El Ministerio Público cambia su propio criterio con la extradición a Suiza pese a negarse desde antes de 2013
VALÈNCIA. ¿Será un intercambio de cromos? Esa ha sido la frase más escuchada en la Audiencia Nacional a raíz de la detención del informático suizo Hervé Falciani, el mismo que sacó los trapos sucios de más de 160.000 defraudadores de hacienda de todo el mundo, muchos de ellos españoles, y que hasta ahora ha colaborado sistemáticamente con la Justicia patria, tal y como confirma incluso una sentencia del Tribunal Supremo.
Es más, la detención ha hecho que los políticos catalanes en el exilio del procés irrumpan de lleno en la Audiencia Nacional de la mano de Falciani y no de ningún magistrado. Este miércoles, Falciani, fue detenido por la Policía Nacional debido a una Orden Internacional de Detención ya que, según el país helvético, la sentencia de cinco años de cárcel por hacer pública la lista que lleva su nombre ya es firme y se vuelve a pedir su extradición. El problema es que esa sentencia es de 2016, hace más de dos años, pero la petición de extradición del gobierno suizo que tanta expectativa ha generado es de el 5 de marzo de 2017, hace un año, tal y como ha podido comprobar Valencia Plaza que ha tenido acceso a la petición de Suiza. La fechas contrastadas, por tanto, hacen pensar que el hecho de que la Policía Nacional decidiera el miércoles detener a Falciani tiene poco sentido.
Pero si la detención no tiene sentido un año después de recibida la orden, mucho menos tiene el cambio de criterio jurídico de la Fiscalía que este jueves pidió prisión incondicional para Falciani. De hecho, la jugada del Ministerio Público no ha pasado nada desapercibida entre los integrantes de la Audiencia Nacional, pues fue la propia Fiscalía quien en 2013 solicitó que no se extraditara a Falciani por la ayuda que estaba prestando a España.
Fue tal la insistencia que se tuvo que celebrar un pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en la que, por mayoría, los magistrados que la conformaban votaron a favor de la no extradición del informático. Pero, a todo ello, hay que sumarle la parte jurídica que, al parecer y pese a haberla utilizado en ocasiones anteriores, los fiscales no han visto en esta ocasión.
El tema de Falciani tiene dos vías, por un lado está el delito por el que fue juzgado en Suiza, revelación del secreto bancario, que no existe en España y por lo que la Justicia española no accedió a extraditarle. Pero por otro, está el hecho de que pese a todo se habla de un delito ya juzgado y por el cual España ya se pronunció con respecto a la extradición. No es de recibo que ahora se vuelva a solicitar lo mismo por un acto que ya pasó, incluso, por un pleno de magistrados de la Audiencia Nacional.
Pero si había un tema que sobrevolaba la Audiencia Nacional durante la comparecencia de Falciani ante el magistrado de apoyo del Juzgado de Instrucción 6 era el hecho de la politización de la Justicia. En el mismo día que jueces y fiscales de toda España salían a la calle para protestar por los medios con los que trabajan, el Ministerio Público cambiaba su criterio mantenido durante varios años con respecto a la extradición de un hombre.
Un hombre, Hervé Falciani, que podría ser el peón a sacrificar para que Suiza extradite a las dos políticas independentistas que permanecen fugadas de la Justicia española en el país helvético.
Unos cambios, tanto de fiscales como de policías, que evidenciaría el peso tanto del CNI como de su mandamás, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, artífice de la detención según las fuentes consultadas, y la persona que habría hablado con el país helvético para cerrar un intercambio de cromos que este jueves un juez ha frenado, al menos, por el momento.