de datos. Hablar de posibilidades infinitas es exagerar, porque infinito ni siquiera es el universo. Hablar de múltiples posibilidades sería más exacto. Con más de 300.000 puntos geoestacionales controlados, con más de 350 capas, la plataforma València Smart City se ha convertido en un referente a nivel nacional, como demuestra el hecho de que capitales como Málaga o ciudades como Rivas-Vaciamadrid se hayan interesado por conocer su funcionamiento y vayan a aplicar su modelo.
Tras ella hay un trabajo continuado, serio y riguroso, de más de 25 años, que se inició en 1992, cuando Internet era todavía una quimera, y que ha hecho que a día de hoy la capital valenciana sea puntera en este tipo de información. El cerebro de la bestia lo ve todo en la ciudad, como el Ojo de Saurón, ya sea de forma directa o indirecta, y permite por ejemplo saber cuántas viviendas hay sin ocupar cotejando los datos de consumo de agua.
Este miércoles Ramón Ferri, responsable de tecnología del Ayuntamiento de València, presentará el proyecto València Ciudad Inteligente durante la Conferencia Esri en Madrid, concretamente la sesión plenaria de la Conferencia Esri 2017 ‘The Science of Where’ y los objetivos de Desarrollo Sostenible: desbloqueando el potencial de los datos. En ella disertará sobre este proyecto cuyo objetivo final no es otro que mejorar la gestión de millones de datos en tiempo real y los servicios prestados a los valencianos.
No hay azar tras esta conferencia. Ni turno. La presencia de València en la conferencia es un reconocimiento. En su zurrón los representantes de la ciudad pueden exhibir el portal València al minut, que muestra en tiempo real a los ciudadanos a través de la web las principales estadísticas de la ciudad, como la calidad del aire, tráfico, plazas de aparcamiento, bicicletas disponibles, datos de paro… Junto a este portal, los representantes de València pueden hacer gala también del Geoportal que emplean en este momento más de 1.500 funcionarios del consistorio y que sirve para gestionar datos de la ciudad. Datos, datos, datos… los datos mueven ahora el mundo.
Explica Ferri que la estrategia de València permite al consistorio “estudios variopintos”, comprender la ciudad de un modo que hace que las cifras se conviertan en un bien. El saber digital sirve para que se puedan realizar inversiones más adecuadas, para que se sepa la verdadera fotografía de la ciudad, más allá de impresiones particulares, de subjetividades, y sobre todo puede contribuir a construir equilibrios, corregir errores del pasado.
El triunfo de la València Smart City es un triunfo de la función pública, de los trabajadores públicos, porque a diferencia de otras ciudades donde el modelo ha sido más vertical, en València, y esto no es mérito de ningún partido político sino de los funcionarios, el trabajo ha sido transversal, horizontal, colaborativo. Con unos resultados tan eficaces que la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), de la que València es miembro fundacional, quiere exportarla a otras ciudades.
La vida en un clic, València tiene parangones. Uno es nacional, el proyecto portal de Open Data de La Palma, y el otro, uno de los más ambiciosos a nivel internacional, el portal de datos abiertos de Los Ángeles, el GeoHUB. Ambos son proyectos similares basados en tecnología de Esri que sirven de contexto para entender que València es ejemplo de una tendencia global.
Sin olvidar nunca el fin de estos portales: buscar una gestión más eficaz de la ciudad, lograr un desarrollo sostenible de la misma, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y una mejora de la eficiencia de sus infraestructuras y servicios. Con estos portales los responsables institucionales pueden conocer, por primera vez en tiempo real, la información esencial de la ciudad y pueden actuar e incluso anticiparse a situaciones que afectan al día a día de los ciudadanos y que van desde el transporte público al control de plagas, pasando por cuestiones como los servicios de limpieza. Asimismo, hacer que la ciudad esté conectada permite al vecino realizar toda clase de trámites administrativos sin tener que desplazarse, saber dónde está el contenedor de pilas más cercanos, o cuándo llegará el próximo autobús. Datos, datos, datos… València sabe qué hacer con ellos.